Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 21 jun 2023 10:48 CET

Majed Andiwi, refugiado sirio, y el brasileño Arthur son los dos estudiantes que han querido participar en esta jornada. El primero de ellos de manera presencial y el segundo mediante un vídeo. Los dos estudian un máster en la UCM, Majed, uno de Teatro y Artes Escénicas, y Arthur, el de Psicoanálisis y Teoría de la Cultura, y coinciden también en que el programa de Acogida Universitaria a Personas Refugiadas de la UCM no sólo les ha permitido continuar sus estudios, sino que les ha acogido en un colegio mayor, lo que para Majed ha sido “una experiencia de amistades nuevas en un entorno universitario”, y para Arthur un lugar donde convivir incluso con compañeros de su misma nacionalidad, lo que le ha permitido tener “una vida mejor, una vida más feliz, con dignidad, lo que falta a muchas de las personas que viven en situación de refugio”.

Ana Laura Rodríguez, directora de la Unidad de Diversidad e Inclusión (UCM d+I), informa de que en la Complutense hay varias facultades que trabajan desde diferentes perspectivas en tema del refugio y la acogida, y es “un valor importante de nuestra Universidad, que hay que potenciar”. De acuerdo con ella es un valor añadido, ya que son investigaciones sociales que tienen un efecto inmediato, como lo fue en su día la implementación del propio programa de Acogida.

Nuria Pinilla Alcázar y Miriam García Socuéllamos, dos becarias de la UCM d+I, explicaron en profundidad la nueva convocatoria del programa, que se ha hecho pública este mismo 20 de junio y que está abierta hasta el 31 de octubre para los estudiantes de grado y máster, mientras que para los estudiantes de doctorado el plazo comienza el 1 de octubre y termina el 12 de noviembre.

Las ayudas van desde un 25% hasta un 100%, dependiendo de la situación socioeconómica de cada demandante, y puede incluir tanto la matrícula como las tasas académicas para la emisión de títulos e incluso el alojamiento y la manutención en colegios mayores, dependiendo también de cada persona.

RAISD y ACNUR

La jornada ha incluido también una carpa informativa de ACNUR (Somos Activismo), junto a la salida del metro de Ciudad Universitaria, y la presentación del proyecto RAISD (acrónimo en inglés de “Reformar las estrategias de atención e inclusión para personas claramente vulnerables entre los desplazados por la fuerza”), coordinado por la Complutense y con socios de Italia, Finlandia, Hungría, Turquía, Jordania y Líbano.

El proyecto forma parte de la estrategia europea H2020 de investigación e innovación, y aunque lleva en marcha unos tres años y medio, las investigaciones en la UCM, sobre el tema de los refugiados, comenzaron ya en 2011, tal y como explicaron las profesoras Tamara Bueno Doral y Noelia García Castillo, del Departamento de Teorías y Análisis de la Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Información.

Las dos investigadoras explicaron la metodología que se ha seguido en el proyecto, centrada fundamentalmente en estrategias personalizadas para cada persona que ha sufrido desplazamiento forzoso. En cada país participante se han llevado a cabo diferentes estrategias, dependiendo de la comunidad refugiada de cada lugar, y en España, por ejemplo, se ha realizado un programa de formación y asesoramiento para el autoempleo de mujeres subsaharianas solicitantes de protección internacional, cuya solicitud ha sido aceptada, está en trámite, o incluso ha sido denegada.

El trabajo ha incluido la definición del propio concepto de vulnerabilidad, ya que de acuerdo con García Castillo “es completamente cambiante por el contexto, teniendo en cuenta tanto lo que ocurre a nivel individual como institucional y legal”. Algo que quedó reflejado en el cortometraje documental Espejismos, en el que diferentes personas relatan su experiencia en primera persona como refugiados en España, y las muchas trabas que hay que solventar para conseguir asentarse en un país diferente al propio.

Informaron las dos profesoras de Ciencias de la Información de que la continuación del proyecto ha sido la creación de un Observatorio para el Desplazamiento Forzoso, que es una “plataforma para el intercambio de conocimiento y experiencias”. Un trabajo que, de acuerdo con la directora de la Unidad de Diversidad e Inclusión, debe continuar porque es un proyecto de futuro.