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El Cisneros afronta una temporada diferente con "motivación, ilusión e incertidumbre”

Texto: Miguel Modrego - 26 nov 2020 19:00 CET

Pistoletazo de salida para el rugby universitario en esta complicada temporada plagada de dudas e incertidumbres. Hablamos con dos jugadores de los equipos de División de Honor del Club de Rugby Complutense Cisneros: Alba Vinuesa (Madrid, 1999), capitana del equipo femenino y estudiante de Fisioterapia, e Ike Irusta (Marbella, 2001), jugador del equipo masculino y estudiante de Matemáticas. A pesar de su corta edad, ambos han tenido ya el privilegio de formar parte de la plantilla de la Selección Española Absoluta.

Vinuesa e Irusta se definen como estudiantes y deportistas “responsables, organizados y trabajadores” y no consideran que sea complicado compaginar una carrera con el deporte. “El club facilita el tema dentro de la complejidad que puede presentar el hecho de abarcar ambos ámbitos”, aclara Ike. Sus inicios en el mundo del rugby son bien dispares. Mientras que el marbellí comenzó a la temprana edad de cinco años tomando como referencia a su padre, la madrileña jugó al baloncesto hasta los 17, pero hubo un momento en el que decidió cambiar aro y tablero por césped y tiro a palos. “Mi padre es el director deportivo del Club Complutense Cisneros, dos de mis hermanos han jugado allí desde pequeños y, al final, tras tantos años jugando al baloncesto sentí que necesitaba un cambio”, explica.

 

Ninguno de los dos quiere dejar pasar por alto que la pandemia ha afectado al rendimiento y la preparación de sus respectivos equipos de cara a la temporada regular. La futura fisioterapeuta anota que “la preparación física cambia por completo. El rugby no es como otro deporte en el que solo se trata de correr… Al final te desacostumbras al contacto tras tanto tiempo sin hacerlo”. A pesar de las extrañas circunstancias, Ike se siente “afortunado” porque el conjunto de División de Honor Masculina pudo llevar a cabo una buena pretemporada en agosto combinando trabajo físico y colectivo. “El problema llega cuando existe algún tipo de indicio de contacto, lo que supone confinamiento y un atraso en nuestro progreso”, apunta el andaluz.

 

Ambos coinciden en que la presente temporada va a ser “diferente”, pero la  situación les hace afrontar cada entrenamiento y partido con más positividad, compromiso e ilusión si cabe. Mientras que el conjunto femenino no empieza la competición hasta el próximo 12 de diciembre, la plantilla masculina ya ha disputado  tres jornadas, contabilizando una victoria en casa ante la Universidad Pablo Olavide y dos derrotas fuera de su feudo ante C.P. Les Abelles y el Barça Rugbi. Este sábado a las 16h reciben al Silverstorm El Salvador en el Campo Central de la Ciudad Universitaria. Ike explica que el objetivo del equipo no es otro que “luchar por la parte más alta que podamos y llegar en buenas condiciones a los partidos para poder recalar en un gran puesto a final de temporada”. Por su parte, la capitana de la escuadra femenina incide en que “pase lo que tenga que pasar, pero nosotras no vamos a dejar de darlo todo en cada entrenamiento para llegar al partido en plenas condiciones”.

 

La natural del municipio de Hoyo de Manzanares se toma cada entreno como si fuera el último después de haber estado fuera de los terrenos un año entero a causa de un edema óseo en la cadera. “Tenía el labrum de la cadera roto y me operé el 4 de julio de 2019. Eran seis meses de recuperación; tuve suerte de poder aprovechar el verano para acostumbrarme a las muletas y andar paulatinamente. En diciembre jugué mi primer partido, pero físicamente no estaba bien, y las navidades me sirvieron para ponerme a tono”, recuerda.

 

Tanto Alba como Ike ya saben lo que se siente al jugar con la Selección Absoluta. Vinuesa lleva tres años representando a España, y guarda el bonito recuerdo de haberse proclamado campeona de Europa en marzo de 2018. “Fue algo único y emocionante, apenas tenía diecinueve años. Ver a mis padres en las gradas del estadio belga me puso los pelos de punta”, rememora sonriente. Irusta se estrenó en una convocatoria hace aproximadamente un año, lo que le resultó bastante inesperado. El estudiante de Matemáticas cuenta que “venía de estar convocado con la categoría sub20. Me llegó una llamada del seleccionador y me sentí muy ilusionado. Fue una noticia que fortaleció mi confianza para afrontar la segunda mitad de la temporada”.

 

Recordando alegrías del pasado, Ike lo tiene bien claro: su debut oficial con el Cisneros, junto con el apertura Gonzalo Vinuesa (hermano de Alba), fue un bonito momento. “Nos llevamos el triunfo ante el mayor rival que tiene este club en Madrid, algo imprevisto para mucha gente”, conmemora. Alba ve difícil poder elegir un solo instante: “No sabría decirte… En mi primer año con el Cisneros subimos a División de Honor y fuimos a la fase de ascenso en Navarra, pero el campeonato europeo con España también fue único”, expone dubitativa. 

 

Los estudiantes y deportistas se despiden lanzando un mensaje de ánimo hacia la comunidad complutense dentro de la situación actual:

 

Ike: Creo que se está llevando con bastante cuidado en cuanto a precauciones y medidas. Considero que está bastante controlado. La gente tiene que concienciarse de que se trata de un tema muy serio y es necesario ser respetuosos para que todo acabe lo antes posible.  

 

Alba: Qué difícil… Yo creo que ahora lo mejor que podemos hacer es tener calma, paciencia y ser respetuosos con la sociedad. Lo que hagamos cada uno de nosotros va a afectar en mayor o menor medida a los demás. Hay que saber disfrutar de cada momento, pero siempre con mucha cabeza.