FUNDACIÓN
La Escuela Complutense de Verano brinda una experiencia vital y académica única a 575 estudiantes de 29 países
Fotografía: Francisco Rivas - 5 jul 2023 14:58 CET
Quinientos setenta y cinco estudiantes de 29 países asisten desde el pasado lunes 3 de julio a la vigésimo primera edición de la Escuela Complutense de Verano (ECV), en la que este año se imparten 34 cursos. Si los números ya hablan de su magnitud, lo más importante, como indicó el rector Joaquín Goyache, en la inauguración oficial celebrada en la tarde del 4 julio en el Anfiteatro Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina, son los intangibles que lleva aparejada: una experiencia única, académica y vital, que permite conocer y estrechar lazos con personas de distintas procedencias, conocer y compartir sus culturas, empaparse de nuevos conocimiento de la mano de magníficos profesores y, todo ello, en una gran universidad, como la Complutense, y en una magnífica ciudad, como es Madrid.
Aunque entre los estudiantes que asisten este año a la Escuela los hay de países europeos, asiáticos o africanos, como ocurre cada año, una gran parte viene de América Latina, con alumnas y alumnos de prácticamente todos sus países. La ECV, como recordó el rector, tiene entre sus principales vocaciones la de tender puentes académicos, culturales y, “sobre todo, humanos”, entre la UCM y Latinoamérica. “Somos una gran universidad, la 171 mejor del mundo según el ránking QS y en reputación entre las cien primeras. Pero eso no es importante para mí como rector. Lo más importante es que hay personas como vosotras que nos eligen para estar con nosotros durante unas semanas”, afirmó Goyache. “Queremos que os sintáis complutenses no solo estas tres semanas, sino que os sintáis orgullosos de serlo para siempre”, indicó, a su vez, el director de la Escuela, Miguel Ángel Casermeiro.
Además del rector y del director -que hizo hincapié en la pluralidad y diversidad de la Escuela- en el acto también intervino el presidente de Santander Universidades, Matías Rodríguez Inciarte, quien, precisamente, elogió la vocación internacional de la UCM, en consonancia con la línea que sigue Banco Santander desde hace 26 años de apoyo a la educación superior en España y Latinoamérica. Rodríguez Inciarte también elogió el formato de la ECV, al que tildó de “imaginativo”, ya que desde su puesta en marcha ha sabido crear un ambiente que favorece el establecimiento de relaciones personales sin dejar de lado una formación transversal de calidad. El representante de Santander cerró su intervención señalando que, como se puso de manifiesto en la reciente reunión de Universia, celebrada en mayo en Valencia, son tres los principales retos que debe afrontar la universidad: ofrecer formación a lo largo de la vida, cultivar el espíritu emprendedor en sus estudiantes y avanzar en la internacionalización.
Conferencia inaugural sobre las oportunidades de la transición energética
El acto inaugural de esta vigésimo primera edición de la ECV incluyó la conferencia de María Ángeles Santamaría, consejera independiente de Maphre Global Risks y ex CEO de la división de energías renovables de Iberdrola España. Santamaría dedicó su exposición a la oportunidad que, según indicó, en estos momentos existe de hacer realidad la transición energética en la Unión Europea y, en concreto, en España. De acuerdo con la experta, el convencimiento de los países europeos de no poder depender energéticamente de terceros -sobre todo de países de gran inestabilidad geopolítica como Rusia, del que dependía el 60% del suministro- ha acelerado los objetivos de descarbonización de su economía fijados para 2030.
Santamaría considera que las energías renovables ya son capaces de sustituir a los aún mayoritarios combustibles fósiles. Según explicó ya hay una alta capacidad de producir electricidad renovable de forma competitiva y segura, a través principalmente de la energía eólica y fotovoltaica. El siguiente paso, que también ya se está dando, es electrificar los usos finales. Como comentó, los principales demandantes energéticos -transporte de viajeros, climatización e industria- ya están incorporando la electricidad de manera más o menos masiva en su día a día. Está ocurriendo con los vehículos eléctricos, con el uso de alternativas como la aerotermia en la climatización de los hogares o la introducción de sistemas limpios en las industrias.
Por supuesto, es necesario dar más pasos en esta transición energética cuyo objetivo son las emisiones cero. Entre ellos, Santamaría mencionó el desarrollo de nuevas alternativas como el hidrógeno verde o el biometano -que aún no son competitivas-, o la adaptación del sector eléctrico a una nueva realidad en la que el momento de la generación -sobre todo de día- no coincide necesariamente con el de la demanda -con grandes picos por la noche-, por lo que tanto las baterías de almacenamiento como las centrales hidroeléctricas reversibles, o de bombeo, deben dar también un paso adelante en su desarrollo y eficiencia.
Para concluir, la conferenciante se mostró “optimista” tanto en alcanzar el objetivo de descarbonización en un plazo prudente de tiempo, como con que España aproveche la oportunidad que se le presenta. No solo debe hacerlo por ser uno de los países con mayor materia prima -horas de sol- en una de las principales energías renovables, sino que debe liderar el desarrollo tecnológico que este proceso va a llevar aparejado -desarrollo de paneles solares, baterías…- para llevar a cabo una necesaria reindustrialización.