NUESTRA GENTE

Pablo Roca y Sara Zangri, dos de los fundadores de Medea Mind

La empresa Medea Mind, seleccionada entre los 24 changemakers de 2024 por Forbes España

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 23 ene 2024 18:58 CET

Sara Zangri y Pablo Roca, dos de los fundadores de Medea Mind, tienen una estrecha relación con la  Complutense. La primera cursó el máster en Psicología Clínica: Práctica Profesional y el doctorado en Psicología Clínica, mientras que Roca se doctoró en Psicología, obtuvo también el doctorado en Psicología Clínica, financiado por una beca Harvard-UCM, y cursó el máster en Psicología General Sanitaria. A ellos se unió Guillermo Rodríguez, licenciado en Comercio Internacional por la Universidad de León y máster en Finanzas por la Universidad de Aberdeen, y entre los tres han creado Medea Mind, que acaba de ser elegida por Forbes España como una de las veinticuatro entidades y personas que serán protagonistas de la creación y transferencia del conocimiento este 2024.

Medea Mind es una empresa que quiere “aunar la investigación científica con el desarrollo de tecnologías innovadoras basadas en IA y big data para mejorar la eficacia clínica de las intervenciones en salud mental”. De ella nos hablan sus creadores, con quienes nos hemos citado en el Centro de Empredimiento Complutense-Santander.

 

Empecemos con los orígenes de la empresa. ¿De dónde surge la idea de su creación?

Sara Zangri: Pablo y yo somos clínicos, psicólogos e investigadores, y compartimos el mismo director de tesis, el profesor Carmelo Vázquez, del Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica, de la UCM. Cuando yo estaba todavía haciendo estudios de máster, Pablo ya estaba en segundo año de doctorado y, por una de las casualidades de la vida, coincidimos en una estancia de investigación en la Universidad de Harvard. Allí, en Boston, empezamos a tener amistad y a compartir distintos aspectos que nos interesan de la práctica clínica y de la transferencia científica y empezó a gestarse la idea de cómo incorporar a la práctica clínica las intervenciones digitales que, en la investigación, se estaba viendo que estaban mejorando la eficacia en intervenciones en salud mental. Al volver a España, junto a Guillermo Rodríguez, fundamos Medea Mind, que se impulsó gracias a un proyecto del Ministerio de Igualdad, junto con la Universidad de Santiago de Compostela.

Pablo Roca: Durante nuestra estancia en Estados Unidos fue refrescante ver cómo investigadores jóvenes que querían seguir investigando también dedicaban una parte importante de su tiempo a la transferencia científica, para que las cosas que investigaran no se quedaran solamente en un cajón y trascendieran a soluciones reales que llegaran a la gente. Imbuidos por ese espíritu y por las necesidades que detectábamos en nuestra práctica clínica en el campo de la salud mental, vimos que hacían falta soluciones innovadoras para dar respuesta a la alta demanda y los bajos recursos.

S. Z.: Fue muy interesante ver que la gran mayoría de nuestros compañeros en Boston, tanto investigadores como clínicos, entre ellos los que trabajaban conmigo en el Massachusetts General Hospital, también colaboraban con empresas, aportando desde su perspectiva clínica y científica, para que los desarrollos apoyaran al paciente.

 

Ya en aquel 2019 os metisteis en el campo del big data y la IA, que se ha puesto tan de moda en 2023.

S. Z.: Sí, fue una de nuestras muchas casualidades, porque siempre decimos que a nosotros nos pasan las cosas de una forma casi misteriosa, porque no empezamos sabiendo ni que íbamos a ser emprendedores ni que íbamos a tener una empresa de software o de inteligencia artificial. El primer paso, desde una perspectiva científica, fue recoger toda la evidencia que estaba abordando la falta de eficacia clínica en las intervenciones en salud mental para llegar al problema. De ahí fuimos leyendo y aprendiendo nosotros mismo que en realidad lo que estamos construyendo es un sistema de inteligencia clínica, de apoyo al profesional en sus decisiones clínicas, de integración de herramientas digitales para apoyar al paciente fuera de la consulta, pero no empezó con el deseo que quizás caracteriza a nuevas empresas de querer tener algo basado en IA.

P. R.: Hablamos de IA, pero para ser justos lo que hacemos es algoritmia, donde una parte es IA, lo que ya veníamos investigando sobre uso de teoría de redes en psicopatología, por ejemplo. Ahí ya vimos el potencial, así que salió de manera natural, nada forzado.

S. Z.: Tuvimos la gran suerte de venir de un equipo de investigación de la Universidad Complutense donde ya estábamos trabajando en aquellos aspectos donde se sabe que se puede apoyar a la práctica clínica y mejorar su eficacia.

 

Aquel estudio de revisión bibliográfica podría haber acabado simplemente en un paper, un TFG o un TFM. ¿Por qué dar el salto al emprendimiento?

P. R.: Para hacer cosas grandes necesitas ciertas libertades y cierto ritmo y agilidad que el mundo del emprendimiento, que es tan efervescente, te ofrece. Es un mundo muy inconformista, donde tienes que buscar tu financiación, y es muy revulsivo, lo que es estresante, por un lado, pero necesario para hacer cambios. Y al mismo tiempo se complementa con el investigador, o al menos nosotros sentimos la nuestra como una empresa de transferencia científica. Creemos que es necesario hacer una transferencia rápida en salud mental, porque normalmente esa transferencia es lenta, y en España es mucho más lenta todavía.

 

¿Cuál ha sido el apoyo de Compluemprende a vuestra iniciativa?

S. Z.: Compluemprende nos ha apoyado desde el principio, nos apoyaron dándonos un espacio de trabajo necesario, porque a los tres fundadores se han acercado otros compañeros que cubren las otras áreas necesarias para una empresa de tecnología, como un CTO, que es Eduardo García, experto en IA, doctor en sistemas computacionales y software; también contamos con otros miembros del equipo en la parte de investigación, así que darnos un espacio donde poder reunirnos para bajar a tierra las ideas fue fundamental. También se nos ha apoyado con un impulso económico, a través de distintos premios, que hemos ido ganando en diferentes convocatorias, así que Compluemprende ha sido una pieza clave para poder sentir que ya teníamos una empresa.

P. R. Y una estructura, porque la clave es que nos dieron una estructura que era muy necesaria en un principio.

S. Z.: Habría que añadir la parte de formación, porque nosotros siendo psicólogos no teníamos conocimientos de emprendimiento. Eso se complementa con el contacto directo con el personal de Compluemprende cuando hemos tenido dudas concretas o cuando hemos necesitado alguna llamada a puertas que ellos tienen accesibles.

 

¿En qué momento de desarrollo se encuentra la empresa?

S. Z.: Es un momento muy emocionante, a punto de dar a luz a la criatura.

P. R.: Durante 2022-2023 ganamos una docena de premios por el valor innovador de la idea, por los componentes del equipo y por el valor de la investigación, y eso fue clave, tanto por la ayuda económica como por la visibilidad, ya que las relaciones son fundamentales en el emprendimiento. La primera convocatoria seria a la que nos presentamos en 2022 fue a una europea del programa Horizon, que nos concedieron, y fuimos el único equipo español seleccionado, así que nos pasamos prácticamente un año entero incubados, dando vueltas por Europa, recibiendo talleres y formaciones que nos ayudaron a consolidar más la idea, y esa fue una experiencia muy valiosa. Gastamos, por tanto, un tiempo grande en definir qué es Media Mind y cuál es el producto que queremos lanzar, cuyo desarrollo tecnológico ya lo estamos terminando y va a salir, si todo sale bien, en cosa de un mes.

S. Z.: Los profesionales que ya están interesados se están registrando en nuestra web para poder probar la tecnología, inicialmente de forma gratuita, para que luego la contraten los que lo deseen. Animamos a todos los profesionales de la salud mental a que se acerquen a las pruebas, porque tienen una ocasión de probar una tecnología que todavía no está disponible para todos.

P. R.: Una tecnología que además es disruptiva y muy revolucionaria en su campo.

 

Aparte del importe de los premios. ¿Con qué financiación contáis para llevar adelante el proyecto?

S. Z.: Lo cierto es que los premios impulsan la innovación y el emprendimiento y para nosotros han sido clave para dar ese empujón para que se consolidara el proyecto.

P. R.: Ofertas de fondos no han faltado, sobre todo desde el proyecto europeo, pero nosotros no emprendemos por necesidad, ya que teníamos trayectorias profesionales exitosas en nuestro campo y con mucha proyección. Emprendemos con mucho amor y hemos decidido, aunque al principio sea un poco más agónico, retrasar la entrada de los fondos para intentar construir algo que nos pareciera digno y con la mayor libertad posible, para luego, cuando el asunto sea sólido, que los fondos nos echen una mano, porque nuestra idea es escalar muy rápido por toda Europa y, a ser posible, por todo el mundo.

S. Z.: Como investigadores estamos acostumbrados, con fondos limitados, a poder llevar adelante proyectos.

P. R.: Eso es muy del músculo del investigador español: “Dame poco, que con eso voy a hacer algo bueno”.

 

Hablabais antes de la visibilidad. ¿Cómo ha influido en ella que os haya incluido Forbes España entre sus 24 changemakers?

S. Z.: Aquel fue el correo más inesperado de 2023, porque es uno de esos reconocimientos que no se pueden contratar ni se puede aplicar de ninguna forma. En ningún momento pensamos que íbamos a recibir ese tipo de validación a nuestro emprendimiento.

P. R.: Intuimos que, siendo relativamente nuevos en el sistema emprendedor español y europeo, los premios que hemos recibido nos habrán dado esa visibilidad para que nos conociese algún periodista especializado de Forbes. Quizás por el premio Madrid Impacta en el área de Salud o el Premio Nacional a la Mejor Iniciativa Emprendedora en Psicología se ha ido haciendo un pequeño eco. También hay que tener en cuenta la realidad de la problemática de la salud mental, porque socialmente hablamos de concienciar y visibilizar las iniciativas en este campo.

 

En Forbes también se ha elegido de manera individualizada a Sara Zangri como una de las mujeres changemakers de 2024. ¿Qué supone esa denominación?

S. Z.: Siento mucha responsabilidad, porque al final es importante tener personas de referencia en todos los campos y en el emprendimiento y transferencia científica no hay tantas referentes mujeres. Eso me hace sentir muy afortunada de estar participando en ese cambio y sobre todo porque esto empezó con el proyecto que os comenté antes del Ministerio de Igualdad para las mujeres que quieren emprender y no tienen la formación o los recursos iniciales para hacerlo. Hace falta dar esa visibilidad para que otras mujeres investigadoras puedan tener un ejemplo o incluso un contacto, como a mí, que me abrieron muchísimo las puertas otras mujeres emprendedoras, de las que muchas venían del mundo de la investigación, y me enseñaron los primeros pasos en ese mundo tan desconocido. Así que estoy muy orgullosa, muy emocionada, y espero que pueda servir de ayuda para otras personas.

P. R.: En Medea Mind tenemos mucha fortuna de tener a Sara. Cuando formamos la empresa, de las pocas cosas que tuvimos claro es que ella tenía que ser la CEO, porque es muy excepcional, no sólo en sus habilidades, sino también en su trayectoria, con un perfil que convierte a una líder emprendedora en alguien irremplazable.

S. Z.: El emprendimiento es muy difícil y la clave es que lo más importante es el equipo. Para llevar adelante un proyecto se necesitan muchas personas que vayan hacia la misma dirección y compartan la misión de empresa, que en nuestro caso es democratizar el acceso a una salud mental de calidad, sin que el peso caiga sobre los profesionales.

 

Comentáis que el emprendimiento es difícil, pero ¿se lo recomendaríais a otros estudiantes?

P. R.: Yo creo que no es para todo el mundo, no porque requiera unas habilidades concretas, sino porque exige un punto alto de masoquismo, un punto de inconsciencia todavía mayor, mucho inconformismo…

S. Z.: Además tienes que estar a gusto con tomar riesgos, porque es una apuesta muy grande, y un gran trabajo de renuncia, ya que dedicas mucho tiempo de tu vida a algo que no sabes si va a salir adelante. De todos modos, para aquellas personas que quieran ver si el emprendimiento es para ellas hay una metodología para poder experimentar con la idea de emprendimiento antes de lanzarse a constituir una empresa. Es una toma de riesgo más segura y se la recomiendo a aquellos que tengan una idea y quieran experimentar con ella. En Compluemprende tienen muchos cursos para estudiantes para valorar si es algo que te encaja, así que yo les recomiendo que aprovechen los recursos que tienen dentro de la universidad para poder testar una idea o unirse a equipos. Yo no me imaginaba de emprendedora, pero vi que encajaba en lo que me interesaba, ya que la investigación al final no es muy distinta al emprendimiento, estás buscando fondos, testando hipótesis e identificando ideas.

P. R.: Es sorprendente lo parecido que es el método científico que se aplica en ciencia al que se aplica en emprendimiento, aunque con algunas diferencias, como que el emprendimiento requiere quitarse complejos y salir para adelante. A los estudiantes les recomendaría también que abran miras. Por ejemplo, en Medea una de las claves es que no somos todos psicólogos, sino que tenemos gente de negocios, ingenieros, doctores en ciencias del deporte, de nutrición, un departamento de comunicación… Y ese es uno de los éxitos, porque para hacer un proyecto grande no lo puedes hacer solo con gente de tu disciplina.