CULTURA

Estreno de "Tabaré", en el Teatro de la Zarzuela

El Instituto Complutense de Ciencias Musicales recupera ‘Tabaré’, la última ópera de Tomás Bretón

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Elena del Real (Teatro de la Zarzuela) - 7 mar 2022 12:33 CET

Ninguno de los cerca de 8.000 millones de habitantes que tiene ahora mismo la Tierra ha escuchado Tabaré, la última ópera que estrenó Tomás Bretón en 1913. O al menos no la había escuchado hasta los días 4 y 6 de marzo de 2022, cuando el Teatro de la Zarzuela de Madrid la ha puesto en escena, en versión concierto. Una recuperación que ha sido posible gracias al trabajo de Víctor Sánchez Sánchez, profesor de Historia de la Música del Departamento de Musicología de la UCM, realizado dentro del proyecto I+D MadMusic-CM “Espacios, géneros y públicos de la música en Madrid, ss. XVII-XX”, que lidera el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU).

 

Recuerda Víctor Sánchez Sánchez que el compositor Tomás Bretón es conocido popularmente por su zarzuela La verbena de la Paloma, pero que en realidad estaba dedicado fundamentalmente a la ópera. La última de ellas, Tabaré, “basada en la mítica epopeya de ese indio mestizo en los primeros momentos de la conquista del Uruguay”, se estrenó en el Teatro Real de Madrid en 1913 y desde había quedado olvidada en la Historia.

 

Explica el musicólogo que en línea con otras investigaciones del ICCMU, lo que se ha hecho en este trabajo es ir a buscar los manuscritos y “hacer un largo y complejo proceso de edición musical”. Para ello, desde hace más de dos años, se recogió el manuscrito de la Biblioteca Nacional, se copió informáticamente, se revisó, y se solucionaron errores para ofrecer una partitura de tal manera que ahora se ha podido tocar en el Teatro de la Zarzuela, dentro de su programa de recuperación de óperas históricas españolas.

 

Sánchez Sánchez reconoce que estudió por primera vez el manuscrito hace ya más de veinte años cuando estaba haciendo su tesis doctoral. En aquel momento lo tenía el nieto del compositor en su casa, pero desde hace unos años ese legado ha pasado a la Biblioteca Nacional, así que está accesible para cualquiera. Por tanto, el problema no es tanto el manuscrito como la propia ópera, que “son más de seiscientas páginas de música para voces y orquesta, y eso hay que editarlo”.

 

Una obra compleja

Para el profesor, esta “es una ópera bastante interesante, primero por el tema, que es muy conocido en Uruguay, por el poema épico de Juan Zorrilla de San Martín, que se estudia en los colegios y que trata el encuentro entre los españoles y los pueblos originarios de América”. El segundo interés es la música, ya que “es una ópera compleja, muy difícil, que ha dado mucho trabajo en los ensayos, ya que al ser la última que compuso Bretón plasmó en ella todo su buen saber musical”. No sólo es que tenga una orquestación muy amplia, sino que además utiliza algunos instrumentos que no son del todo usuales en la orquesta como la trompeta baja, por ejemplo.

 

El trabajo de recuperación le ha dado vida otra vez a la obra, tal y como era, aunque se ha puesto en escena en versión concierto, es decir, una lectura musical, sin representación escénica. La idea básica de la Musicología y del ICCMU, “es la recuperación del patrimonio musical, de obras que están olvidadas porque no han sido valoradas dentro del repertorio musical, y gracias al proceso de edición se facilitan los materiales musicales para que se pueda interpretar, porque con el manuscrito se puede hacer una lectura, pero no se puede hacer un concierto”.

 

Como en anteriores ocasiones, la obra se ha grabado en directo por Radio Clásica, así que, a partir de ahora, con eso y con la edición de la partitura, se puede tocar, o interpretar con toda su dramaturgia, en cualquier otro sitio donde les interese la obra. Es cierto, como reconoce Sánchez Sánchez, que habría estado bien hacer una grabación en estudio, como las de hace unos años, pero “ya no hay mercado discográfico y no se hace, lo que no deja de ser un problema para las recuperaciones de obras”.

 

La razón del olvido

Como ya se ha comentado, a pesar de la calidad de esta ópera no se había puesto en escena desde 1913. Y ha sido así, primero porque no estaban disponibles los materiales musicales, y segundo, y probablemente más importante, porque “las óperas españolas nunca han estado en las programaciones, aunque existen y alguna como esta demuestran que son buenas e interesantes, tanto por la temática como por la música, y además va a gustar porque Tomás Bretón era un compositor muy importante en su época, que merece ser escuchado”.

 

El propio Bretón ya era consciente de la dificultad de que se volviera a representar por cuestiones de modas, algo que él mismo escribió en una carta al compositor francés Camille Saint-Saëns, donde además aseguraba que es su mejor ópera. El musicólogo complutense coincide con Bretón en que esta es su mejor ópera, “y eso que en general son buenas, pero esta es una obra sorprendente porque incluye todo su conocimiento de dramaturgia musical, de hacer música para el escenario”.

 

En la edición crítica de la ópera ha colaborado la filóloga Elena di Pinto, del Departamento de Literaturas Hispánicas y Bibliografía, que ha realizado algunas revisiones textuales y un estudio en torno al autor. Bretón utilizó como base el poema épico uruguayo, pero lo cambió y él mismo escribió tanto la historia como el texto de su ópera, utilizando unos pocos versos del poema original, que aparecen marcados en la partitura.

 

Víctor Sánchez asegura que la edición de esta ópera ha sido el mayor reto que ha tenido en su vida, por la complejidad de la obra. Algo que ha podido comprobar durante los diez días de ensayos en el teatro con los músicos y los cantantes, donde se ha visto lo complejo de la partitura por “el tipo de música, que es muy continua, con muchos cambios, sin descansos, con una gran intensidad emocional y con la gran orquesta que utiliza”.

 

Para el profesor de la UCM lo más bonito que hacen en Musicología es “no sólo estudiar los manuscritos y lo que hay en las bibliotecas, sino que es colaborar con los músicos y con grandes directores de orquesta a los que se les despierta el interés por una obra que desconocen”. En este caso el director de orquesta Ramón Tebar es el que se ha responsabilizado de dirigir a la orquesta, al coro y a los diez cantantes que han intervenido en la lectura.

 

Después de casi tres años de trabajo, ver al director de orquesta cuando sube las manos y empieza a sonar la música, “es una emoción indescriptible”, porque de hecho “el reto de la Musicología es darle vida a la partitura, y más en un caso como este donde nadie la ha escuchado antes, es como si reviviéramos al autor, y de repente Bretón volviera a estar en el teatro interactuando con los músicos y el público”, concluye Víctor Sánchez.