CURSOS DE VERANO
La secretaria de Estado de Cooperación alerta de que “las conquistas de libertades y derechos no son inmutables y están en peligro”
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 10 jul 2023 15:47 CET
En febrero de este año se aprobó la ley 1/2023 de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global. El texto fue aprobado por todas las fuerzas políticas del Congreso de los Diputados con la excepción de la extrema derecha, que se opone frontalmente a la Agenda 2030, hoja de ruta de la nueva ley. De ahí que Pilar Cancela, secretaria de Estado de Cooperación Internacional, considere que el reglamento puede peligrar si en las próximas elecciones de julio el PP gana sin mayoría y “prioriza la formación de gobierno” antes que el consenso con el resto de partidos. La secretaria de Estado ha hecho esta advertencia en la inauguración del curso “La cooperación española y la solidaridad global: una agenda transformadora”.
Pilar Cancela, que también ejerce de directora del curso, ha compartido mesa inaugural con el rector de la UCM, Joaquín Goyache, y con el director de la Fundación Carolina, José Antonio Sanahuja, secretario del curso. Para Cancela, esta triple reunión es una muestra del “compromiso, trabajo y amistad” que se establece entre instituciones que “son cómplices necesarios de la construcción del sistema de cooperación española”. A lo que el rector Goyache replicó que, para la Complutense, “más que cooperación, es colaboración, porque la Universidad gana más de lo que aporta”.
De acuerdo con Cancela y con Sanahuja, este curso “toca prácticamente todas las miradas de los retos globales a los que nos enfrentamos en el mundo y también la cooperación tradicional”, y para ello “reúne a los actores de la cooperación española y a sus socios, para que digan también cómo se ve la cooperación europea, y la de España, en particular”. Durante esta semana se quiere hacer balance de lo avanzado, pero también orientar el debate hacia el futuro, para desarrollar la ley, ya que “la tarea de la cooperación es siempre una tarea inacabada”.
La secretaria de Estado de Cooperación Internacional ha insistido en que “el equipo de la cooperación española está formado por una multiplicidad de actores, que la convierten en única”. Y entre todos ellos han conseguido tejer un consenso para cambiar la ley de 1998, por esta nueva, con la idea de que la reforma “tenga una permanencia a lo largo del tiempo y que sea sólida y trascienda”. Pero sin olvidar que "las conquistas de libertades y derechos no son inmutables y están en peligro”.
En ese consenso no sólo se cuenta con los ministerios implicados, desde el de Asuntos Exteriores hasta el de Hacienda, sino que también son importantes otros agentes como las ONGD, la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), la Fundación Carolina, las universidades, las organizaciones sindicales, la representación empresarial, el sector privado, la Unión Europea, y, por primera vez, recoge la cooperación descentralizada, al incluir a las comunidades autónomas y a las entidades locales, “de las que también hay que respetar su espacio propio de cooperación”. Explica Cancela que, para integrar a tantos agentes de cooperación, “no se trata de coordinar, sino de buscar espacios para poder construir juntos, porque todos comparten objetivos, compromisos y miradas”.
El 0,7% y otros avances
Entre los puntos más destacados de la nueva ley está el compromiso de llegar realmente al 0,7% del PIB para cooperación en el año 2030. Y de ese presupuesto destinar un 10% a la ayuda humanitaria, “que es lo que refleja cómo es España, que es un país comprometido ante cualquier crisis. Es un país solidario, y eso forma parte de nuestra identidad e incluso de nuestra alma”.
Aclara la secretaria de Estado que cuando llegaron al Gobierno, se destinaba un 0,23% a cooperación, mientras que ahora se ha llegado a un 0,34%, lo que “supone un incremento para la AECID de 400 millones”. Reconoce Cancela que hay un problema financiero de la cooperación española, por los trámites burocráticos, que se quiere mejorar, para poder trabajar con más facilidad y conseguir los recursos financieros necesarios. Sin olvidar que España, para alcanzar ese 0,7%, no podrá hacerlo sólo a partir de los presupuestos generales, así que es importante contar con una entidad financiera de desarrollo que estará operativa en unos dos años.
La ley tiene también un desarrollo legislativo que permitirá reforzar la Agencia Española de Cooperación, ya que “es a través de ella cómo nos asentamos en el mundo gracias a las Oficinas de Cooperación Española, que apoyan a cualquier agente que esté desarrollando un proyecto de cooperación, y esto ha supuesto un cambio muy importante, porque ha convertido esas oficinas en lugares de puertas abiertas”. Apunta además que hace falta un relevo generacional, aunque antes de “una llamada a las nuevas generaciones, había que construir unas condiciones de trabajo y una carrera profesional con una cierta dignidad”.
Una cuestión pendiente, de momento, es la gestión de las subvenciones en el exterior, aunque también está previsto que se reforme, gracias a uno de los “cuatro reales decretos que han pasado ya los trámites de audiencia pública, lo que se ha hecho para construir en un ámbito muy participativo y dialogado”. Y en breve hay que aprobar el sexto plan director de la cooperación española, que “está muy avanzado y sólo hay que pasar las elecciones para aprobarlo”.
Género y sostenibilidad
Recuerda la secretaria de Estado que una de las características fundamentales de la cooperación española, y de la nueva ley, es la perspectiva de género, que “está prácticamente en todos los programas que hace España, y que ha permitido avanzar a muchos países, lo que es una razón de orgullo”.
De acuerdo con Cancela, esto no es algo nuevo, ya que la cooperación española lo lleva haciendo más de veinte años, pero “ahora se le pone el nombre de feminista, lo que no es más ni menos que defender la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, y no es una confrontación, es una llamada a la suma y al trabajo conjunto”.
La visión estratégica de la nueva ley añade también la sostenibilidad, que no estaba en la ley anterior, aunque ya está integrada en el modelo de cooperación español desde 2015. Lo que implica esta sostenibilidad es que “formaliza una concepción universal y transformadora de lo que deben ser los ODS, ya que la Agenda 2030 pretende dar respuesta a un mundo cada vez globalizado en el que, o abordamos los grandes retos globales juntos, o va a ser muy difícil responder a ellos”. El desarrollo, como recuerda la secretaria de Estado, no es sólo para los países que tienen menos renta, sino que hay desafíos globales como el cambio climático o la inseguridad alimentaria, o, especialmente, el hambre, la pobreza y, la desigualdad, que son los principales objetivos sobre los que se sustentan todos los demás.
Ha concluido Pilar Cancela afirmando que “la cooperación española no es la que tiene más recursos, pero sí es un sistema muy querido, y eso es mérito de las personas que están en el terreno acompañando los proyectos y los objetivos perseguidos. Quien se acerca a la cooperación es muy difícil que se olvide de ella, porque es un ámbito bonito, para soñadores y soñadoras, pero también para gente que quiere cambiar el mundo”.