Texto: T. C., Fotografía: Museo Lázaro Galdiano - 10 oct 2022 10:34 CET

Jesús Román, profesor del Departamento de Enfermería, dirige por tercer año el Festival de Arte del Renacimiento al Barroco “Renacen”, que se celebra en diferentes sedes históricas del país como los monasterios del camino de Santiago y el palacio ducal de Medinaceli. En Madrid las actividades se centran en la capilla de la fundación Carlos de Amberes y en el Museo Lázaro Galdiano. En esta última sede, el 15 de octubre, inaugura el propio Román el ciclo de teatro “Clásicos en el Museo”.

Renacen busca “acercar al público la literatura, el teatro, la poesía y la música de una época dorada para el arte en la que, mientras se forjaba el imperio de Carlos I y Felipe II, el castellano era la lengua culta del mundo civilizado”. Parte de su tercera edición se desarrollará en el auditorio del Museo Lázaro Galdiano con cuatro montajes que contaran con música en directo. Las obras serán Garcilaso, pues amas, ¡qué cosa es amor!, sobre versos de Garcilaso y Juan Boscán, el 15 de octubre; Los locos de Valencia, de Lope de Vega, el 29 de octubre; Duelos y quebrantos, a partir de textos de Cervantes, el 5 de noviembre, y El Lazarillo de Tormes, el 19 de noviembre.

La primera y la tercera de esas obras cuentan con la participación de la compañía Garcilasos, creada por Jesús Román, con el objetivo de investigar el entorno histórico y cultural del Renacimiento y el Siglo de Oro. El profesor complutense es además el autor del texto de la primera de las obras que se representan y es el adaptador de los textos de Cervantes en la versión de Duelos y quebrantos.

El 14 de octubre, en la Fundación Carlos de Amberes, Renacen celebra el Día Garcilaso, que desea “revalorizar la figura y la obra del poeta en una época como la nuestra, siempre necesitada de la belleza y la fuerza de las palabras. Y del amor”. También en la Fundación Carlos de Amberes, pero el 21 de octubre, se celebrará el concierto Silva de Sirenas, a cargo del Ensemble L’Ampastratta, con “música polifónica de mediados del siglo XVI y principios del XVII de Grecia, Italia y España, haciendo hincapié en las conexiones establecidas en la evolución de los tonos populares, actuando estos últimos como material estructural de la progresivamente consolidada música polifónica, tanto sacra como profana”.