CULTURA
“Ellas ilustran Botánica”, la exposición que conjuga ciencia, arte y género
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 23 feb 2024 12:04 CET
Hasta el 18 de mayo se puede visitar, en el Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico (Plaza Murillo, 2), la muestra “Ellas ilustran Botánica”, fruto de la colaboración con el grupo de investigación Arte, Tecnología, Imagen y Conservación del Patrimonio Cultural de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. Las comisarias de la muestra son cuatro profesoras del Departamento de Diseño e Imagen: Toya Legido, Mónica Gener, Lucía Moreno Diz y Ana Jiménez Revuelta, que explican que han querido “sacar a la luz a muchas mujeres ocultas que se dedicaban a la ilustración botánica, pero que o no firmaban sus trabajos o a veces lo hacían con el nombre de sus maridos”.
La colaboración entre el Jardín Botánico y el grupo de investigación de la UCM comenzó hace ya tres años y con el mismo tema se han hecho varias exposiciones, en Logroño, en San Sebastián y en Bergara, pero nunca había tenido ni el tamaño ni la entidad de la que se puede ver ahora en Madrid.
“Ellas ilustran Botánica” está dividida en tres secciones, que ocupan las dos salas del Pabellón Villanueva y el espacio central, conocido como cátedra Cavanilles. La sala norte, de acuerdo con Toya Legido, está dedicada a las pioneras de la ilustración botánica y, por primera vez en la itinerancia, se exponen obras originales y “se han implementado, en sala, fondos de mujeres que había en el Jardín Botánico, como los libros originales de las ilustradoras, un herbario en tela de Marie Fortier, y esculturas científicas que provienen del Instituto Cardenal Cisneros”.
Las primeras obras que se pueden ver esta sala son del siglo XVII, desde las ilustraciones de Anna Maria Vaiana y de otras ilustradoras de esta época que “eran hijas de pintores y por eso podían desarrollar su trabajo”. Entre las pioneras están también las primeras mujeres que se embarcaron en expediciones científicas, como Maria Sibylla Merian, y una sección que han llamado de “educadas y educadoras, que eran señoras con mucha educación que también se dedicaban a educar a otras mujeres, porque la botánica, en los siglos XVIII y XIX se consideraba una scientia amabilis, de tal manera que las mujeres la podían estudiar, ya que se podía hacer en el espacio de la vida privada”.
Una semana antes de la inauguración de la muestra, Esther García Guillén, jefa de la unidad del Archivo Histórico del Jardín Botánico, encontró una serie de ilustraciones de olivos realizadas por Cipriana Álvarez de Durán. Una selección de estos dibujos se puede ver en la exposición, y Legido informa de que “Álvarez de Durán era la abuela de Antonio Machado y la primera folclorista de este país, a la que llamaban la señora de los cuentos, porque recopiló cuentos populares de las zonas de Huelva y Sevilla”.
En la sala de las pioneras se incluyen a unas cuarenta artistas, aunque de acuerdo con Legido son sólo una pequeña muestra de todas las ilustradoras que han encontrado, porque empezaron a investigar “con diez nombres y ya hay unos quinientos”. Y entre ellas hay una autora que expone tanto entre las pioneras como en la sala de arte contemporáneo, que es Marta Chirino, que “colabora de manera habitual con el Jardín Botánico y que ha sido de gran ayuda en el montaje de la exposición”.
La cátedra Cavanilles expone obras que han llegado gracias a una convocatoria pública realizada a través de Instagram. En total hay unas 600 ilustraciones de autoras de unos 25 países de todo el mundo y, de acuerdo con la comisaria Mónica Gener, lo que se ha querido hacer con todas esas obras es “una especie de jardín vertical, pero dibujado, y como llegaron muchas más ilustraciones de las que se podían colgar se ha tenido que hacer una selección de las que eran mejores, botánicamente hablando, por parte de un comité científico y artístico”.
Señala Gener que hay artistas españolas, vinculadas, muchas de ellas, al máster de Ilustración Botánica Científica que hay en Gerona y en el País Vasco, y entre el resto destaca un gran número de artistas coreanas, “cuya ilustración es exquisita, con una delicadeza y un dibujo excepcional”.
En la sala sur del Pabellón, la dedicada a la obra contemporánea, exponen unas treinta artistas y la comisaria Ana Jiménez Revuelta explica que si la primera parte de dicha sala se centra en el mundo de la fotografía la segunda pasa a nuevas herramientas que permiten realizar una aproximación a los herbarios desde técnicas como rayos X o escáner de barrido. El uso de esas técnicas da lugar a que “el dibujo se transforme, y nos encontremos con científicas que hacen su trabajo para investigar, pero además lo llevan al mundo del arte, trabajando la idea de la imagen como obra artística”.
Hay algunas autoras que trabajan con técnicas más tradicionales, como la acuarela, pero haciendo lo pequeño macro, “trabajando directamente con los microscopios que usan los propios investigadores”. También hay otras autoras que trabajan la naturaleza desde el individuo, es decir que no buscan lo genérico de las especies, sino que se fijan en las características particulares de cada ejemplar para retratarlo.
La obra personal de Marta Chirino, que es “el alma de la ilustración científica en España”, es, de acuerdo con Jiménez Revuelta, “totalmente polivalente, como se ve en la obra expuesta, que tiene una parte escultórica, intentando salir del grafito con el que trabaja sus maravillosos herbarios”.
La comisaria Lucía Moreno Diz es la responsable del diseño gráfico de los materiales que acompañan a la exposición, como el catálogo y una audioguía, en forma de pantonera, que relata la vida y la obra de las autoras más relevantes de la muestra y que ha sido locutada por treinta investigadoras científicas de toda España, entre las que se cuentan algunas como Ana María Alonso-Zarza, directora del IGME (Instituto Geológico y Minero de España).