CURSOS DE VERANO

Inmaculada Aguilar, directora general de FECYT (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología)

El 14% de los españoles muestra interés por la ciencia y la tecnología

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 27 jul 2022 13:37 CET

¿Es poco un 14%? Pues depende de con lo que se compare. Inmaculada Aguilar, directora general de FECYT (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología), ha presentado los resultados de la encuesta realizada en 2020 por su institución dentro del curso “El futuro de la ciencia y los científicos en la sociedad española”. En dicha encuesta un 14% ha respondido, de manera espontánea, que uno de sus intereses es la ciencia, no muy lejos del 18% que se interesa por la economía o del 15% que se interesan por la educación. Está por encima del 10% que se preocupa por el medio ambiente y empatado con los que afirman distinguir entre realidad y fake news.

 

Ha explicado Inmaculada Aguilar que en los tres últimos años el periodismo ha informado de ciencia “prácticamente en directo, siguiendo las necesidades imperiosas de la crisis sanitaria”. Eso ha llevado a muchos periodistas a escribir, por primera vez, sobre ciencia, y también a muchos ciudadanos a apreciar, también por primera vez, la relevancia de la ciencia y su comunicación.

 

Eso sí, muchos ciudadanos se han sentido un tanto confundidos porque pensaban que la ciencia era inamovible y han visto que realmente no es así, sino que tiene opiniones cambiantes, por ejemplo, con el tema de la pandemia y la manera de enfrentarnos a ella. Aguilar cree que es fundamental explicar que “la ciencia no es una sucesión de verdades inmutables, sino que la ciencia avanza continuamente, es un lugar de cambio que muchas veces se desdice”.

 

En general, la población española confía en la ciencia, y en sus avances, “no hay un discurso general contrario a la ciencia”, pero también hay un discurso muy extendido sobre cómo la aplicación de la ciencia en el terreno de la salud se ciñe al poder establecido y a los “intereses económicos de la industria farmacéutica”.

 

En otros temas, como el cambio climático, un 45% de los encuestados confía en que la tecnología y la ciencia serán útiles en la lucha contra el cambio climático, que al mismo tiempo está considerado como un problema grave por un 83% de los ciudadanos. Un 60% cree que el cambio climático se debe a un nivel elevado de consumo, lo que ha llevado a que un 47% haya tomado algún tipo de medida a la hora de comprar productos más ecológicos o que favorecen al medio ambiente. En cuanto al activismo, sólo un 10% confiesa haber participado alguna vez en una manifestación para protestar por la situación actual, mientras que un 22% ha firmado algún manifiesto por Internet.

 

Hay una gran mejora en el rechazo teórico de terapias alternativas como el reiki o la homeopatía, aunque ha aumentado su uso, fundamentalmente como complemento a la medicina científica. Y curiosamente son las personas con una mayor formación académica las que hacen un mayor uso de estas terapias.

 

En cuanto a la robotización de la sociedad, un 52% considera que los riesgos superan a los beneficios, y es el mismo porcentaje el que piensa que está capacitado para convivir con la Inteligencia Artificial y los robots. Mientras que sólo un 19% de los encuestados cree que de aquí a 15 años un robot podría sustituirle en su trabajo.

 

A partir de todos los datos recopilados, la directora de FECYT opina que la comunidad científica debe comunicar mejor, insertando su mensaje en los miedos, anhelos, intereses y valores de la sociedad en la que conviven, porque “la ciencia no está fuera de la sociedad, no existe fuera de ella, no es aséptica”.

 

Algo que también se hizo patente en la inauguración del curso, en la que tanto el director del mismo, el catedrático Jesús Pérez Gil, como Ana Cremades, directora general de Investigación de la Comunidad de Madrid, y Margarita San Andrés, vicerrectora de Investigación de la UCM, reclamaron una mayor financiación, así como más estabilización y atracción del talento. Todo con la idea de que los jóvenes “se incorporen a la maravillosa carrera científica, que requiere generosidad, ánimo, resiliencia y saber que no todo va a salir a la primera”.