CULTURA
La Orquesta Sinfónica de la UCM cumple diez años consolidada y con ganas de crecer
Fotografía: Jesús de Miguel - 28 mar 2023 12:54 CET
El 18 de febrero de 2013 el salón de actos del Edificio de Estudiantes acogía las primeras audiciones para formar parte de un nuevo proyecto: la Orquesta Sinfónica de la Universidad Complutense de Madrid (OSUCM). El proyecto nacía de la mano del Vicerrectorado de Cultura y del entonces director musical del Teatro Lírico de la Zarzuela, el director de orquesta Cristóbal Soler, quien en persona realizó aquellas primeras audiciones, a las que se presentaron más de cincuenta personas. Junto a Soler, desde aquel primer momento, estuvo José Sanchís, un joven director de orquesta recién llegado entonces a Madrid, quien poco tiempo después se responsabilizó del proyecto y con quien la OSUCM ha vivido una década de crecimiento hasta consolidarse como una de las principales orquestas universitarias del país.
Para celebrar sus primeros diez años de vida, la OSUCM ha ofrecido dos conciertos, los días 23 de 25 de marzo, en el Anfiteatro Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina, su habitual escenario, y en el Teatro Monumental de Madrid. Entre medias de ambos, nos citamos con José Sanchís para hacer balance de esta década de trabajo y recompensas y, como siempre acaba sucediendo con él, para mirar hacia el futuro.
- ¿Qué recuerdas de la creación de la orquesta?
- Aquí nunca había existido una orquesta así y además se hizo en un momento económico muy delicado. Cuando se plantea el proyecto, en los años 2011, 2012, estábamos en plena crisis económica. Fue una apuesta inicial con muy poco dinero y un poco se trataba de ir caminando y a ver hasta dónde llegábamos. Y aquí estamos.
- Casi nació como un proyecto piloto…
- No exactamente como proyecto piloto, pero sí entre mucho escepticismo. Ahora muchas universidades tienen su orquesta, pero entonces eran muy pocas. Tampoco tenían ni tienen un modelo como el nuestro, que mantenemos desde que nació, y que creo que solo es comparable al de la Universidad de Valencia, que es pionera en la creación de una orquesta.
- ¿Cómo es ese modelo que caracteriza a la OSCUM?
- Es un modelo de una orquesta que funciona durante todo el curso académico; tiene una programación regular; tiene unos ensayos semanales regulares; tiene una estructura de trabajo, entre comillas, profesional a la hora de trabajar y planificar y, sobre todo, que tiene un proyecto pedagógico, académico y artístico. Otras orquestas de universidades funcionan de otra manera; se juntan tres veces al año durante una semana y generan un programa para unos conciertos. Yo entiendo que esa no es la fórmula adecuada de crear grupo, de crear realmente un proyecto artístico, de crear un vínculo, de crear un compromiso. De hecho, una de las cosas que más valoran los músicos es esta regularidad, estos ensayos semanales, estos trabajos a veces con músicos de orquestas profesionales que vienen a impartir una masterclass, a ayudarles, un poquito a enseñarles, a hacerles crecer. Son rasgos característicos e importantes.
- Otra característica de la orquesta desde su creación fue su doble vertiente, tanto de servir como un paso más a quienes buscan dedicarse profesionalmente a la música, como de lugar de acogida a quienes al llegar a la universidad dan un paso al lado en sus estudios superiores musicales.
- Eso es. Sobre todo se trataba de que todos estos estudiantes que se incorporan a la universidad y llevan muchos años haciendo música y tocando en agrupaciones, que no fuera el acceso a la universidad el que diera por finalizado esta etapa de formación y que pudieran continuar practicando con sus instrumentos. La Orquesta lo que genera es esto. Es un punto de encuentro para todos estos estudiantes que tienen estudios musicales, que practican un instrumento y que la universidad les da oportunidad de continuar desarrollándose musicalmente y de poder continuar sintiéndose músicos. Y como decías, también para algunos es un paso importante en su carrera, tras el que toman el camino profesional. Tenemos gente que tras estar aquí se ha situado muy bien, incluso alguno ha llegado a la Filarmónica de Berlín, al Palau de les Arts, y a un largo etcétera de orquestas profesionales. Creo que es muy importante aunar esa vertiente social, esa vertiente formativa y esa vertiente artística.
- Y otra gran seña de identidad de la orquesta es que desde su nacimiento al menos el 50 por ciento de sus componentes son estudiantes complutenses.
- Y estamos ya superando el 70 por ciento. Cada vez ha crecido más ese número de alumnos complutenses que compaginan sus carreras universitarias con la carrera musical. Muchos de ellos ni siquiera se lo habían planteado y al tener la posibilidad de la orquesta ha sido como un empujón también para continuar con los estudios superiores. Estaremos hablando de más de 400 o 450 músicos que han formado parte de la Orquesta. Este año somos una plantilla de unos 65. Queda una chica que empezó el primer año, Inmaculada Hurtado, que aún sigue. Y además, hay ex miembros de la Orquesta que están participado en los conciertos de conmemoración.
- ¿Es frecuente que se mantengan esos lazos entre quienes han integrado la orquesta?
- La parte artística y musical es muy importante, y es algo en lo que trato de trabajar intensamente, pero esa parte social, esa parte de comunidad, esa parte de apego y de orgullo de pertenencia, también la buscamos. Es fantástico. Rara es la vez que no vienen a los conciertos ex miembros, incluso algunos que están en otros países, que no dudan en acercarse y recordar la etapa tan bonita que vivieron y, como ellos me dicen, agradecer a la orquesta lo que les aportó no solo en su desarrollo musical, sino también al personal. Al final esto te hace trabajar en equipo y conocer muy bien cuáles son los roles que tienes que desarrollar.
- ¿En qué punto está la orquesta en la actualidad?
- Mi intención siempre es poder implementar más el proyecto. Creo que ahora estamos en un buen momento. Prueba de ello es este décimo aniversario y lo que la gente está pudiendo ver en el Monumental y en Medicina. Mi intención es tratar de tener más recursos para poder hacer crecer aún más el proyecto. Yo en los estancamientos no creo, porque si no llega un momento en el que se entra en una zona de confort… Tenemos que estar siempre buscando cómo crecer, nuevos incentivos, nuevas motivaciones… Para todos, incluso para la propia universidad.
- ¿Cuál sería el siguiente paso?
- Es lo que comento, se trata de poder aspirar a tener más recursos para que la Orquesta pueda hacer más actividades o podamos plantearnos nuevos proyectos. Ahora, por ejemplo, vamos a hacer una grabación de estudio, que es la primera que va a hacer la orquesta en 10 años, cuando debería hacerla cada dos o tres años. Es solo un ejemplo. Hacen falta recursos económicos, ser conscientes todos del proyecto que tenemos entre manos y ayudar con esos recursos, que no solo son económicos, sino a veces inmateriales, de tener ideas, de poder plantear… Yo creo que es importante.
- ¿La idea es retomar las actuaciones fuera de la universidad e incluso de Madrid?
- De hecho, ahora, el 1 de julio, tenemos un concierto en el Festival Serenates en Valencia, que es uno de los más importantes de España. Además, la Orquesta de la Universidad de Valencia va a venir aquí a la UCM a hacer un concierto dentro de los actos de esta décimo aniversario. Pero sí, como dices, en estos diez años hemos estado en Oviedo, en Zaragoza, en el Palau de la Música de Valencia, en Ávila… La pandemia, como a todos, nos quitó de poder seguir viajando y ahora este año lo vamos a retomar con esta actuación de Valencia. Es importante que la Orquesta salga de la Universidad y de Madrid, y se dé a conocer. Al final, la Orquesta es una seña de identidad de la Universidad.
- ¿Qué consideración se tiene de ella en el ámbito profesional?
- En el ámbito de las orquestas universitarias, la Complutense está en un primer escalón. Tener un proyecto consolidado de diez años no lo hace cualquiera y eso da muestras de que hay un trabajo detrás interesante, importante y de que hay crecimiento.
- Pese a que tú también has tenido un importante desarrollo profesional en estos años como director, dirigiendo a destacadas orquestas por todo el mundo, aquí sigues…
- Es un proyecto al que le tengo mucho cariño y en el que creo que todavía me quedan cosas por hacer. Es un proyecto que me acompaña desde que yo llegué a Madrid y por el que he trabajado mucho y he visto crecer de manera interesante. La Orquesta, sobre todo, me aporta frescura. Cada año o cada dos o tres años hay que afrontar una renovación bastante importante, con lo cual la gente con la que trabajas es totalmente diferente. Cada vez que ocurre esto, es como si te dieran un trozo de barro o de arcilla para modelar otra vez desde el principio. Es un mismo proyecto, pero, a la vez, estás cada cierto tiempo creando otra cosa totalmente distinta. Aquí seguiré mientras me quieran, porque creo que todavía me quedan cosas por hacer.