LIBROS

Elena Torres y Emilio Peral

La musicóloga Elena Torres y el filólogo Emilio Peral publican los porqués del éxito de Mecano: “Son la rareza: buena música y buena letra”

Texto: Alberto Martín - 28 may 2024 00:00 CET

Los complutenses Elena Torres Clemente, profesora de Musicología y una de las grandes expertas mundiales en Manuel de Falla, y Emilio Peral Vega, catedrático de Literatura y, sin duda, el más reputado estudioso de Federico García Lorca, decidieron salir de sus respectivas zonas de confort y aceptar el reto de escribir un libro sobre uno de los principales grupos de la historia del pop en España.

 

Mecano: inspiración poética y genio musical (Guillermo Escolar Editor) es no solo el tributo de dos seguidores -en el caso de Peral, como él reconoce, esta condición alcanza casi el grado de “religión”-, sino ante todo dos miradas académicas complementarias que explican muchos de los porqués que hacen que el grupo que integraron los hermanos José María y Nacho Cano y Ana Torroja en los 80 y comienzos de los 90, siga siendo a día de hoy, no solo el que más discos ha vendido en la historia de la música española, sino que se mantenga vigente y activo en Spotify y el resto de plataformas musicales.

 

- La idea de escribir este libro, como habéis explicado en otras entrevistas, surge de una conversación entre el editor Guillermo Escolar y Emilio en plena pandemia tras la emisión en televisión de un documental sobre Mecano repleto de inexactitudes, pero ¿cómo surge la oportunidad de escribirlo juntos?

- Emilio Peral: Nos conocemos desde hace muchos años, pero, sobre todo, a través de los libros. Ella es la gran experta mundial en Manuel de Falla y yo me dedico a Lorca. Y las relaciones entre Falla y Lorca son muy importantes. De hecho, Lorca consideraba maestro a Manuel de Falla, y su primera dedicación fue la música. Yo sabía que Elena tenía también una cierta afición por Mecano, aunque no sabía que era tan grande, y tenía claro que ese proyecto tenía que tener una parte lírica y una parte musical, porque si no, no tenía sentido. Se lo propuse. Ella se negó un poco al principio porque era salir de su zona de confort, igual que yo de la mía también, pero bueno nos queremos mucho y finalmente dijo que sí.

- Elena Torres: Trabajar con Emilio siempre es un placer.

 

- ¿Lo planteasteis desde el inicio como un proyecto académico o como un proyecto de dos académicos que querían rendir un tributo a uno de los grupos de sus amores?

- Elena: Yo creo que las dos cosas, que no son incompatibles. La base académica está, la llevamos de serie, es imposible renunciar a ella; ahí hay documentación, ahí hay visión crítica. Todo eso está. Pero sí es verdad que hemos tratado de darle un tono de alta divulgación. No es un libro para especialistas exclusivamente. Yo he intentado que la parte musical se pueda leer por cualquiera, aunque no sepa música.

- Emilio: Sí, la parte de la literatura sucede un poco lo mismo. Hay análisis más liviano, más de divulgación, y hay análisis un poco más filológico porque las canciones lo requieren. Pero ese es nuestro aval, renunciar a él era muy peligroso, porque nosotros sabemos hacer lo que sabemos. Sabíamos que eso iba a causar una cierta prevención por parte de cierta academia, pero nuestro aval era ese, darle la entidad de la academia.

 

-¿Os ha sorprendido Mecano al analizarlo en profundidad?

- Elena: A mí me ha sorprendido que abre muchos caminos en el pop, que abre muchos caminos dentro de esas músicas populares que no esperaba. Yo como consumidora de Mecano conocía sus canciones, pero no me había puesto a reconstruir ese contexto, que tampoco conocía muy bien, y realmente abrieron muchas líneas nuevas, hacían uso de ritmos populares, del flamenco, de nuevas armonías, que no estaban estandarizadas en los años 80 y que empiezan a introducir ellos. Esto me sorprendió mucho realmente.

- Emilio: Yo llevo a Mecano en las venas. Para mí Mecano es una especie de religión. En todo mi círculo Mecano significa Emilio y Emilio significa Mecano. He crecido con Mecano, he seguido a Mecano… Pero coincido con Elena en que cuando tú te sientas en el escritorio y te pones a intentar investigar sobre un concepto que forma parte de tus glóbulos rojos, hace falta un proceso de apartamiento, de decir: bien, con esto he disfrutado, esto lo canto a voz en grito cuando voy a ver a Ana Torroja en directo; pero ahora no me toca esto, ahora me toca distanciarme e intentar establecer una relación, la misma que establezco cuando analizo un poema de Juan Ramón Jiménez, aunque en nuestro caso no se trata de comparar a los Cano ni con Manuel de Falla ni con Federico García Lorca. Es un fenómeno de cultura popular y ahí hay que ubicarlo.

 

- ¿Cuál es la conclusión del libro?

- Emilio: Que el tiempo ha dado la razón a Mecano. Nuestra lucha era la de intentar imponernos frente a una inteligencia políticamente correcta que cumple varias coordenadas: para ser un músico interesante en España, y en Europa en general, hay que ser un mal cantante, no hay que llevar mucho espectáculo en los conciertos y, por supuesto, tienes que vender pocos discos, porque eso va proporcionalmente unido a la calidad. Y, por aquel entonces, si además te drogabas, era la leche, y si encima hacías una declaración pública de votar a determinadas siglas, la releche. Y Mecano no cumple ninguna de esas características: no se implicaron en política, proceden de buena familia, la vocalista alcanzó un grado de perfección técnica inusual en el pop español, donde la mayor parte de la gente en aquella época no se preocupa en estudiar, formarse, mejorar, cuidar la voz. Ana no salía después de los conciertos, no fumaba, llevaba una vida casi teresiana. Sus dos compositores, los hermanos Cano, no eran Stravinski, pero poco a poco empiezan a desarrollar cierta solvencia… Entonces, el tiempo ha dado la razón a Mecano. Aquellos que los despreciaban, observan que siguen siendo los más reproducidos en Spotify, los que más siguen vendiendo y que se han resignificado con los años. Y eso es ser un clásico: que 50 años después la gente que no sabe en qué circunstancias naciste, te escuche sin prejuicio y diga que merece la pena.

 

- ¿Qué respuestas “académicas” explican ese éxito que ha sido capaz hasta de derribar el tiempo?

- Elena: Eso es lo que intentamos argumentar en el libro. En mi caso, viendo, por ejemplo, la forma en la que no se diferencia estribillo de copla, viendo esos acordes que son totalmente desusados, viendo incluso el ámbito melódico que tienen esas melodías de Ana Torroja, cómo tratan la estructura… Y desde el punto de vista literario te podrá decir Emilio. Esa es la base del libro, argumentar por qué eso funciona tan bien, por qué tienen esa calidad.

- Emilio: Son capaces de utilizar diversos géneros líricos, diversos tipos de rima, de hacer de cada canción una historia. Esto último es un asunto que no ha sido muy comprendido, porque la gente reproduce las canciones de Mecano y no se da cuenta, incluso algún periodista lo ha puesto en entredicho, que, sobre todo José María, se inventa personajes. Un señor que rima Nueva York con jamón de york, es un señor que no es José María Cano, no es que José María Cano fuese un mal poeta, es que lo que intenta es parodiar a un idiota que se va a Nueva York y que no sabe hablar y que imposta una lengua que no es suya, y se intenta poner fino y la lía. O cómo se inventa personajes expedicionarios de la Antártida. O cómo se ponen en la piel de una perrita que es lanzada al espacio y que no sabe dónde está. Son historias que van acompañadas de géneros musicales distintos y que adoptan yoes líricos muy diversos. Eso no es muy frecuente en la música española y ni siquiera en la europea, donde normalmente el 90 por ciento de las canciones son de amor, agradecido turbado o experiencias enormemente personalistas: y nos dieron las 10, y las 11 y las 2 y las 4. [Risas]

 

- Volviendo a lo anterior, ¿por qué no fueron reconocidos en su época, sobre todo en los primeros años? ¿Por qué, por ejemplo, no se les suele incluir en la movida madrileña, a la que claramente también pertenecen?

- Emilio: Esto sucede mucho en este país. Hay una época de repudio y de acotar el terreno. Por ejemplo, sucedió con la Generación del 27, que ahora parece que eran intangibles, pero que fueron un grupo de amigos jóvenes que se reunió en Sevilla y dijo: Somos nosotros, los demás no. Pero había un enorme conjunto de poetas que hemos tardado 100 años en reivindicar y que no aparecían en la foto. Y no aparecían por puro egoísmo de quienes estaban, que querían resaltar. En la movida ocurre lo mismo, se ponen unas cotas estéticas que crean los propios integrantes de la movida, de ser de una determinada manera, ser aficionados al glam, haber ido a Londres, tocar en determinados lugares... Si no cumples esas características, no formas parte de los nuestros. Y Mecano sufrió eso. No les invitaron a La Edad de Oro [programa que emitía TVE en los 80] porque no les dio la gana, no porque no lo merecieran. Fueron vetados en determinados contextos porque tampoco les favorecía que apareciera allí un grupo que tocaba bien, que la cantante afinaba… Esa primera etapa de Mecano es muy complicada. Se tienen que reivindicar, les cuesta mucho trabajo, reciben muchas críticas… Pero curiosamente a partir del año 86 y del pepinazo de Entre el cielo y el suelo, a Mecano se le empieza a considerar desde fuera. Esto siempre pasa aquí. Nunca somos profetas en nuestra Tierra. Hispanoamérica se rinde, en Estados Unidos empieza a sonar, en Europa empiezan a sonar… Y a partir de ese momento se les perdona todo y Mecano se convierte en una especie de “much”. Y luego llega otro concepto musical a partir de los 90, en el que se los vuelve a despreciar y se los deja en un segundo lugar muy curioso. Pero los años pasan y ahí están los datos.

 

- ¿Que se separaran tan pronto -pese a su breve vuelta en el 98- contribuyó a agrandar su leyenda?

- Emilio: Lo del 98 fue un requerimiento de la discográfica, que les había hecho el mayor contrato de la historia de la música español y tenían comprometidos dos discos más, y por eso hacen un recopilatorio doble y de esa manera cerraban. Ana creía que eso iba a continuar y Nacho pensaba que eso iba a continuar, pero no continuó. Y bueno, yo creo que se fueron en el mejor momento. Entonces nos dolió y parecía que no había sustitutos naturales y, de hecho, no los hay. Pero yo creo que eso con el tiempo les ha avalado todavía más. Irse en el mejor momento tampoco es una cosa española.

- Elena: Es complicado saber cerrar una etapa. En España, Mecano, Induráin y poco más.

 

- ¿Al final quién ha convencido al otro? ¿Cuál es el secreto del éxito de Mecano: la música o las letras?

- Elena: A mí Emilio me ha convencido plenamente de que por la letra tienen una gran valía. Leyendo su parte me quedo fascinada.

- Emilio: Y yo leyendo la tuya.

- Elena: Nos hemos convencido mutuamente.

 

- Por provocar un poco, os diría que en España la letra nunca ha sido lo más importante. Incluso, hemos sido unas cuantas generaciones las que cantábamos en ingles sin saber lo que decíamos.

- Emilio: El pop es eso. Lo dice el propio Nacho en algunas entrevistas: el pop es la intrascendencia. Es cierto que hay muchas canciones que tienen muchísimo mensaje. José María Cano, con quien hemos establecido una buena relación en el proceso del libro, lo dice en inglés. Él dice que Mecano hacía cool lo uncool. Y es cierto, ellos fueron los primeros en meter temas como el sida, la violencia de género -en el año 85 era un concepto que ni existía-, la homosexualidad femenina -que hablar de la masculina ya era novedoso, pero de la femenina… aquello ya era la leche-, de las drogas… Pero no desde un punto de vista rompedor o abrasivo, sino desde un punto de vista podríamos decir “abrazante”, si es que existe la palabra, en el que todos nos podíamos sentir representados, desde la señora que iba a la peluquería los viernes a el chico que se drogaba los fines de semana y veía ahí una especie de advertencia en esas letras. Esa variedad temática y saber tocarlo en el grado que hay que tocarlo, algunas veces muy metafóricamente, yo creo que ha permanecido en el tiempo, porque todavía seguimos identificándonos en esas letras. Pero también es cierto que, sobre todo, son dos grandes músicos.

- Elena: Mecano es la rareza, buena música y buena letra. En muchos casos encontramos hoy unas melodías que son muy pegadizas y funcionan muy bien, y el texto es insustancial por completo. Pero en este caso, no. Se dan los dos requerimientos, lo cual lo hace más grande todavía.

 

- ¿Hay influencia de Mecano en la música actual?

- Elena: Mucha. Desde el punto de vista vocal, esa manera de cantar de Torroja ha tenido una saga en esa voz muy bien impostada, una voz un poco infantil si queremos, y eso se puede ver por ejemplo en La Oreja de Van Gogh o ahora en Aitana, que ella misma lo reconoce y ha cantado canciones de Mecano. Eso desde el punto de vista interpretativo, y desde el punto de vista compositivo, muchísimo. Decía antes que abrieron muchos caminos. Por ejemplo, con la fusión con el flamenco o la rumba que luego todos siguieron haciendo: Alejandro Sanz, Rosario, Estopa, Rosalía más recientemente. Ellos fueron de los primeros en hacerlo con músicos como Tomatito, Gerardo Núñez… Igual con los ritmos latinos. Entreabrieron muchas puertas por las que han seguido muchos intérpretes y compositores.

- Emilio: Desde el punto de vista de la letra es evidente. Ellos gozan de un enorme respeto de los grupos indie, que rindieron un homenaje a Mecano, llevando las canciones a un terreno muy distinto, sonoro y también vocal. Vetusta Morla, Santi Balmes, Love of lesbian, Miss Cafeína… Todos han reseñado su influencia sin ningún tipo de tapujos respecto a Mecano. Y era arriesgado porque el publico indie no se asemejaba ni ideológica ni intelectualmente a Mecano y desde ese momento se han contemplado en Mecano sin ningún tipo de prejuicio. Otro legado fueron sus conciertos, que manteniendo el concepto de la buena música hecha en directo, con cinco músicos tocando, fueron incorporando los mejores ingenieros de luces, los mejores escenógrafos… Sin importarles a veces perder dinero cuando tocaban en ciudades o plazas más pequeñas.

 

- ¿Qué participación han tenido Nacho, José María y Ana en el libro? ¿Sabéis qué les ha parecido?

- Emilio: Nos pusimos en contacto con José María fundamentalmente. Los dos somos muy vergonzosos y muy respetuosos, pero lo hicimos. Él respondió muy gratamente y muy interesado. Es una persona muy culta, muy formada y ahora es uno de los pintores españoles más reputados internacionalmente. Se mostró muy entusiasta del proyecto, de que desde la Universidad se hiciera algo y nos ayudó desde el principio. No ha intervenido, nos ha dejado libres, hay incluso interpretaciones con las que no está del todo de acuerdo, pero nos ha ayudado, nos ha recibido. Nacho estuvo ahí. Hablamos muy al principio del proyecto con su persona de confianza; porque él estaba en el proceso de composición de Malinche y nos dijeron que si necesitábamos algo ahí estaba, y que lo apoyaba. Y con quien no hemos tenido contacto por su propio carácter es con Ana. Ella vive en México, donde tiene una carrera muy exitosa, viene poco a España y es una persona muy reservada. Pero nos consta que le ha llegado el libro y seguro que leyendo lo que ha escrito Elena de su voz se siente enormemente feliz porque es un elogio en toda regla.

 

- ¿Ya tenéis en miras algún próximo grupo o cantante al que analizar?

- Emilio: Creo que vamos a volver a palacio. [Risas] Estamos un poco abrumados.

- Elena: La repercusión está siendo increíble. Hemos publicado mucho, hemos hecho mucha investigación y ningún trabajo ha tenido la repercusión de este libro.

- Emilio: Quién sabe. Estamos muy contentos y quizá en el futuro… Pero tiene que darse esa circunstancia de que sea un grupo que nos atraiga, que compartamos… Hemos trabajado juntos muchas veces y lo seguiremos haciendo. El haber podido hacer este libro ha sucedido porque nosotros tenemos un aval detrás dedicándonos a nuestras cosas. Es decir, nos tenemos que seguir dedicando a nuestras cosas para quizá en unos años hacer alguna de esas cosas que no las dé la gana.

- Alguna idea parece que Emilio tiene…

-Elena: [Risas] Siempre me lía…