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El rector Joaquín Goyache, junto a los tres profesores complutenses premiados

Los profesores José Molero, Celso Arango y María Ángeles Martín, reciben los premios de la Comunidad de Madrid a la investigación y la innovación

Fotografía: Francisco Rivas - 12 feb 2024 13:10 CET

Los profesores complutenses José Molero Zayas, Celso Arango López, María Ángeles Martín Romera han recibido, este 12 de febrero en la Real Casa de Correos, respectivamente, los Premios 2023 Fermina Orduña, Margarita Salas y Julián Marías, que entrega la Comunidad de Madrid para reconocer la investigación e innovación. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, -quien ha entregado los premios junto al consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana- ha subrayado el reconocimiento que con estos galardones “todos los madrileños os hacemos por construir una sociedad mejor”.

 

El catedrático emérito de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales José Molero Zayas ha recibido el Premio a la Innovación “Fermina Orduña” a la “trayectoria profesional”. Como ha señalado la Directora general de Investigación e Innovación Tecnológica, Marina Pilar Villegas, este galardón -que lleva el nombre de la primera mujer que presentó en 1865 una patente de un invento propio, entonces denominada “privilegio de invención”- reconoce al profesor Molero “por su contribución de liderazgo” a la innovación en la región con “acciones directas” como la fundamental creación y dirección del Foro de Empresas Innovadoras, la dirección del Vivero Virtual de Empresas de la Comunidad de Madrid, la creación de la Unidad para la Creación de Empresas de la Universidad Complutense, Compluemprende, o su tarea en el Patronato del Parque Científico de Madrid, entre otras.  

 

El profesor Molero se mostró orgulloso de recibir este premio, que coincide con los 50 años de dedicación a su universidad, la Complutense, “en la que estudié y en la que me he jubilado”, no sin realizar continuas estancias y viajes al extranjero, y recibir los conocimientos y enseñanzas de personas como su profesor complutense Juan Velarde, “al que debo el impulso de lo que soy”, y “mi gran maestro”, Keith Pavitt, doctor “honoris causa” por la UCM. Molero recordó que hace 20 años un grupo de personas procedentes mundos a priori tan separados como la universidad y la empresa decidieron que “algo había que hacer con la innovación” y crearon el Foro de Empresas Innovadoras. No obstante, y pese a lo mucho avanzado y que la innovación ya está presente en la universidad, en sus asignaturas y titulaciones, Molero ve con preocupación que la innovación no vaya de la mano de la economía y la sociedad, o que solo se relacione con las denominadas materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), dejando de lado a las ciencias sociales y las humanidades, cuyos conocimientos son “críticos, también para la innovación y el cambio tecnológico”.

 

El Premio Julián Marías, en la categoría reservada a investigadores del área de humanidades y ciencias sociales menores 40 años, ha sido entregado a María Ángeles Martín Romera, profesora de Historia Medieval de la Facultad de Geografía e Historia. El motivo, como enunció la directora general Marina Pilar Villegas, “su búsqueda constante de la excelencia en el estudio de grandes temas de historia urbana. Con una trayectoria muy internacional, es la principal referente en España de la aplicación de la metodología de análisis de redes sociales en estudios medievales. Una aproximación novedosa que contribuyó a la aplicación posterior de esta metodología en numerosos estudios históricos”.

 

La profesora María Ángeles Martín Romera inició su intervención agradeciendo al profesor Molero su defensa del papel de la humanidades en el conocimiento, “uno de los temas de los que pensaba hablar”, como también de que la investigación es un trabajo colectivo y que nadie publica e investiga si no es gracias a la “existencia de un sistema de ciencia en el que constantemente nos apoyamos en el trabajo de otras personas”. En este sentido, denunció la situación de precariedad en la que trabajan muchos investigadores, y en especial las mujeres, y reclamó que acabar con esa precariedad “debe ser el principal reto de los responsables de política científica”. La profesora complutense destacó que ella ha podido desarrollar su carrera gracias a un “sistema educativo y de investigación público y de calidad, que ha permitido financiar mis contratos y mis proyectos tanto en el extranjero, como ahora de vuelta en la Universidad Complutense”. Sus últimas palabras fueron de agradecimiento a su directora de tesis, amigos y familia, en especial a su hermano, pareja y padres. “Este premio me sirve de acicate para reflexionar sobre mi trabajo, continuar investigando, luchar por un sistema de investigación más justo y para seguir innovando”, concluyó.

 

El tercer complutense galardonado fue el catedrático de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Celso Arango López, jefe de Psiquiatría del Niño y Adolescente en el Hospital Gregorio Marañón. Para él ha sido el Premio Margarita Salas a la “carrera científica”. “Por la calidad de sus contribuciones -enumeró la directora general de Investigación- en la investigación neurobiológica, etiología y tratamiento de los trastornos del neurodesarrollo. Catedrático de Psiquiatría en Estados Unidos, Inglaterra y España, es académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina de España y miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos. Dirige uno de los pocos grupos de investigación del mundo que se centra en la psicosis de aparición temprana y ha identificado factores de riesgo genéticos y moleculares y distintos biomarcadores con potencial terapéutico, en los que está desarrollando ensayos clínicos”.

 

Las primeras palabras de Celso Arango fueron para los “cientos” de investigadores con los que ha tenido el “privilegio” de trabajar durante sus 30 años de profesión y “que estoy seguro de que merecen este premio más que yo”. Desde ahí y hasta el final hizo una apasionada defensa de la importancia de la ciencia. “Vivimos tiempos de incertidumbre y estoy profundamente convencido de que el mejor antídoto contra la incertidumbre es la ciencia. Porque la ciencia nos enseña que las cosas son lo que son y no lo que nos gustaría que fueran y mucho menos lo que nos interesaría que fueran. Pero para hacer ciencia hacen falta científicos y estos no salen de la nada. Necesitamos un caldo de cultivo y un contexto, que seguro que será mejor si promovemos desde pequeños valores como el sacrificio, el esfuerzo y la competitividad. De nada nos sirve de que en este país para conseguir un empleo o un puesto fijo, estudiar en el extranjero valga cero puntos, publicar en Science, Nature, Cell… valga cero puntos y ser Premio Nobel valga cero puntos. Solo teniendo en cuenta el esfuerzo y el sacrificio y la calidad, no la cantidad de años trabajados, podremos luchar contra la crisis de liderazgo y de prestigio que estamos viviendo sobre todo en las nuevas generaciones.[…] Si alguien cree que el conocimiento y la ciencia son caros, que pruebe con la ignorancia”.

 

La presidenta de la Comunidad de Madrid cerró el acto -en el que también fueron premiados con el Premio Miguel Catalán, David Pedro Serrano y los menores de cuarenta años Alejandro Manjavacas y Marina García; con el Premio Julián Marías a la “carrera científica” a Inés Rosa Fernández Ordóñez, y con el Fermín Orduña a menores de 40 años a Alba González y Francisco José Inglés- felicitando también a las universidades madrileñas, ya que es en ellas en la que la mayor parte de los premiados realizan su trabajo, y destacando el apoyo que su gobierno da a la ciencia y a la innovación. “En la Comunidad de Madrid creemos firmemente en la ciencia y en acercarla a las personas y por este motivo los premios buscan reconocer esa esforzada labor y también su trabajo divulgador para que llegue a todo el mundo”, concluyó Isabel Díaz Ayuso.