EN VERDE
La sostenibilidad ambiental de los campus pasa por la concienciación de toda la comunidad universitaria
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 25 oct 2023 11:20 CET
Los días 23, 24 y 25 de octubre la Facultad de Ciencias Químicas ha acogido el congreso “El papel de las universidades en los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Organizado en el marco de un proyecto de cooperación al desarrollo sostenible de la UCM, coordinado por el profesor Rubén Miranda, el congreso ha contado con el apoyo de los vicerrectorados de Tecnología y Sostenibilidad y el de Relaciones Internacionales y Cooperación, así como del Consejo Social, y con la colaboración de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia y la Red Española para el Desarrollo Sostenible. Una de las sesiones destacadas del congreso ha sido una mesa redonda que ha reunido a vicerrectores de seis universidades públicas españolas, que han coincidido en señalar la importancia de concienciar a todos los miembros de la comunidad universitaria para conseguir tener campus más sostenibles.
En dicha mesa redonda han participado Jorge Gómez Sanz, vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad de la Complutense; Beatriz López Boada, vicerrectora de Desarrollo Sostenible, Cooperación y Campus Saludables, de la Universidad Carlos III de Madrid; Candela Díaz García, vicerrectora de Sostenibilidad e Infraestructuras, de la Universidad de La Laguna; Andrés Martínez Fernández, vicerrector de Calidad y Estrategia, de la Universidad Rey Juan Carlos; Emilio Luque Pulgar, vicerrector adjunto de Sostenibilidad y Agenda 2030, de la UNED, y María Luisa Martínez Muneta, vicerrectora adjunta para Sostenibilidad de la Universidad Politécnica.
De todos ellos salió un mensaje un tanto pesimista de que no se van a conseguir de manera rigurosa los objetivos de reducir las emisiones a los niveles exigidos, ni tampoco el consumo energético, aunque quizás lo importante, como asegura el representante de la UNED, sea “ir en la dirección correcta”, teniendo en cuenta siempre que lo inesperado está en ese camino.
Lo inesperado puede ser negativo, como apunta el vicerrector de la Universidad Rey Juan Carlos, como una pandemia o las guerras que han hecho que se desvíe tanto la atención como los fondos destinados a la emergencia climática, pero también puede ser positivo, como la bajada imprevisible y continuada de los precios de los paneles solares.
Los vicerrectores coincidieron en la importancia de reducir la huella de carbono que crece, exponencialmente con el transporte de los miembros de la comunidad universitaria, especialmente en campus grandes como el de la Complutense o la Rey Juan Carlos, o muy dispersos, que requieren mucho movimiento del profesorado, como el de la Politécnica.
El vicerrector complutense Jorge Gómez Sanz apuesta por el uso de bicicletas, el transporte público o por la posibilidad de compartir coche, lo que además “favorece la sociabilidad, lo que forma parte del bienestar emocional que también está entre los ODS”. Andrés Martínez Fernández cree que mejor que compartir coche cambiar a otro tipo de movilidad, de contaminación cero como las bicicletas o incluso caminar, y Beatriz López Boada advierte sobre la supuesta no contaminación de los coches eléctricos, en especial los que son enormes y que, en todo su proceso, desde la fabricación de las baterías, contaminan casi más que los coches de combustión.
Lo que tienen claro todos ellos es que en los campus hay que predicar con el ejemplo, intentando compaginar, por ejemplo, los beneficios que deben obtener en las cafeterías, con una mejor gestión de residuos o buscando una mayor concienciación de los profesores y de los estudiantes. Según Luisa Martínez Muenta esta última parte de la comunidad universitaria, la de los alumnos, es la que genera más luces, porque son los que tienen más interiorizada la necesidad de un mundo más sostenible. En algunos lugares, como la Universidad de La Laguna hay grupos de voluntarios que mantienen composteras en diferentes facultades para reaprovechar los residuos.
La principal conclusión de esta mesa redonda es la importancia de trasladar a las siguientes generaciones la conveniencia de apostar por la sostenibilidad ambiental, sin olvidar que el comportamiento ejemplar de los profesores y el personal de administración y servicios es fundamental para calar en todos los estratos universitarios.
Alineados con la Agenda 2030
Como afirmó la decana de Químicas, Mayte Villalba, en la inauguración del congreso, hay que lograr que “las universidades desempeñen un papel activo no solo en la educación, que es fundamental para transformar la sociedad, sino también en la promoción de actitudes en los estudiantes que, combinadas con el esfuerzo, contribuyan a la construcción de una sociedad sintonizada con los ODS”.
Idea que también compartió en la inauguración Federico Mayor Zaragoza, actual presidente de la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC), quien hizo una distinción importante entre educación y capacitación, al señalar que “es posible tener personas altamente capacitadas, pero mal educados. Por lo tanto, las universidades, como actores principales en la consecución de los ODS, deben enfocarse en la formación de ciudadanos que sean al mismo tiempo libres, responsables e inspirados por los principios democráticos”.
María Rosario Cristóbal Roncero, vicerrectora de Relaciones Internacionales y Cooperación, quien también participó en la jornada inaugural, destacó el alineamiento de la UCM con la Agenda 2030, así como las líneas estratégicas en materia de desarrollo sostenible en términos de educación, investigación y un factor de gran importancia como es el liderazgo social.
El vicerrector Jorge Gómez Sanz, repasó algunas de las actuaciones de nuestra universidad como la instalación de paneles solares en ubicaciones estratégicas del campus universitario, lo que se traducirá en un ahorro anual de 600.000; el proceso de renaturalización de áreas del campus mediante la creación de corredores verdes a través de colaboraciones público-privadas, y el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de disminuirlas en un 50% para 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
Un congreso intenso
A lo largo de tres jornadas, los asistentes al congreso han podido participar en varias sesiones plenarias, comunicaciones orales y tipo póster, mesas redondas y participaciones on line. Como informan el profesor Rubén Miranda y la ayudante de investigación Elena Espada Bernabé, gran parte de esas comunicaciones están colgadas en un canal de Youtube creado para este congreso.
La primera conferencia del congreso corrió a cargo de María Luisa Ramos Rollón, asesora del vicerrectorado de Relaciones Internacionales y Cooperación para el Desarrollo de la UCM, quien destacó también el “papel crucial de las universidades, que, en colaboración con las políticas públicas, pueden fusionar la agenda política con diversos campos de conocimiento, como la ciencia, la tecnología y lo social, que a menudo parecen estar en desacuerdo, pero son, en realidad, perfectamente compatibles”.
Antonio Gomera Martínez, coordinador del Grupo de Trabajo de Sostenibilización Curricular de CRUE-Sostenibilidad, destacó en su charla la importancia de apoyar a los profesores en la integración de la Agenda 2030 en sus programas académicos y se centró en la necesidad de sensibilizar a los docentes y superar la percepción de que "mi asignatura no tiene nada que ver con el medio ambiente o los ODS en general".
Otra de las conferencias, ya en el segundo día, fue la de Francisco Javier Benayas del Álamo, de la Red Española de Desarrollo Sostenible (REDS-SDSN) y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, quien se sumó a la idea de que “la universidad desempeña un papel clave en la transformación hacia un futuro sostenible, y aunque el camino puede ser desafiante, la colaboración, el intercambio de experiencias y la acción conjunta son las herramientas que nos llevarán a alcanzar nuestros objetivos en la implementación de la Agenda 2030”.
Otra de las mesas redondas se centró en los estudiantes y en su participación en proyectos de cooperación al desarrollo, proyectos de aprendizaje-servicio y voluntariado ambiental. En ella participaron los responsables de estos programas en la Universidad Complutense de Madrid: Fernando Calles de los Mozos representando al Servicio de Relaciones Institucionales, Cooperación y Voluntariado; Alejandro Rescia Perazzo, asesor para biodiversidad y medio ambiente del vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad, y Bienvenida Sánchez Alba, directora de la Oficina de Aprendizaje-Servicio.
También participaron en la mesa estudiantes como Valentina Benincasa, quien ha disfrutado ya de dos estancias en proyectos de cooperación al desarrollo UCM en colaboración con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (México) y en un proyecto de cooperación al desarrollo de la UCM para la creación de una red internacional sobre género; Mario Pulido, que lleva trabajando ininterrumpidamente tanto en proyectos de aprendizaje-servicio como proyectos de cooperación al desarrollo UCM, primero como estudiante y después como miembro del equipo de trabajo de dichos proyectos, y María Bañón, estudiante del máster de eficiencia y sostenibilidad de la Universidad de la Coruña, que ha trabajado desde diferentes formas en lograr un mundo mejor y más justo, primero a través de la creación y participación en ONG, la actividad ecosocial y ahora, como representante estudiantil de su universidad.