CULTURA

Puesta en escena de "Aquiles en Esciros" en el Teatro Real

“Aquiles en Esciros”, la ópera recuperada por la UCM y que se paró por la pandemia, por fin en el Teatro Real

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Javier del Real (Teatro Real) - 15 feb 2023 09:56 CET

El 13 de marzo de 2020, un día antes de que se declarase el estado de alarma, se iba a realizar en el Teatro Real el ensayo general de la ópera Aquiles en Esciros, recuperada por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU). El Teatro Real decidió entonces, ya que no se iba a poder estrenar la ópera, que lo mejor era cerrar las puertas y dejarlo todo tal cual. Álvaro Torrente, director del ICCMU, explica que el teatro se quedó literalmente congelado en el tiempo, con la escenografía montada, los trajes colocados en los talleres e incluso “la mesa de regiduría, que se pone en medio del patio de butacas, con el cuaderno de notas, el café, la chaqueta en la silla…”. Tras el estado de alarma, la programación del Teatro Real siguió tal y como estaba prevista y Aquiles en Esciros se quedó en el limbo, hasta este 17 de febrero de 2023, cuando por fin verá la luz, 278 años después de su estreno en Madrid.

 

De acuerdo con los responsables del Teatro Real “en la Europa del siglo XVIII las guerras religiosas habían dado paso a las contiendas territoriales, con constantes tratados, alianzas y pactos, muchos de ellos sellados con matrimonios reales y en este contexto se enmarca la boda de la infanta María Teresa Rafaela de España con el delfín Luis de Francia, hijo de Luis XV, que se celebró por poderes en Madrid, el 18 de diciembre de 1744, y en persona, en Versalles, el 23 de febrero de 1745, y con la que se pretendía apaciguar las tensas relaciones entre ambos países”.

 

Para celebrar el enlace de los que se esperaba que fuesen futuros reyes de Francia, aunque luego no lo fueron por su prematura muerte, se estrenaron dos obras, una en Versalles, ante la familia real francesa, y otra en el Coliseo del Palacio del Buen Retiro de Madrid, para abrir los festejos de la boda en presencia de la infanta y de los reyes españoles. La estrenada en España no fue otra que Achille in Sciro (Aquiles en Esciros), de Francesco Corselli.

 

Recuperación de la ópera

Álvaro Torrente confiesa que lleva trabajando en torno a este proyecto unos veinte años, y es así porque ya su primera publicación sobre Corselli fue sobre unos villancicos de Navidad, que son más o menos de la misma época que esta obra. En aquellos tiempos Torrente ya estaba colaborando con Ivor Bolton, el actual director musical del Teatro Real, para hacer una producción de otra ópera, y Torrente le habló de Aquiles en Esciros, porque “tenía una música muy interesante y porque fue estrenada en Madrid para una boda dinástica y valdría la pena reestrenarla”.

 

Asegura el director del ICCMU que ya en aquel momento a Bolton le gustó la idea, pero tenía, como es habitual en el mundo musical, una agenda programada con cuatro años de antelación, a lo que se sumó que “no era un proyecto fácil de vender a cualquiera de los teatros donde él trabajaba”. Cuando Bolton vino a Madrid en el año 2015, como director musical del Teatro Real, una de las cosas que él mismo propuso al equipo de Joan Matabosch, director artístico del Teatro, fue intentar hacer alguna ópera compuesta en España, y “con el tiempo se vieron varias obras, pero esta fue precisamente la que más le interesó”.

 

Cuenta Torrente que para que conocieran la ópera, desde la UCM en 2017, se les proporcionó una partitura y el libreto para que pudieran estudiar la música, algo que se “hace sentándose en una sala del teatro varias personas, en este caso del ICCMU, del Teatro Real y un pianista que toca la parte de la orquesta. Todos los presentes tararean la música y leen el texto para que se vea cómo suena”. Al concluir ese estudio, “tuvieron una sensación muy positiva y decidieron programarla para el año 2020”.

 

Tres proyectos musicales

La recuperación de esta ópera se presenta como resultado del proyecto DIDONE, que dirige también Álvaro Torrente, y que estudia las emociones en las óperas del siglo XVIII, aunque realmente es un trabajo que empezó el profesor complutense antes incluso de solicitar ese proyecto. El trabajo de edición crítica y la revisión final la ha hecho él con otros investigadores que trabajan en dicho proyecto, como Ana Llorens, Alberto Cubero (que es además asistente de Bolton) y Nicola Usula.

 

Aclara el director del ICCMU que “un proyecto de este tipo mueve a muchísima gente, porque, por ejemplo, para hacer la partitura no solamente hay que hacer una para que el director pueda tenerla, sino que hay que hacer también la partichela de todos los instrumentos, que aunque se conserven algunas de las originales hay que reescribirlas para la edición actual”.

 

Lo más relevante de esta recuperación, de acuerdo con Torrente, es que por fin se vaya a representar, y que en este tiempo, desde que se anunció en 2020 hasta ahora, se ha conseguido que se haga en coproducción con el teatro vienés Theater an der Wien.

 

Informa Torrente de que además este año hay una novedad importante y es que “una parte de la orquesta va a tocar la música leyéndola en unos iPads gracias al proyecto de investigación DEepMusic”. De manera más concreta, explica que este es “un proyecto pionero en edición en soporte digital desarrollado en el marco de los tres proyectos de investigación liderados por el ICCMUDIDONE. The Sources of Absolute Music: Mapping Emotions in Eighteenth-Century Italian Opera, financiado con una ERC Advanced Grant del European Research Council; MadMusic-CM Espacios, géneros y públicos de la música en Madrid, ss. XVII-XX, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, financiado por la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo, y DEePMusic- Digitalización del Ecosistema del Patrimonio Musical”.

 

Gracias a este último proyecto se han comprado “50 iPads, con sus pedales, sus atriles y sus cajas de carga, para que cuando los músicos se sienten en el foso estén siempre cargados y en perfecto uso”. Hay cuatro personas que se dedican a este mantenimiento, dos del grupo de investigación complutense, más un estudiante de doctorado y otro de máster. Todos ellos “están pendientes, porque si fallase una de las tablets tendrían que cambiarla instantáneamente, ya que la música no puede parar”.