CURSOS DE VERANO
Mariano Barbacid imparte la conferencia inaugural de los Cursos de Verano de 2024
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 2 jul 2024 13:45 CET
“La oncología en el siglo XXI. Logros y retos” ha sido el título que ha elegido el bioquímico Mariano Barbacid para la conferencia con la que se ha inaugurado, oficialmente, la 37ª edición de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en San Lorenzo de El Escorial. Antes de la conferencia, en la que Barbacid recordó que se doctoró en la UCM hace ya cinco décadas, participaron en la inauguración, celebrada en el Teatro Real Coliseo de Carlos III, el rector Joaquín Goyache, la directora de los Cursos, Natalia Abuín, y Raluca Mihaila, encargada de negocios de la embajada de Rumanía en España, como representante del país invitado en esta edición.
En su conferencia, Mariano Barbacid explicó que el cáncer no es una única enfermedad, sino más de cien distintas que dependen del órgano donde se producen, del tipo de células que lo originan y de las mutaciones que lo causan, porque, de hecho, “no se han encontrado dos tumores con un genoma idéntico”.
Para Barbacid, en la lucha contra el cáncer es fundamental la prevención primaria, la detención temprana con las nuevas técnicas de diagnóstico, los nuevos tratamientos y, sobre todo, mucha más investigación, para reducir la incidencia de los tumores y aumentar los índices de curación y la calidad de vida de los pacientes.
Mientras que hay tumores con índices de supervivencia muy altos (98% en el de próstata) hay otrs todavía, como el cáncer de páncreas, que tienen índices de supervivencia inferior al 5%, lo que le ha convertido en el tercer tipo de cáncer más mortal tras los de pulmón y el colorrectal.
Centró parte de su charla Barabacid en la inmunoterapia y la medicina de precisión, que comenzó en 1998, y en los retos existentes en la lucha contra el cáncer. Entre esos retos está un diagnóstico molecular lo más preciso posible, del que deberían surgir, a través de la investigación, unos inhibidores lo más selectivos posibles para aumentar su potencia y disminuir su posible toxicidad. Recordó el conferenciante que “los genes que nos producen cáncer son prácticamente idénticos a los genes que necesitamos para vivir”, y eso complica el desarrollo de inhibidores específicos contra las proteínas mutadas. Sobre todo, porque “conocer una proteína mutada en un tumor no quiere decir, ni que podamos ni sepamos, como inhibirla. Todavía”.
De momento se conocen inhibidores para un par de docenas, pero teniendo en cuenta que hay más de 500 proteínas mutadas, “todavía queda bastante camino que recorrer en la medicina de precisión, que también tiene que enfrentarse a las resistencias, que hacen que el fármaco no sea lo suficientemente efectivo o que pierda su efectividad cuando el tumor muta”.
Para curar un cáncer será necesario tratar a cada paciente “con tres o cuatro fármacos que ataquen distintas rutas de señalización al mismo tiempo, tomando como ejemplo, salvando la distancias por la cantidad de genes implicados, la solución que se encontró para el sida”. Y además se necesitará que los nuevos fármacos sean más potentes y menos tóxicos.
En cuanto a la inmunoterapia, basada en el uso de anticuerpos monoclonales capaces de inhibir las proteínas responsables de regular la activación de nuestro sistema inmune, ha mostrado mejora en varios ensayos clínicos y sus ventajas son que se puede combinar con otras metodologías, es más efectiva que otras terapias actuales, tiene menos efectos secundarios y menos resistencias que la medicina de precisión. Eso sí, de momento, no son activos en algunos tipos de cáncer como el de páncreas, la mayoría de colon, algunos de mama… Y su principal problema, según Barbacid, es que “no existen biomarcadores efectivos predictivos de respuesta, así que el oncólogo no sabe si va a funcionar o no antes de aplicar la terapia”. Además, desde un punto de la investigación, “todavía no se sabe por qué funcionan unos y otros no”.
Existe otra terapia, la de células CAR-T, que de momento sólo sirve para tumores de la sangre, no sólidos, que “ha tenido resultados espectaculares sobre todo en pediátricos y representa un importantísimo avance dentro de la lucha contra el cáncer y de estas tres nuevas terapias diseñadas en lo que llevamos de siglo”.
Pasión por el conocimiento
Natalia Abuín, directora de los Cursos, recordó que ya son treinta y siete los veranos en los que el arte, la cultura y la ciencia “inundan el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial”, en una edición que cuenta con “más de setenta cursos, 30 actividades extraordinarias abiertas a cualquiera, 100 patrocinadores (entre los que destaca CaixaBank, que se ha incorporado como patrocinador global), 1.100 ponentes y 2.500 asistentes”, y que desde su inicio han sido “un foro de aprendizaje y debate”. Los cursos de este año se reparten entre 32 en el área de Ciencias Sociales, 18 de Ciencias de la Salud, 9 de Ciencias Experimentales y 11 de Artes y Humanidades, de tal manera que es “seguro que cada persona encontrará algo que le apasione”.
Tanto Abuín como el rector Joaquín Goyache destacaron el papel que tiene el artista Okuda San Miguel en la presente edición, “que ha dejado una huella indeleble, creando unos espléndidos murales que ahora decoran la sede central, el Cuartel de Inválidos y Voluntarios a Caballo, que llenarán de color esta edición y todas las que quedan por venir”. Según la directora de los Cursos, Okuda ha iluminado estos Cursos con su “estrella del caos, un icono lleno de dualidades y contrastes, luz y oscuridad, positivo y negativo, pasado y futuro, dicotomía que invita a reflexionar sobre la faceta compleja y multifacética de la realidad”.
Joaquín Goyache destacó además que una de las características principales de los Cursos de Verano es “que nos unimos personas de muchas edades y generaciones diferentes, que es lo que tiene que ser la Universidad”.
Raluca Mihaila, encargada de negocios de la embajada de Rumanía en España, en representación del país invitado en esta edición, recordó que los Cursos de Verano de la UCM son un “referente académico de alto nivel” y se celebran en “un entorno cargado de historia, emblemático para España”. Para Miahila, “la educación y la cooperación académica entre Rumanía y España son un pilar fundamental en las relaciones bilaterales”.