Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 11 jun 2024 17:45 CET

Un total de ochenta y ocho estudiantes han representado a los miles de estudiantes que se matriculan en este programa que no ha hecho más que crecer desde su creación en 1999. El director académico de la Universidad para Mayores, Marcos Roca, ha recordado que en su primer año sólo había matriculados ochenta alumnos, que contaban con un claustro de cuatro profesores, mientras que en la actualidad ya se superan más de 3.000 estudiantes y más de 250 profesores. Una cifra que aumentará en breve con la expansión de la Universidad para Mayores a las localidades de San Lorenzo de El Escorial y Pozuelo.

Uno de los profesores que ha acompañado a los estudiantes del programa desde el primer año, el historiador Jesús A. Martínez, ha impartido una conferencia sobre la importancia de los libros y, sobre todo, de la forma en la que leemos. El conferenciante ha repasado su relación con los libros desde que veía a su abuelo leer Don Quijote, hasta la pasión que le inculcó su madre por la literatura y su padre por la lectura del periódico diario.

Ha recordado el historiador que, tras sus lecturas de Galdós, Baroja y Verne, que le enseñó que “se puede viajar soñando”, el primer libro que compró fue el icónico El mono desnudo, de Desmond Morris, y el segundo, el no menos célebre El trabajo asalariado y el capital, de Karl Marx. Después le llegarían sus compras de libros de Historia, con trabajos de Tuñón de Lara y la enciclopedia de Historia de España, dirigida por Miguel Artola.

Tras una exaltación del libro como la base de la construcción del conocimiento, sin importar su soporte, el conferenciante ha considerado que nunca ha habido gente tan informada como ahora, pero también un número mayor de gente con poca capacidad de comprensión lectora.

Entre estos últimos no se encuentran los estudiantes de la Universidad para Mayores que, como ha asegurado María Teresa González González, representante de los estudiantes, se han matriculado para adquirir más conocimientos, “por el mero placer de aprender”. Y eso que, como ha recordado el director académico, Marcos Roca, quizás esta haya sido la promoción que haya pasado por momentos más difíciles, debido a la pandemia y a la adaptación tecnológica que han tenido que superar, tanto los estudiantes como los profesores. Algo que sólo ha sido posible gracias a la ilusión, “que no perdieron nunca, desde el día que se matricularon hasta este acto final de graduación”.

Roca quiso dar las gracias, no sólo a los estudiantes, sino también a todos los profesores que han pasado por el programa y a las nuevas incorporaciones al mismo, así como a miembros del PAS como Laura Lozano, “quien fue la primera persona contratada en la Universidad para Mayores y que ha demostrado “25 años de compromiso y lealtad, con la ilusión siempre intacta”. Personal como Laura Lozano han conseguido “hacer de esta Universidad un hogar”.

La vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria, Isabel García Fernández, señaló que los estudiantes de la Universidad para Mayores “son un ejemplo de inspiración, que demuestra que la educación no tiene límites”, y por eso son “un orgullo para la Complutense”, universidad a la que pertenecerán ya estos estudiantes para el resto de sus vidas. Esa misma idea la compartieron también José Miguel Ezquerro, decano de la Facultad de Óptica y Optometría; Mónica Díaz-Bustamante, vicedecana de Empleabilidad y Gestión Económica, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, y Miguel Luque, decano de la Facultad de Geografía e Historia.

El acto terminó con un concierto, a cargo del profesor de Musicología Francisco Bethencourt Llobet, el guitarrista Mario Montoya y la cantante Sandra Carrasco.