Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 13 ene 2025 08:15 CET

Explica Taquen que la biblioteca de Ciencias Económicas y Empresariales “es un edificio muy complejo”, tanto por su estructura, como por uso, por lo que alberga y por su ubicación, ya que “es un lugar importante dentro de la Complutense, así que no se trata de pintar una fachada cualquiera donde se pueda utilizar una temática super abierta”. Además, estructuralmente “es una fachada con un montón de ventanas, con muchas entradas abajo, con doble altura, con columnas…”.

A partir de esa realidad, Taquen decidió crear “una pieza que englobara toda esa fachada, que se entendiera y que hablara de este concepto del intercambio, manteniendo además el color original”, que era algo que buscaba el artista para que la obra no fuera muy disruptiva. El boceto original, realizado siempre a mano como es habitual en el método de trabajo del artista, lo dividió en dos partes, la de abajo protagonizada por unas manos (la de su pareja) que intercambian libros y la de arriba por unas aves.

Explica Taquen que en este trabajo realizó muchos bocetos en papel para componer una imagen completa, tras lo que digitalizó ese papel y luego lo trabajó con el ordenador, planteándose “de qué forma se podían incluir todos los elementos sin que fuera demasiada información y que cuadrase bien en el espacio”.

En la parte de arriba del edificio el artista buscó mantener la simetría que tiene todo el mural, utilizando golondrinas, que “es un ave que habla de la llegada del buen tiempo, de la esperanza, de la fortuna incluso, del buen futuro…”. De tal manera que el trabajo final habla de lo que representa para Taquen la economía, entendida como bienestar social, y al mismo tiempo darle simetría y una sensación de vuelo hacia arriba, “generado por el movimiento de las golondrinas”.

Un arte muy personal

Explica Taquen que en sus obras siempre intenta relacionar el objeto del dibujo con su propia experiencia vital, algo que aquí se puede ver en las manos de su pareja, pintadas a partir de fotos que realizó el mismo, y que en otras piezas, donde aparecen retratos suelen ser de personas que conoce. Con eso busca volcarse “un poco más en el proyecto y hacerlo más íntimo, más personal, para que tenga todavía un poco más de sentido”.

Por otro lado, está su relación con la naturaleza que ha conservado desde muy pequeño, en dos pueblos de Burgos de donde es su familia (aunque él naciese en A Coruña, “de rebote”). Allí su tío le llevaba al monte y le hablaba de las aves, animales a los que empezó a apreciar como símbolos de “añoranza, de libertad e incluso de belleza al verlas volar”. A raíz de aquella experiencia, Taquen las utiliza de manera recurrente, ya que le sirven “para hablar metafóricamente de cosas y a la vez para darle valor a la propia naturaleza, para no olvidarnos de que el ser humano no deja de ser un animal y que estamos en relación con la naturaleza. Y después llevar ese concepto a fachadas, a edificios, a ciudades, para devolver la naturaleza a ese contacto con los humanos”.

Conservación de la obra

Taquen comenzó su carrera artística como grafitero y desde sus primeros años en la Facultad de Bellas Artes de la Complutense tenía claro que se quería dedicar al arte urbano. Es consciente de que muchos de sus trabajos se van a degradar con el tiempo o que van a ser intervenidos con firmas de otros que van a tapar su obra, pero es algo que no lleva muy mal, e incluso en contadas ocasiones esa intervención “puede aportar una nueva perspectiva” a los trabajos.

De todos modos, y para intentar preservar sus obras lo máximo posible, explica que es fundamental utilizar “materiales de primerísima calidad, como los que se han usado en la Complutense, que den, a lo mejor, una garantía de durabilidad de ocho o diez años y, sobre todo, que la fachada esté bien, porque cuidar la fachada previamente es esencial para que se mantenga la pintura una vez que la apliques”.

Es consciente de que “al final estás pintando en la calle, hay intemperie, hay aire, hay frío, hay lluvia, hay sol”, pero reconoce que en la fachada de la biblioteca de Ciencias Económicas y Empresariales apenas da el sol directamente, así que “va a durar bastante, porque además estando donde está y por lo que significan tanto la obra como el edificio, es probable que se respete”.

Taquen, que habla de la importancia de estar preparado “física y mentalmente” para realizar trabajos de gran tamaño en el arte urbano, reconoce que le gusta mucho la docencia y le encantaría poder contar a los estudiantes de Bellas Artes los pasos que ha dado para conseguir llegar a realizar obra en diferentes partes del mundo, y para poder vivir de su arte, “que es el sueño de cualquier estudiante de la Facultad”. Concluye afirmando que “el hecho de que te paguen por hacer obras con tu propio estilo es lo mejor, no puedes pedir más”.

Para que este proyecto se haya podido llevar a cabo, Waïcreaciones y Taquen han contado con el apoyo estrecho del decano de la Facultad, Carlos Rivero Rodríguez; la vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria, Isabel García Fernández; la directora de la biblioteca, María Jesús Marcos Treceño, e Ireve Van-Halen Rodríguez, gerenta de la Facultad y coordinadora del Área de Ciencias Sociales del Campus de Somosaguas y responsable de relaciones con Instituciones Externas. Todos ellos participaron en el acto de inauguración del mural, que contó también con la presencia del director de la Biblioteca Complutense, Antonio Moreno; la directora de Área de Gestión Sociocultural y Atención a la Comunicación Universitaria, Susana Grande García, y el jefe de la Unidad Técnica de Cultura, Vicente Colilla Gómez.