IGUALES

María José Garrido Antón, capitana de la guardia civil y responsable de la secretaria de Estado de Seguridad en materia de violencia de género

Ante el menor atisbo de ciberviolencia de género, hay que denunciar

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 22 abr 2022 10:48 CET

María José Garrido Antón, capitana de la guardia civil y responsable de la secretaria de Estado de Seguridad en materia de violencia de género, lo tiene claro: “En temas de ciberviolencia de género no hay que dejar pasar ni una, por muy leve que parezca, siempre hay que denunciar”. Así se ha expresado en la charla que ha impartido en la Facultad de Ciencias Matemáticas, organizada por el decanato y el vicedecanato de Relaciones Internacionales e Institucionales.

 

La conferenciante lleva muchos años trabajando los temas de la violencia de género, algo que ha plasmado desde un punto de vista operativo, como policía judicial; académico, con sus charlas y trabajando con universidades como la Complutense, Autónoma de Madrid y UNED, y como escritora, con obras como Sobre personas y monstruos, Análisis de datos criminológicos y Violencia y ciberviolencia de género.

 

A raíz de todo ese trabajo, María José Garrido Antón puede afirmar que hoy en día el 80% de los casos de violencia de género no se denuncian. Y es así porque hay muchos factores emocionales que dificultan esas denuncias, “al menos hasta que no se produce el séptimo u octavo incidente”. Hay un gran número de casos en los que las mujeres no quieren denunciar, simplemente porque no quieren ver al padre de sus hijos en la cárcel o porque quieren tener tranquilidad y no se fían de lo que pueda ocurrir tras la denuncia.

 

Hay que recordar que la violencia de género está descrita, jurídicamente, como aquella en la que hay, o ha habido, una relación de afectividad entre un hombre, que es el victimario, y una mujer, que es la víctima. El resto de violencias en el hogar se pueden identificar como doméstica o intrafamiliar, pero no tienen el mismo trato a nivel jurídico. Frente a esa definición cree Garrido Antón, como psicóloga, que la violencia de género debería definirse a partir de un patrón continuado en el tiempo, con una escalada en la violencia.

 

Para detectar a los maltratradores es relevante el uso de las matemáticas, con programas predictivos como Viogén, que lleva funcionado desde 2007, y que varios profesores de la Facultad de Matemáticas buscan mejorar para que sea mucho más efectivos. Con esa predicción, de acuerdo con Garrido Antón, se pueden identificar perfiles de aquellos que van a reincidir, pero es imposible detectar aquellos homicidios de pareja que se producen sin ningún incidente previo.

 

Dentro de ese contexto, “la ciberviolencia de género no deja de ser violencia de género, que se da también en todas las capas sociales”. De todos modos, existe mucho desconocimiento de datos reales, así como una confusión entre términos que pueden ser muy parecidos (cyberstalking, ciberacoso, cyber harassment…) y para lo que haría falta una unificación que aclarase los conceptos. Esa complicación terminológica puede llevar a que se recojan mal las denuncias por el propio desconocimiento del agente que la tiene que tomar.

 

Puso como ejemplo, la diferencia entre sexting y el delito de sexting. El primero no es más que el envío de imágenes de tono sexual, o hot, que no es un comportamiento delictivo, pero que sí puede ser la antesala de un delito cuando la otra persona difunde ese material sin el consentimiento previo. El consejo de Garrido Antón es que se piensen bien lo que se manda por Internet, y que valoren los riesgos y peligros que eso puede tener. Además, no hay que descartar que puede haber difusión por una tercera persona que robe las imágenes de un servidor.

 

Para informar a los jóvenes y profesores, la responsable de la secretaria de Estado de Seguridad está trabajando con diferentes instituciones, como la UCM, con cuya Unidad de Igualdad ya han elaborado una guía de primeros auxilios psicológicos, que se publicará en breve, en la que se habla, sobre todo, de lo que no hay que hacer. Tanto de comportamientos que hay que evitar, como de la manera en la que hay que atender a quien denuncia los hechos, sin caer en la condescendencia, en la culpabilización de la víctima, en la indiferencia ni en una falsa empatía.

 

Reiteró la conferenciante que ante la duda lo mejor es denunciar, aunque se piense que lo que está ocurriendo es un comportamiento normalizado, como el espiar lo que hace tu pareja on line o como el cibercontrol.