LIBROS
De complutense a complutense. José Luis Sampedro. Un hombre fronterizo, de José Manuel Lucía Megías
Texto: Alberto Martín - 19 ene 2023 00:00 CET
Un homenaje que viró a un diálogo. El repaso a una vida y una obra, convertida en una oportunidad para repensarse y conocerse mejor. Eso, pero ante todo, una excepcional guía para conocer la vida, la obra y el pensamiento de uno de los complutenses más inmortales, es José Luis Sampedro. Un hombre fronterizo. El catedrático de Filología Románica de la UCM, escritor y poeta, José Manuel Lucía Megías, es el autor de este homenaje de complutense a complutense, editado por Plaza&Janés. “Un regalo de vida. Lo más bonito que me ha podido pasar”, confiesa el autor.
De entre lo mucho que ha descubierto de Sampedro en este viaje por sus documentos y los recuerdos de quienes le acompañaron en sus últimos años de vida, como Amaya Delgado o su viuda, Olga Lucas, el profesor Lucía Megías, José Manuel en este viaje, quizá se queda con una frase: “Ahora me encuentro mejor. Muchas gracias a todos”. “Me contó Olga que fueron sus últimas palabras. Que esas sean las últimas palabras de una vida, te dice mucho de la persona, que termines agradeciendo a la gente que te haya hecho feliz…”.
¿Por qué este libro? ¿Cuál es el viaje que lleva a José Manuel Lucía Megías, cervantista, poeta, dramaturgo, a escribir una obra de más de 600 páginas sobre José Luis Sampedro?
El camino empieza en leerle y disfrutarle; el ser lector, sobre todo del Sampedro novelista y sobre todo a partir de Octubre, octubre. Luego, en 2012, le dedicamos la segunda edición de la Semana Complutense de las Letras, que yo dirigía. Organizamos una exposición, me metí en su archivo y pude conocerle y establecer un vínculo personal que se ha mantenido en el tiempo después de su muerte, gracias a Olga Lucas, su viuda, y a la Asociación Amigos de José Luis Sampedro, de la que soy secretario. Este año 2023 se cumplen los 10 años de su muerte y nos pareció que estaría bien poder ofrecer un libro que fuera un resumen de su obra y de su vida, sobre todo para que aquellos que le conocieran pudieran poner las cosas un poco en orden, y para aquellos que saben de Sampedro porque lo leen en las redes sociales o alguien les habla de “este maravilloso autor”, pero que solo saben un nombre, pero no lo que hay detrás, que también pudieran tener algo en lo que en un momento dado conocer. Y lo que iba a ser un libro conmemorativo de los diez años a partir de lo que ya sabíamos, se convirtió en un viaje maravilloso en el archivo de José Luis Sampedro, llegando a inéditos y aprendiendo tantísimas cosas de él, de la época, de los años de la dictadura y después de la transición. Y, sobre todo, de sus ideas. No solamente de las que están en sus novelas sino de todo ese pensamiento que al final le hace tan particular casi desde joven hasta que se murió, precisamente en la coherencia de vida que tuvo.
Con solo echar un vistazo al libro se ve que tiene detrás muchísimo trabajo. Uno imagina a su autor casi en una cueva rodeado de carpetas y papeles. ¿Cómo has vivido ese año de trabajo?
Lo he vivido como un regalo de vida, como un regalo que me da la vida. He terminado haciendo lo que nunca pude hacer con él personalmente, que es tener un diálogo. Yo lo conocí, hablé con él, pero realmente no pude mantener una conversación larga hablando de su obra, de su vida, de cómo veía la vida y el mundo. En cambio, lo he podido hacer con sus escritos y con todos sus inéditos y todos los papeles que él dejaba en su archivo. Ha sido un viaje durante un año, metido en ese otro José Luis documental, pero que ha sido un regalo, no un esfuerzo, el ir descubriendo cada día una cosa nueva e ir teniendo ese diálogo, que es lo más bonito que en un momento dado me ha podido pasar.
En el prólogo llegas a afirmar que este viaje te ha cambiado, que ha modificado tu manera de verte, de pensarte…
Una obsesión que tiene José Luis Sampedro durante toda su vida es el “hacer” y el “hacerse”. Es decir, ¿qué es lo que somos? Somos parte de una sociedad, pero también somos parte de nosotros mismos, y entonces tenemos que ir construyéndonos en el tiempo, pero también nos tenemos que construir a nosotros mismos en ese tiempo. Con esa idea de hacer y hacerse, en un momento dado yo me he encontrado que cuando estaba hablando en ese diálogo o intentando comprender cómo se hacía o cómo hacía la sociedad José Luis Sampedro, yo me preguntaba: ¿Y bueno, y yo? Y era inevitable porque me decía: “Tú has hecho eso, ¿y yo qué hago?” ¿Qué hago en un momento dado ante un conflicto?. ¿En qué tipo de sociedad estoy y cómo puedo participar en ella para mejorarla? Al final ha sido un viaje también hacia mí mismo. No ha sido solo profundizar en el diálogo con José Luis, sino que en ese diálogo yo he salido enriquecido, no solamente por conocerle a él, sino porque he comenzado a conocerme mucho mejor a mí mismo.
Veo que Sampedro ha conseguido contigo hacer realidad esa provocación que él decía que utilizaba cuando impartía clases para conseguir que sus estudiantes pensaran por sí mismos…
Totalmente. José Luis Sampedro en sus clases no llegaba y simplemente daba la charla y era un monólogo, sino que intentaba que hubiera un diálogo para que el alumno viera que los grandes temas pueden ser criticados o, al menos, en un momento dado pueden ser puestos en duda para llegar a un mejor conocimiento. Eso es lo que también al final tenemos que rescatar en nuestra sociedad, que haya un poco más de diálogo, que hablemos más, porque al final cuando hablamos terminamos enriqueciéndonos, porque no solamente nos escuchamos nuestra voz, que a nosotros nos parece que es idílica y nos dice todas las verdades, sino que, si escuchamos otras voces, de pronto nos damos cuenta que tienen tantas verdades como nosotros o incluso más, y que lógicamente esas verdades terminan siendo las nuestras.
¿A los estudiantes de hoy, a los que han escuchado menos hablar de Sampedro, quién les dirías que fue, que es?
Yo les diría que José Luis Sampedro es un humanista. Y ser un humanista significa que es una persona que se inserta en el mundo para intentar comprenderlo y mejorarlo. Él era sabio en muchas materias, pero no tanto para profundizar simplemente en el conocimiento, sino también para transformar la sociedad. José Luis Sampedro transmitía ese deseo con varias fórmulas. Una fundamental, la literatura. En sus novelas en el fondo la idea es que tú las leas con la idea de que también se transforme tu pensamiento, tu manera de ver las cosas a partir de lo que estás leyendo. Pero también con sus conferencias, los artículos de prensa, las clases; él era un verdadero profesor porque realmente enseñaba. Era una persona que miraba cara a cara al mundo y cuando no admitía lo que veía, quería mejorarlo.
El libro termina con una “Guía sampedriana de urgencia”. Haznos esa guía urgente en términos literarios para quienes quieran adentrase hoy de nuevas en Sampedro.
Si alguien no ha leído nada de José Luis Sampedro le diría que empiece por La sonrisa etrusca. Es una novela que le da una gran fama y una gran popularidad, porque en ella está cifrado mucho del pensamiento de José Luis pero en un lenguaje que es mucho más accesible que otras novelas. Está muy bien para empezar, para entrar en su universo de una manera sencilla. Y luego una novela maravillosa que no se puede uno perder: El río que nos lleva. La escribe en los años 50, 60, sobre los gancheros; una novela maravillosa. Y luego ya, La vieja sirena y Real Sitio. Y cuando ya uno se ha hecho con Sampedro, tiene que disfrutar Octubre, octubre. Es una novela de llegada, es una gran novela mundo. Y luego tiene un libro para quien le guste escribir, que es maravilloso, que es Escribir es vivir. Es un libro que escribe con su mujer Olga Lucas, que es su experiencia personal del escritor, pero también de la vida. Él no entiende que se pueda vivir sin escribir, pero tampoco que se pueda escribir sin tener vida. Es un manual de vida, de escritura, que a quien le gusta escribir se va a encontrar allí unas lecciones que realmente le van a ser esenciales. Y luego ya, José Luis Sampedro. Un hombre fronterizo… [Ríe] Esta es la guía. Si tú no sabes nada, aquí lo vas a encontrar.
Y este homenaje, esta guía, este diálogo, como destacas en el propio libro, es de un complutense a otro complutense.
Cuando empecé la idea era hacerle un homenaje por los diez años. Tenía claro que quería hablar de todas sus facetas. Pero me faltaba el tono. Lo que tenía claro también es que no quería hacer mi visión de Sampedro. Yo no quería dar mi opinión sobre cómo es Sampedro o sobre la biografía de Sampedro. Y entonces, de pronto, vi que lo que tenemos en común es que los dos somos profesores de la Complutense, que los dos somos escritores, y que los dos tenemos una idea y un compromiso con la sociedad. Desde ese espacio es de donde digo: vamos a dialogar. Es el diálogo entre dos complutenses, profesores, que aman además la profesión de ser profesor y que, en un momento dado, desde ese espacio vemos el mundo.