ÁGORA

Carlos Iriart, Ubaldo Cuesta y Alberto García, en la inauguración de las Jornadas Alumni de Nueva Creación Audiovisual

Ciencias de la Información acoge las sextas jornadas Alumni de Nueva Creación Audiovisual

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 6 mar 2024 14:00 CET

Los días 5 y 6 de marzo se han celebrado en la Facultad de Ciencias de la Información las jornadas Alumni de Nueva Creación Audiovisual 2024, un encuentro entre creadores y estudiantes organizado en colaboración con el Departamento de Ciencias de la Comunicación Aplicada y el Instituto de Cine Madrid. Las jornadas han contado con ponencias de profesionales del cine, la televisión, los eSports y las redes sociales, y con dos talleres, uno de ellos sobre producción a cargo de María del Puy Alvarado, y otro de operación de cámara y dirección de fotografía, coordinado por Carlos Cuenca. El vicerrector de Comunicación de la UCM, Ubaldo Cuesta, ha asegurado, en la inauguración de las jornadas, que en la universidad del presente este tipo de iniciativas “no son un complemento, sino que son parte esencial de la formación”.

 

Ubaldo Cuesta considera que “estamos viviendo un tsunami en el mundo universitario, y uno de los efectos más importantes de esa marea es la unión entre los académicos y el ejercicio profesional”. De acuerdo con él, el modelo medieval de la clase magistral ya no tiene ningún sentido, y a eso hay que sumar otros cambios, como la digitalización y la Inteligencia Artificial, frente a los que la universidad no se puede quedar atrás, y para ello hay que hacer jornadas como esta.

 

Coincide con esta idea Carlos Iriart, director del Instituto de Cine Madrid, quien opina “estas jornadas sirven para conectar la academia con la estructura industrial, que, en estos momentos, en nuestro país, está pasando por una edad de oro en el mundo audiovisual, con más rodajes de series y películas que en ningún otro momento de la historia”.

 

El profesor del Departamento de Ciencias de la Comunicación Aplicada y director de las jornadas, Alberto García, informa de que, una muestra de esa edad dorada, son los profesionales convocados estos dos días para “compartir su experiencia y ayudar a la construcción del futuro profesional de los jóvenes”. Antes de las charlas animó a la participación, a que “no sólo se escuche, sino que se converse, se participe, se disfrute y que se pregunte para ver cómo se pueden conseguir ideas para el futuro”.

 

El vicerrector Cuesta ha animado también a los estudiantes a que no renuncien a sus sueños, porque, aunque a veces sea difícil vivir del audiovisual “la única manera de vivir bien es tener un horizonte, una guía”.

 

Nominados a los Goya

Pedro Riutort abrió la jornada dedicada a profesionales nominados a los premios Goya, en su caso por Libélula, un filme rodado por él y otros ocho directores y producido por el Instituto de Cine Madrid. Cuenta Riutort que, para él, “un rodaje es como un viaje con una guía, que es evidentemente el guion, en el que sabes de donde sales y a donde quieres llegar, pero no sabes lo que va a pasar en medio”. Considera que en un trayecto como ese se aprende mucho de cine, “pero también de psicología y de egos”, y asegura que, por eso, más interesante que la propia película habría sido un making off del rodaje, que se propuso, pero que nunca se llegó a hacer.

 

Amaya Villar, directora del documental Contigo, contigo y sin mí, nominado al Goya este año 2024, explicó que se trata de “una película autobiográfica, muy personal, hecha a partir de 450 horas de material de archivo, lo que ha sido un trabajo titánico”. Villar tiene cuatro películas como montadora, pero esta es su primera como directora, guionista, montadora y post productora, así que “haber llegado a los Goya es un premio impresionante, así como recibir todos los días la respuesta de mucha gente anónima a la que le ha ayudado la película”. Ha defendido Villar “filmarlo todo, para hacer eterno lo efímero”.

 

Nach Solís, guionista del cortometraje París 70, nominado al Goya 2024, y ganador de más de cien premios, informa que desde pequeño se quería dedicar al cine, pero la vida le llevó por la Medicina, aunque durante la carrera abrió un blog donde hacía críticas de películas. Tras quince años dedicado a la Medicina pensó que estaría bien hablar de sus propios temas y decidió entonces estudiar una diplomatura de guion on line del Instituto de Cine, aunque siguió siendo médico. En un momento dado decidió tomar las riendas de su carrera, autoproduciéndose para tener algo que mostrar, con un corto que rodó durante sus estudios, y que le sirvió para aprender la distribución en España. Luego, con amigos escribió, produjo y distribuyó más cortos, presentándose a convocatorias de guion y compartiendo sus trabajos en redes. Ahora puede presumir de haber conseguido su sueño, que era vivir del cine.

 

El también nominado al Goya 2024, en este caso al mejor cortometraje de animación por Todo está perdido, David Castro González, empezó a hacer cortos también de joven, acudiendo a distintos festivales. Paralelamente se puso a estudiar Educación Infantil, continuó con Pedagogía, siguió con los cortos y también empezó Comunicación Audiovisual, todo en Burgos, y reconoce que pudo estudiar todo eso a la vez porque le convalidaron muchas asignaturas. Al terminar, le dieron una beca para estudiar en el Instituto de Cine Madrid, donde se matriculó en dirección y aprovechó ese año becado para colarse en todas las clases del Instituto que podía y para ayudar en cualquier cosa. Fundó un grupo de Facebook denominado Stopmotia, que ahora cuenta ya con 9.000 personas, “porque no había ningún sitio para aprender sobre la técnica de stop motion”, y allí comenzó su contacto con profesionales. Pronto fundaron un canal de Youtube que se convirtió en la productora LAG, que llegó a hacer una serie para Atresmedia llamada Sapristi, antes de especializarse en deportes electrónicos. Castro decidió irse por el lado del cine al tiempo que se convirtió en profesor en el Instituto del Cine de Madrid, hasta 2016, cuando produjo el corto UKA, nominado ya a los Goya en 2017.

 

Otras perspectivas

La segunda jornada se ha centrado en otro tipo de formatos y plataformas, comenzando con Claudia García, tiktoker e influencer de 20 años, que empezó en la cuarentena a montar historias e interpretar las canciones a su manera, lo que enganchó con el público. A raíz del éxito en las redes sociales se metió a interpretación y a continuar con su tarea de creadora de contenidos en redes sociales que “es muy bueno, porque te abre las puetas y los ojos de manera masiva, al tiempo que te da dinero para pagarte tus estudios, aunque también tienen muchas cosas malas, porque generan muchas inseguridades por el hecho de exponerte y de compararte con los demás”.

 

Laura G. Vélez vino a Madrid desde México, a estudiar en el Instituto de Cine Madrid, donde hizo contactos con gente de diferentes diplomaturas y al salir de allí se empezó a mover con empresas de publicidad, montando material audiovisual. Participó en el mismo canal de Youtube que David Castro, en el que fusionaban el humor con distintas técnicas de animación e imagen real, que luego se convirtió en la productora LAG, y pronto, con 24 años, acabó dirigiendo un reality show en MTV sobre un equipo de eSports que jugaba al League of Legends. A raíz de aquello, trabajando con Vodafone, se quiso abrir una parrilla de contenidos en redes sociales sobre la actualidad de eSports, mucho antes de que el concepto estuviera establecido con personas como Ibai Llanos, que ahora hacen auténticos programas de televisión en redes. Ahora trabaja en la productora LAG, que se ha especializado en eSports.

 

El actor Brays Efe y el guionista y director David Galán Galindo, dos alumni de la Facultad, uno de Comunicación Audiovisual y el otro de Publicidad, consideran que uno comienza a sentirse profesional cuando cobra por su trabajo o, como afirma Brays Efe, cuando aprovechas cualquier oportunidad, como acudir a un rodaje, para verlo desde dentro, “porque te da una perspectiva única, aunque lo que se haga no tenga nada que ver con las expectativas”, como las suyas que eran ser director y guionista.

 

David Galán sí quería ser escritor, así que pensó estudiar algo afín para encontrar un trabajo y luego dejarlo para dedicarse a su verdadera pasión. Luego se vio “ascendido a la fuerza a director”, porque no había quien le dirigiese los guiones. Brays Efe pensaba que quería escribir guiones, pero por el camino se le cruzó en su vida la experiencia de ser actor, aunque “al final si te gusta contar historias, y formas parte de contarlas estás feliz”. A pesar de eso, el último año, ya asentado, con dinero, ha dedicado algo de su tiempo para escribir su primer guion.

 

El mejor consejo de Galán para los estudiantes es que aguanten, “porque esta profesión consiste en aguantar veinte noes para conseguir un sí”, así que es fundamental aprender a que te van a cerrar muchas veces la puerta hasta que alguien te lo acepta, como los ocho años que él se pasó hasta que pudo rodar Orígenes secretos. Brays Efe recomienda hacer todos los contactos posibles, así como atreverse a mandar el mail que haga falta a quien se considere necesario.

 

El Ranchito, empresa de efectos visuales y postproducción, estuvo representada en las jornadas por Deneb Sabater, Rubén Bustos y Ezequiel Larru. Sabater participaba en todo lo que pudo ya desde la Facultad, lo que le dio la opción de aprender mucho, así que recomienda “participar en la vida universitaria, porque abre muchos caminos”. Aconseja además ser perseverante en el trabajo y formarse constantemente, “hay que creer mucho en lo que queréis hacer porque esta industria no es fácil, pero si queréis, lo haréis”.

 

Ezequiel Larru, que empezó Bellas Artes, recordó que la industria del cine es gigantesca y los efectos visuales, o VFX, ya no se limitan a la postproducción, sino que están dando soluciones desde que comienza el rodaje, lo que han hecho en producciones tan icónicas como Stranger things, La sociedad de la nieve o Lo imposible, con grandes equipos donde cada uno hace su parte, desde el 3D a la IA, el machine learning, el Photoshop… “Cualquiera que quiera dedicarse a ello, lo logrará con intención, pasión y fuerza”.

 

Por su parte, Rubén Bustos estudió Comunicación Audiovisual en el centro adscrito de la UCM en Aranjuez, y jamás pensó que iba a trabajar en este mundo, y cuando empezó sentía que “no tenía mucho que aportar, más allá de las ganas”, pero recomienda a los estudiantes que no tengan miedo de probar, porque además es “una industria al alza y se supone que para 2030 será el doble que ahora”.