Fotografía: Jesús de Miguel - 3 oct 2023 12:43 CET

Como ha explicado la decana-presidenta del Colegio de Economistas de Madrid, el objetivo de este encuentro era acercar a la Universidad, a sus profesores y, sobre todo, a sus estudiantes, una figura clave en el desarrollo de España, como es el diálogo social, el instrumento, como defendió Antonio Garamendi, “que tenemos para alcanzar la necesaria paz social, es decir, para lograr que a todos nos vaya bien”.

Tanto los líderes empresariales como sindicales coinciden en que sin diálogo social y, en concreto, sin el modelo tripartito utilizado en España, en el que a patronales y sindicatos se suma la presencia del Gobierno, nuestro país no habría progresado. “Ha tenido un recorrido enorme en estos últimos 45 años, con grandes resultados. Es un éxito compartido”, afirmó Antonio Garamendi. “Desde la llegada de la democracia -señaló Unai Sordo- el diálogo social ha tenido un resultado bastante satisfactorio en términos de país y ha tenido una enorme funcionalidad democrática”. “Nuestro diálogo social tripartito es -añadió Gerardo Cuerva- un modelo en Europa y en el mundo”. “Decir que el diálogo social ha tenido todo el periodo democrático la misma intensidad no es decir la verdad, pero sobre todo en los últimos años, incluso con el gobierno del Partido Popular antes de la moción de censura, puede decirse que ha sido extraordinariamente positivo”, puntualizó Pepe Álvarez.

Los cuatro participantes destacaron que el hecho de poder influir de manera decisiva en leyes como la reforma laboral, la de las pensiones o sobre negociación colectiva, es, sin duda, el mayor logro del diálogo social en España. El hecho de que quienes tienen que aplicar o ser objeto de esas leyes, tengan voz en su confección es una gran ventaja. El único riesgo, según alertó el presidente de CEPYME, es que los gobiernos caigan en la tentación de instrumentalizar este diálogo, “lo que alguna vez reciente ha podido pasar”, y que si siguiera ocurriendo podría “acabar con el diálogo social”. Para el líder de UGT, Pepe Álvarez, la clave es que los tres interlocutores tengan claro que el objetivo es mejorar lo que hay en cada momento, algo que, por supuesto, conlleva que todos tengan que ceder y rebajar sus pretensiones. “De todos modos, creo que se valora esto un poco de más. Al fin y al cabo, llegar a acuerdos no es más que cumplir con nuestra obligación”.