CULTURA

Dos esculturas de la serie "Afro", de Jorge Pineda

El Centro de Arte Complutense trae a España “Happy. Ensayos sobre la obra de Jorge Pineda”

Fotografía: Francisco Rivas - 23 ene 2024 16:26 CET

El título, sin duda, engaña. O quizá no tanto. “Happy” es una muestra inquietante que “no deja indiferente a quien la contempla”, como destaca la vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria, Isabel García. Son 51 piezas y 47 afiches creados con la misión de concienciar, de “llevarnos al lugar incómodo”, como subrayan los comisarios Sara Hermann y Javier Martín-Jiménez. Pero también “es una oración y una canción de esperanza por el futuro de todos nosotros”, como afirma la ministra de Cultura de la República Dominicana, Milagros Germán, presente en la inauguración de la exposición retrospectiva sobre su compatriota, el artista visual Jorge Pineda, que desde este 23 de enero y hasta el 7 de abril acoge el Centro de Arte Complutense, c arte c.

 

“Happy. Ensayos sobre la obra de Jorge Pineda” llega a c arte c tras poderse contemplar en el Centro León, en Santiago de los Caballeros, en la República Dominicana, donde se inauguró en diciembre de 2022, en presencia de su autor, apenas dos meses antes de su fallecimiento. Cuenta Sara Hermann, comisaria de esa primera muestra, junto a sus compañeros del Centro León, Laura Bisonó Smith y Víctor Martínez Álvarez, que Pineda participó en todo momento, pese a su precario estado de salud, en los preparativos de la exposición. Tanto, que su propio título, ese desconcertante e irónico “Happy”, fue decisión suya. “Decidió ir a lo emocional”, resume la comisaria.

 

Tras la muerte de Jorge Pineda (Barahona 1961 - Santo Domingo 2023), los responsables de la exposición -la Fundación Alberto Cruz y el Centro León, cuyos presidentes, Alberto Cruz Acosta y María Amalia León, también participaron en el acto inaugural celebrado este 23 de enero- quisieron seguir dando vida a su obra haciéndola viajar por el mundo. La primera parada es Madrid, una ciudad muy querida, según indicaron, por el autor y que visitó en numerosas ocasiones. Una de ellas fue en 2008, cuando, como recordó la vicerrectora Isabel García, participó en la Cátedra Juan Gris de la Facultad de Bellas Artes, impartiendo un taller a sus estudiantes. Una experiencia que, como contó Henry Mercedes, pareja del fallecido y responsable en la actualidad de su Taller, encantó a Pineda y, de hecho, después repitió con otras instituciones.

 

De la exposición creada en el Centro León proceden la mayor parte de las obras, pinturas, esculturas, ilustraciones y afiches, que se muestran en el c arte c. Algunas de las entonces expuestas, como explica Javier Martín-Jiménez, que se ha unido al equipo del Centro León en el comisariado de la muestra, no han viajado hasta Madrid, pero por el contrario se ha sumado un buen número de obra original que estaba en España, tanto en el Reina Sofía, como en el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), el Museo de Arte Contemporáneo de Salamanca o en diversas colecciones privadas. La mayoría de las obras son originales, pero algunas han sido recreadas -siguiendo las minuciosas indicaciones dejadas por su autor- por un grupo de 20 estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la UCM. Entre estas, sin duda, destaca el retrato de Ana Mendieta, artista y feminista cubana fallecida en 1985 en Nueva York, se sospecha que asesinada por su marido. Su retrato de grandes dimensiones -el original lo hizo Pineda en un muro- lo han reproducido los estudiantes utilizando únicamente pintalabios de distintas tonalidades de rojo, según lo dispuesto por el autor.

 

La cara de Ana Mendieta es prácticamente la única que se puede contemplar en la exposición. El resto de las figuras humanas ocultan su rostro: o no lo tienen o sobre él Pineda ha dibujado un borrón, una mancha o una careta. Ni siquiera los personajes infantiles de algunas de sus series más características, “Niñas rojas” o “Niñas locas”, tienen esas facciones identitarias. Pineda alerta, el espectador decide. “Mis imágenes son metáforas de una sociedad que se niega a crecer y no asume sus responsabilidades. El espectador decide de acuerdo con sus referentes. Mi responsabilidad como artista es hacer que el espectador que ve la obra vuelva a ver. Que vea de nuevo esa cotidianidad que de tanto tenerla enfrente se ha hecho invisible”, se puede leer en uno de los paneles de la sala sobre la firma del propio autor. La espectacular serie “Afro”, donde los protagonistas son coloridos adolescentes urbanos, o la transcendente “Santos inocentes” donde niñas y niños se ocultan bajo sábanas, llevan este inquietante anonimato de los personajes a su máxima expresión.

 

Sin embargo, no todo es inquietud, lugares incómodos o mensajes vergonzantes -que encuentran su culmen en la muñeca giratoria tatuada con los insultantes piropos que cada día sufren las jóvenes dominicanas entre la condescendencia generalizada- también hay espacios para disfrutar. Una de las salas reproduce un jardín zen, en el que las piedras han sido sustituidas por pequeños y coloridos papeles. A él los visitantes a la exposición están invitados a descalzarse, entrar, coger un rastrillo y remover cuanto tienen entre sus pies. “Él estaba en una búsqueda continua de la felicidad y el disfrute”, apunta la comisaria Sara Herman. “Era un genio de la metáfora”, añade Alberto Cruz. “Capaz de transformar la violencia en belleza”, apunta María Amalia León. “Un ser de luz”, completa Javier Martín-Jiménez.

 

La exposición se puede visitar hasta el 7 de abril en el c arte c (calle Juan Herrera, 2, junto al Museo del Traje), de martes a sábados de 10 a 18:45h, y los domingos y festivos de 10 a 15h. La exposición estará incluida en el programa oficial de la próxima edición de la feria Arco, que tendra el mar Caribe como proyecto central.