Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 3 feb 2022 12:21 CET

Explica la decana Francisca Blasco López que la Facultad ya llevaba tiempo queriendo acreditarse por la ISO 9001 para centros de enseñanza, incluso desde antes de que fuera Facultad, pero “era tan complicado que no se pudo hacer”. Cuando dejaron de ser Escuela y pasaron a ser Facultad, “los estudios iban hacia arriba, con los dos grados con los que se empezó, los de Comercio y Turismo, un doble grado de Turismo y Comercio que aúna los dos grados, un doble título con la Universidad Politécnica, cuatro másteres universitarios y un doble título con la Sorbona de Francia”.

Con toda esa oferta decidieron afrontar de nuevo el proceso de acreditación hace unos cuatro años, “así que este es un proyecto de medio-largo plazo”, en el que ha sido fundamental el trabajo de Yolanda Romero Padilla, vicedecana de Estudios y Calidad, que ha permitido “aunar a un equipo muy diferente de personas, ya que la acreditación inspecciona todos los procedimientos de la Facultad, no sólo los académicos, los docentes y los de formación, sino que también se acreditan los de gestión, los económicos y los administrativos. Todos han quedado inspeccionados y se les ha dado el sello de calidad, así que es algo muy ambicioso, por involucrar al equipo decanal, a los docentes, al PAS, a la gerencia, a la secretaría académica y a todos los coordinadores de asignatura, que van a tener su propio rol a la hora de garantizar la calidad en la docencia”.

Frente a la colaboración de todos los anteriores, la decana muestra su agradecimiento y su entrega, incluso en “cursos de formación, que fueron muy bonitos porque coincidieron profesores y PAS, lo que nos pone a todos al mismo nivel, porque al final somos todos compañeros y colaboramos entre nosotros para conseguir un gran objetivo para la Facultad”.

La vicedecana Romero Padilla reconoce que ha sido todo un reto, en el que ha ayudado mucho la continuación de Mercedes Rodríguez Paredes, a la que se nombró delegada de Sellos de Calidad. Asevera la vicedecana que a veces ha resultado difícil encajar los procedimientos de la propia Universidad, “que son complejos, por ser una institución pública, y también delimitar el alcance de lo que se iba a auditar”.

De acuerdo con Romero Padilla, este sello de calidad implica que se pone sobre un papel cómo se funciona, cuáles son los registros y todas las incidencias que pueda haber. Por lo tanto, “invita a tener siempre una actitud de mejora continua, ya que el proceso no se termina con la acreditación”. La decana añade que “llegar arriba es difícil, pero lo más difícil es mantenerse” y para ello, según la vicedecana cada año habrá que hacer auditorías de tipo interno para verificar que se siguen los procedimientos, y una vez al año habrá que pasar auditorías de seguimiento por parte de AENOR.

Varios pasos más

Francisca Blasco López informa de que el reto ahora es introducirse un paso más allá en la calidad, logrando que la Facultad se acredite por el programa AUDIT de la ANECA en la parte académica y docente, “de tal manera que eso repercuta en el objetivo final, que es que la formación sea cada vez mejor y la inserción laboral más fluida”.

Aparte, se ha ido haciendo otro proyecto totalmente innovador, “ya que va a ser la primera Facultad del mundo” en conseguir la acreditación Q de calidad turística que concede el ICTE (Instituto Calidad Turística Española). Esa Q “la tienen playas, hoteles, agencias de viaje, servicios de información turística, casas rurales… pero todavía no la tiene ningún centro de formación, y este de la UCM sería el primero en conseguirlo”. El requisito fundamental que pone el ICTE para otorgar esta acreditación es obtener primero la ISO de calidad a través de alguna acreditadora como AENOR, así que “pronto se estrenará esa Q, y ese será un hito a nivel mundial”. La vicedecana Romero Padilla afirma que este proceso se ha ido trabajando de manera conjunta con el de la acreditación de AENOR y “está siendo una innovación para ver de qué manera se puede abordar el sello de calidad en una institución universitaria”.

Blasco López concluye que todas estas acreditaciones lo que sirven es para “ir ganando en calidad y, obviamente, en prestigio”. Ahora queda la tarea de mantenerlo, “lo que no es fácil, porque es mucho trabajo, y hace falta más PAS que refuerce la Facultad”.