CULTURA

Mesa redonda en la Facultad de Ciencias de la Documentación para celebrar el Día Internacional de las Bibliotecas

Ciencias de la Documentación celebra el Día Internacional de las Bibliotecas

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 23 oct 2023 17:25 CET

Cumpliendo con el lema del Día Internacional de las Bibliotecas 2023, “Tejiendo comunidades”, la Facultad de Ciencias de la Documentación ha organizado una mesa redonda en la que ha juntado a representantes de la administración, de bibliotecas de diferentes tamaños y del mundo de la empresa. Aunque cada uno de ellos tiene unos desafíos, unos usuarios y una manera de trabajar diferente, todos ellos coinciden en que las bibliotecas son uno de los principales motores de nuestra sociedad.

 

En la mesa redonda han participado Marisa Cuenca, directora de la Biblioteca del Museo del Prado; Isabel Moyano, subdirectora general del Libro de la Comunidad de Madrid; Ilda Pérez, directora de la Biblioteca Histórica Municipal; Javier Plaza, jefe del Departamento de la Biblioteca del Congreso; Juan Sobrino, director de la Biblioteca Pública de Soto del Real; y Francisco José Valentín, director del área de Archivos y Preservación Digital de ODILO.

 

De todas esas instituciones, la que cuenta con más solera es probablemente la Biblioteca del Congreso, ya que se fundó en 1810, en tiempos de las Cortes de Cádiz, y la más joven es la empresa ODILO, que se creó en 2012, ya en un mundo completamente digitalizado. De hecho, y de acuerdo con Francisco José Valentín, uno de sus principales retos es compatibilizar las bibliotecas tradicionales con las herramientas actuales de acceso a la información, que cada vez se dirigen más a un sistema similar al de las plataformas audiovisuales que “recomiendan los libros que encajan en el perfil de consumo habitual”.

 

El resto de las participantes en la mesa redonda también otorgan un gran peso a la consulta digital, como Ilda Pérez, quien reconoce que ya son poquísimas las personas que van a la Biblioteca Histórica Municipal, a no ser los usuarios más asiduos, “que son casi como de la familia”. En otras bibliotecas como las del Museo del Prado o la Biblioteca del Congreso se aspira a la universalidad de visitantes, pero reconocen que fundamentalmente se dirigen en gran parte a investigadores y especialistas, en un caso de la Historia del Arte, y en el otro, a expertos en política, incluyendo a los propios parlamentarios, que buscan información rápida y precisa.

 

Diferente es la situación para las bibliotecas de la Comunidad de Madrid, que, según Isabel Moyano, van dirigidas a cualquier persona, de ahí que realicen todo tipo de actividades para fomentar la lectura. Un ejemplo de una de esas bibliotecas, la del Soto del Real, en este caso gestionada por su ayuntamiento, se llena de programas dirigidos a personas mayores en residencias, a niños que leen cuentos a mayores o a los presos del centro penitenciario de la localidad. Juan Sobrino apuesta porque su biblioteca sea “una agente de motor social”, y al igual que las demás se conviertan en el “corazón cultural de un barrio”.

 

La participación ciudadana, de acuerdo con los miembros de la mesa redonda, ya no se centra tanto en el trato directo presencial con el público, sino en la capacidad de ofrecer la mayor parte de los fondos a través de Internet, en algunos casos centrándose en lo más especializado, como las obras musicales de los siglos XIV y XVII de la Biblioteca Histórica Municipal, y en otros incluso traduciendo parte de los fondos a idiomas como el inglés. como se está haciendo en el Museo del Prado.

 

En ese mundo de desafíos, las bibliotecas buscan trabajadores que estén a la altura, y para ello tienen que superar oposiciones que no son fáciles, pero al contar con pocos postulantes casi aseguran la plaza si se consiguen aprobar. Los participantes de la mesa redonda apostaron, por tanto, por estudiar para cubrir un número de plazas que además es creciente debido a las jubilaciones que se prevén en los próximos años. Juan Sobrino reclamó más plazas públicas, ya que en su caso son solamente dos y sólo él tiene plaza fija en la biblioteca de Soto del Real, mientras que el responsable de ODILO recomendó formarse, no perderse las prácticas que se puedan hacer en bibliotecas durante la carrera, y, sobre todo, hacer cursos de desarrollo de ecosistemas de aprendizaje.