NUESTRA GENTE

Jane Goodall, en su investidura como doctora honoris causa por la Complutense

Fallece Jane Goodall, doctora honoris causa por la Complutense en 2018

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel y Alfredo Matilla - 2 oct 2025 09:34 CET

Una de las mujeres científicas de mayor impacto del siglo XX y una de las activistas más influyentes del siglo XXI”. Así definió a Jane Goodall en su laudatio Pedro Lorenzo González, profesor del Departamento de Fisiología y en aquel momento decano de la Facultad de Veterinaria. Y sus palabras no eran una exageración, porque ella fue la pionera de un grupo de mujeres que cambiaron para siempre la etología, es decir, el estudio del comportamiento, haciéndonos entender que no sólo los humanos tenemos personalidades diferentes, sino que igual ocurre con el resto de los animales.

 

En el discurso que la propia Jane Goodall leyó en el paraninfo de San Bernardo cuando fue nombrada doctora honoris causa en 2018 ya explicó que, desde pequeña, con apenas cuatro años, descubrió que “con paciencia y con curiosidad se puede observar a los animales”. Y aquello que practicó en una granja con unas gallinas, lo pondría luego en práctica con los chimpancés en la selva de la actual Tanzania, animada por Louis Leakey, el paleoantropólogo que promovió también las carreras de Dian Fossey, en su observación de los gorilas, y de Biruté Galdikas, que estudió a los orangutanes.

 

Goodall, prácticamente sola en la selva y con muchísima paciencia, comenzó a observar a grupos de chimpancés, y pronto pudo identificarles por sus personalidades diferentes, por su manera de relacionarse con el grupo, por su jerarquía, por sus tratos con las crías, por sus gestos de complicidad o de agresividad, por sus besos e incluso por su manera de fabricar y utilizar herramientas.

 

Sus descubrimientos, eso sí, no fueron aplaudidos rápidamente por el mundo académico, ya que por aquel entonces se consideraba que personalizar a un animal, en este caso a un chimpancé, era humanizarlo, ya que se les imaginaba meros seres repetitivos. Goodall persistió en sus estudios y sus evidencias fueron tales que la etología tuvo que cambiar de raíz su manera de acercarse a los demás animales, y al menos en el caso de los grandes simios ya no existen dudas entre la comunidad científica.

 

De todos modos, en su discurso en la Complutense, Goodall señaló que "los chimpancés son inteligentes, pero también lo son los cerdos, los pulpos, los abejorros... Hay mucho ahí fuera para estudiar el comportamiento de los animales". Unos seres, como ella mismo recordó, que están conectados entre sí, pero también con las personas y con el medio ambiente, en lo que es un entorno global que es necesario cuidar en su conjunto. Esa idea de globalidad le llevó a convertirse en una activista por nuestro planeta, con especial énfasis en la lucha contra las granjas industriales, el uso masivo de antibióticos en los animales de granja y, sobre todo, contra la experimentación animal con simios.

 

Reconocía Goodall que a veces parece haber “una desconexión entre el cerebro humano y el corazón, el amor y la compasión”, lo que ella intentó mitigar con la creación del instituto Jane Goodall, que lleva adelante una investigación no invasiva, que educa y sensibiliza a la población, y que conserva las especies a través del desarrollo sostenible de las comunidades locales africanas, pero también con el programa Raíces y Brotes. Esta iniciativa comenzó en Tanzania y se ha extendido a más de setenta países del mundo, con formación desde preescolar hasta postgrados universitarios, trabajando en proyectos que tienen que ver con la comunidad humana, el medioambiente y los animales. De acuerdo con el Instituto Jane Goodall España, en nuestro país Raíces y Brotes cuenta con 188 grupos, con más de 18.000 personas comprometidas.

 

En su tarea ha contado con la ayuda inestimable de la española Rebeca Atencia, que ha seguido sus pasos en África, haciéndose cargo del Centro de Rehabilitación de Chimpancés de Tchimpounga, en la República del Congo, y del Instituto Jane Goodall en dicho país, A punto de coger un avión desde Indonesia, Atencia nos reconoce que no puede hablar, que está en shock, pero podemos recordar sus palabras en una entrevista donde afirmó: "Cuando escucho a Jane en alguna charla, lloro, y puede ser algo absurdo porque cuando la has oído muchas veces, ves que suele contar lo mismo, pero lo cuenta de una forma… Con tanta sensibilidad, y con esa voz como que se rompe y que sabe hacer perfectamente las pausas. Es alguien que inspira y hace que la gente cambie totalmente".

 

En una entrevista reciente la propia Goodall definía a Rebeca Atencia como "una gran solucionadora de problemas" y reconocía que sigue habiendo muchos: He tenido que librar muchas batallas y he aprendido a ser resiliente, a no venirme abajo cuando tengo un problema, sino a levantarme y afrontarlo. He aprendido que, a pesar de todo lo que intentamos hacer, la gente sigue destruyendo el medioambiente y los chimpancés continúan siendo asesinados y traficados. Y, cuanto más trabajamos, más parece que tenemos que trabajar”.

 

Con el también etólogo Marc Bekoff escribió un bello libro con unos nuevos diez mandamientos laicos que quizás son su mejor testamento. A saber, los diez puntos son: Celebrar que somos parte del reino animal; Respetar todas las formas de vida; Tener la mente abierta hacia los animales y aprender de ellos con humildad; Enseñar a nuestros hijos a respetar y amar la naturaleza; Administrar con sabiduría la vida en la Tierra; Valorar y ayudar a conservar los sonidos de la naturaleza; Evitar hacer daño a cualquier forma de vida para aprender de ella; Mantener con valentía nuestras convicciones; Elogiar y ayudar a los que trabajan en favor de los animales y de la naturaleza, y Actuar sabiendo que no estamos solos y vivir con esperanza.

 

Laia Dotras, directora adjunta del Instituto Jane Goodall España, recuerda que "ella siempre decía que cada uno de nosotros cuenta, cada día, para marcar la diferencia y hacer de este un mundo mejor, así que cada uno de nosotros puede seguir su camino". En la web del Instituto han publicado un formulario para quien quiera dejarle unas palabras para homenajearla.