CURSOS DE VERANO

Francesco Sandulli y Federico Morán

Las universidades tienen mucho que aportar en la innovación abierta

Fotografía: Jesús de Miguel - 6 jul 2023 19:46 CET

“Open innovation: renovando el paradigma en las estrategias de las compañías y administraciones públicas” es el título del curso de verano de la UCM que están dirigiendo del 5 al 7 de julio el catedrático complutense Federico Morán, director de la Fundación para el Conocimiento Madri+d, y el profesor del Departamento de Organización de Empresas de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCM, Francesco Sandulli. El curso fue abierto por videoconferencia por el considerado padre de la innovación abierta, el profesor de la Universidad de Berkeley Henry Chesbrough, y está contando con representantes de todos los agentes que mueven ficha en esta ecuación que, pese a haber sido definida por el propio Chesbrough hace dos décadas, en países como España no ha tenido un gran desarrollo.

 

Sentamos a los dos directores del curso para que expliquen qué es, cómo se está desarrollando en nuestro país, o, sobre todo qué papel juegan o pueden jugar las universidades en la innovación abierta.

 

- En pocas palabras y para que todo el mundo lo entienda, ¿qué es la innovación abierta?

- Francesco Sendulli (FS): Es una estrategia de empresas, pero también de administraciones públicas y otros organismos que, básicamente, consiste, bien en buscar conocimiento fuera de la organización para traerlo dentro de la organización, y aprovecharlo y mejorar los procesos internos, o bien al revés, es decir, el conocimiento de dentro de la organización poder explotarlo fuera porque en la organización no tengo los recursos o las capacidades, para sacar o crear valor de ese conocimiento.

 

- No he oído la palabra dinero o inversión en la definición…

- Federico Morán (FM): Va implícito, porque la innovación es conocimiento convertido en negocio. Es la clave. El conocimiento si se queda en conocimiento se queda en la universidad, o donde se haya generado. Pero si el conocimiento se convierte en negocio, entonces a eso se le llama innovación.

 

- ¿Qué agentes intervienen en la innovación abierta?

- FS: El primero, el que genera el conocimiento. Luego, el que necesita ese conocimiento y tiene capacidades para explotarlo. Y luego, tenemos organismos intermediarios. La Fundación Madri+d es un ejemplo de una agencia que hace de intermediaria entre los que tienen el conocimiento, los que lo necesitan o los que pueden explotarlo mejor.

- FM: La Fundación Madri+d somos un instrumento que permite juntar esas dos cosas. Como tenemos una pata en las universidades, de las que conocemos bien todos sus programas porque nos dedicamos a acreditarlos, estamos en una muy buena posición para intermediar entre ellas y las empresas. En este tema de innovación abierta hay, como preguntabas, muchos agentes. Los principales serían, por un lado, las grandes empresas, y, por otro, las startups que han surgido de una idea de un investigador. Nosotros buscamos un poco poner en contacto a ambas para que puedan utilizar esta tecnología que desarrolla una empresa pequeña que no tiene ni los recursos, pero sí el talento. Porque no hay que olvidar que todo esto pivota sobre el talento. En el curso hemos tenido a tres empresas que se dedican a financiar startups y emprendedores y su principal problema es saber cómo detectar el talento.

- FS: No es solo poner en contacto. Hay que pensar que el científico es de Marte y la corporación es de Venus. La Fundación tiene otra función que es amortiguar ese encuentro. No solo ponerles en contacto, sino preparar a los lados a un aterrizaje más eficaz.

 

- ¿La Universidad qué papel juega en esta estrategia?

- FS: La Universidad es la fábrica de conocimiento fundamental. Y, además, es investigación o conocimiento de frontera, algo que las empresas españolas, por desgracia, no generan apenas. Las oportunidades más disruptivas salen de la universidad. Nosotros, los profesores e investigadores, tenemos el tiempo y es nuestro trabajo estar en la frontera de conocimiento, si no ¿qué profesores somos o qué investigadores somos? Para eso nos pagan. Por tanto, en la universidad está esa beta de conocimiento frontera que luego el sistema industrial tiene que ir a buscar, porque dentro de su empresa no lo tienen. Incluso tampoco lo encuentran en la mayor parte de las startups, porque no hay mucha startup científica-tecnológica que surja por sí misma.

 

- ¿Desde la universidad se favorece este salto al mundo de la empresa del conocimiento que se genera en ella?

- FM: A veces no es fácil. Nosotros tenemos un programa, incluso podría llamar una metodología, que consiste en una red de mentores y de emprendedores que, digamos, saben cómo hacer las cosas. La Fundación los ponemos en contacto con los investigadores para ayudarles a hacer el plan de negocio y hacer la innovación, de manera que el profesor pueda seguir investigando, aun siendo parte de ello, pero no dedicando su tiempo a ser un mal empresario y dejar de ser un buen profesor. Muchas veces esto pasa, forzamos a nuestros profesores e investigadores a ser empresarios, y como no lo son, la empresa no funciona. Y, como dije antes, si no generas dinero, no hay innovación. Ese es el concepto básico de esto.

 

- ¿No está cambiando esa falta de espíritu emprendedor desde las universidades en los últimos años?

- FM: Aún nos queda un camino por recorrer, pero es cierto que esto ha cambiado muchísimo en los últimos años. Cuando fui director general de Política Universitaria del Ministerio de Educación en 2012, a mí me recibían en muchas universidades con pancartas “Fuera empresas de la Universidad”, porque parecía que ese gobierno quería vender la universidad a las empresas. Hoy en día a nadie se le ocurre, sino al revés, si una empresa quiere participar, invertir, en la universidad, es bienvenida.

- FS: En 10 años ha cambiado una barbaridad todo. Hay una conciencia política mucho mayor que antes no estaba, quizá no por falta de voluntad sino de comprensión del problema. Ahora se está entendiendo que esto es necesario. Los instrumentos que tenemos hoy en día en España, también financieros, hace unos pocos años ni los soñábamos.

 

- ¿Y la otra pata de esto, las empresas, están utilizando la innovación abierta o sigue con el lastre histórico de la empresa española de falta de inversión en innovación?

- FS: Lo cierto es que las cuesta. Hoy en el curso hablábamos de que la innovación abierta no es solo generar nuevo conocimiento, sino también luego difundirlo y absorverlo. Es cierto que la empresa española no es que tenga una trayectoria innovadora de larga duración o de hace mucho, y las cuesta Dios y ayuda, más que invertir, el apalancar esas cosas nuevas que encuentran, por ejemplo, en la universidad, en su modelo de negocio. Ahora mismo estamos en una fase de prueba y error, de ajuste, de aprendizaje.

-FM: Pero estamos en un momento en el que todas las empresas entienden que o innovan o se mueren. El cambio tecnológico, la digitalización, los objetivos de descarbonización… En los últimos años ha acelerado tanto todo esto que una empresa cualquiera, aunque sea de distribución, de servicios, un hotel mismo, por decir un ejemplo, o innova o… Una de las fórmulas para hacerlo es buscar a quién tiene soluciones a sus problemas y acudir a ellas, ya sea una startup, otra empresa o un grupo de investigación, porque a veces la propia empresa no tiene los recursos para generar ese conocimiento o dar esas soluciones que está buscando.

-FS: De hecho, casi nunca lo tienen. Por eso es tan importante la innovación abierta.