Texto: Jaime Fernández - 2 oct 2023 10:52 CET

Claudine Gay es la primera persona negra y la segunda mujer que llega al rectorado de la Universidad de Harvard. En su toma de posesión, celebrada el 29 de septiembre en el Teatro Tricentenario, se llevó a cabo un desfile en el que estuvieron representadas 185 universidades e instituciones de todo el mundo. Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense, participó en el desfile de delegados internacionales, pasando en tercer lugar, siguiendo el orden de antigüedad de las universidades invitadas, sólo por detrás de Oxford y Cambridge.

Bajo una incesante lluvia, Claudine Gay celebró su toma de posesión como la trigésima rectora de Harvard con un llamamiento a la acción, “compartiendo la visión de una comunidad vibrante y diversa a la altura de los desafíos particulares de los problemas más abrumadores del mundo”.

Recordó en su discurso que la Universidad de Harvard se creó para “cuestionar el mundo tal como es, y para imaginar y crear uno mejor”. En esa misma línea, repasó el pasado de la institución y su “largo viaje de resistencia y resiliencia para superar una larga historia de exclusión”, que les ha llevado a aceptar la diversidad, “de orígenes, experiencias vividas y perspectivas”, como un “imperativo institucional”.

Al igual que dijera el rector Goyache en la inauguración del curso en la Complutense, Claudine Gay aseguró que “entre los muchos desafíos que la universidad debe abordar está la cada vez menor confianza del público en la educación superior”. Añadió que “casi el 40 por ciento de los estadounidenses dice que la educación superior tiene un efecto negativo en el país, la mayoría dice que obtener un título de cuatro años no garantiza el éxito y muchos creen que una educación universitaria simplemente no importa”.

La rectora hizo, por tanto, un llamamiento a los estudiantes y a sus colegas académicos para “continuar desafiando las ideas del status quo y ampliar los límites del conocimiento en las ciencias y otros campos”. Instó a trabajar juntos al igual que hicieron durante la pandemia, cuando ella era decana de la Facultad de Artes y Ciencias, y las escuelas de toda la Universidad de Harvard “compartieron ideas, recursos y fortaleza”, dejando de lado suposiciones arraigadas sobre la enseñanza y la investigación, repensando la naturaleza de la comunidad y derribando barreras a la colaboración. Aquello les permitió actuar “con rapidez y decisión, con un fuerte sentido de propósito compartido”, y se convirtieron en un modelo para otros.