DEPORTE

Pablo levantando la copa del europeo

"El paso que se ha dado con el deporte femenino creo que ha sido increíble. Espero que pronto nos ocurra también a nosotros"

Texto: Raúl Belinchón - 19 jul 2021 09:55 CET

Pablo Lavandeira Poyato es estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad Complutense de Madrid. Además de su gusto por la informática, Pablo posee otra pasión a la que dedica gran parte de su tiempo: el deporte, más concretamente el baloncesto. Actualmente es jugador profesional de baloncesto en silla de ruedas, compitiendo a nivel nacional en el CD Ilunion, equipo más laureado de España. Nacido en Valladolid y con tan solo 21 años, posee en su palmarés una Copa del Rey, un bronce en el Europeo U22, un bronce en la Champions Cup y un oro en el Europeo U22, conseguido por el combinado nacional el pasado 18 de junio, tras vencer a Alemania (34-76) en la localidad de Lignano (Italia).

 

¿Qué te llevó a dedicarte al baloncesto?

De pequeño siempre fui un niño muy activo y deportista. A raíz del accidente que sufrí en 2006, los médicos y psicólogos me recomendaron seguir con el deporte ya que era muy terapéutico y me iba a ayudar a mantenerme en forma y gozar de una mejor salud.

Probé numerosos deportes desde equitación a tenis, pasando por pádel, natación, golf… Finalmente conocí el baloncesto mediante una actividad que se llevó a cabo en mi colegio de la mano de uno de los mejores profesores que he tenido, Ángel de las Heras, que dedicó un día entero en el colegio a plantear unas jornadas deportivas adaptadas, ya que yo realicé mis estudios en un colegio ordinario.

 

Has pertenecido al combinado nacional que ha ganado el Campeonato de Europa U22 el pasado mes de junio. ¿Cómo ha sido el camino para ocupar un puesto en el combinado nacional?

Bueno, no ha sido un camino fácil pero tampoco ha sido muy difícil debido a que, por suerte o por desgracia, no hay mucha gente por debajo de los 22 años que se dediquen al baloncesto en silla. Pero el llegar a ser campeones de Europa sí ha sido un camino difícil. Mi primer torneo con el combinado nacional fue en 2017. Recuerdo llegar al Europeo con mucha confianza y ver al resto de equipos entrenar el primer día. En ese momento a todos se nos cambió la cara totalmente. Y el devenir de la competición fue un poco eso, chavales sin experiencia contra equipos con mucha experiencia. Finalmente quedamos en 7º puesto de 8.

El siguiente europeo fue en 2018 y ya íbamos más preparados. Los jugadores habíamos obtenido más responsabilidades en nuestros respectivos clubes y eso se notó. Dimos un paso de calidad y nos hicimos con el 3º puesto que sabía a oro, pero queríamos más. Ahí llegó el siguiente europeo que, debido a la pandemia causada por el COVID-19, se retrasó un año, pero eso nos venía incluso mejor, teníamos un año más para prepararnos y así fue. Llegamos en las mejores condiciones posibles y no tuvimos rival. Ganamos todos los partidos por más de 30 puntos y haciendo unas defensas increíbles. Conseguimos clasificarnos para el Mundial U23 que se celebrará el año que viene en Chiba (Japón) y nos hicimos con el oro, hito que no se conseguía desde hacía 13 años.

 

Has tenido entonces un largo recorrido con el combinado nacional. También fuiste seleccionado para el Mundial de Baloncesto en Silla de Ruedas de 2018 con la selección absoluta que quedó en 5ª posición. ¿Cómo fue esa experiencia?

En 2018 tuve la llamada del seleccionador español absoluto y participé en el mundial que se disputaba en Hamburgo. Fue una experiencia enriquecedora pero no pude jugar debido a que era el jugador número 12 y al final uno no lo termina de disfrutar del todo. Pero bueno, fue bonito. He estado más veces con la selección absoluta y de momento me he quedado a las puertas del Europeo de 2019 y ahora de las Paralimpiadas de Tokio. Debido a la pandemia y por precaución, nos estamos preparando 14 jugadores, aunque solo vayan a acudir 12 ya que, si ocurre algún altercado de última hora, es importante poder contar con algún cambio que esté en forma.

 

Así que vosotros también habéis notado los efectos de la pandemia a causa del COVID-19.

El tema del COVID-19 ha sido complicado y más en nuestro deporte o en cualquier deporte minoritario ya que no existen los medios suficientes para poder gestionarlo todo adecuadamente.  Aun así, lo hemos hecho de maravilla. ¿Cuál es el problema? Qué si un jugador daba positivo, todos los jugadores del equipo y el cuerpo técnico teníamos que estar 10 días de cuarentena con todo lo que ello conlleva y además de retrasar un partido si coincidía en ese fin de semana. Así que, a grandes rasgos, ha sido muy complicado mantener el ritmo adecuado.

 

Hablando ahora de tus estudios, te encuentras realizado un Grado de Informática en la Universidad Complutense de Madrid. ¿Cómo te decantaste por estudiar esa carrera?

Bueno, la verdad que no fue una decisión directa, ya que no había una carrera que me llamara de primeras y estaba entre Teleco, Informática o algo relacionado con deportes. Informática era la que más me llamaba la atención así que eso fue lo que hizo decantarme. El primer año la odiaba a muerte y no tenía muy claro que me gustara. Al siguiente año me cambié a Madrid ya que yo vivía y jugaba en Valladolid, pero me ficharon aquí y me tuve que trasladar. Tuve que repetir varias a asignaturas que en Valladolid ya había aprobado. Seguía sin encontrarle el truco y renqueante con la carrera, pero finalmente, y gracias a la pandemia, empecé a cogerle cariño y como no podía hacer mucho más en casa me dedicaba a estudiar y comenzó a encantarme. Ahora doy gracias a ello porque seguir compaginando el deporte con los estudios sin que te guste lo que estudias es muy complicado.

 

¿Por qué elegiste la UCM?

Elegí la UCM por el prestigio que tiene y la historia que hay detrás de toda la comunidad universitaria y de verdad que me alegro de haber elegido la Complutense.

 

A la hora de compaginar tu faceta deportiva con la carrera, ¿cómo lo haces? ¿qué complicaciones existen si, por ejemplo, te coincide un examen con la preparación de una competición?

El tema del cambio de exámenes debido a competiciones está siendo mucho más fácil de lo que me esperaba o de lo que había vivido en el colegio o en la Universidad de Valladolid. La mayoría de profesores lo entienden y no ponen ninguna pega. También es verdad que me mantengo en contacto con la Vicedecana de Estudios y Calidad de la Facultad de Informática, Raquel Hervás Ballesteros, y ella me ha ayudado muchísimo y si hay algún profesor que pone pegas, ella se encarga de hablar con ellos. También es cierto que los Deportistas de Alto Nivel (DAN), que es un reconocimiento que te da el Consejo Superior de Deportes llegado a un nivel de deporte, estamos amparados por la ley, pero nunca he tenido que tirar de ese recurso y espero no tener que hacerlo, no me gustaría. Prefiero tener un trato cercano con los profesores, de alumno a profesor, y que se sientan orgullosos de mis logros y de mí, al igual que yo me siento orgulloso de representar a la UCM.

 

¿Crees que en el ámbito universitario se fomenta lo suficiente el deporte?

Creo que se fomenta algo, pero no lo suficiente. En Valladolid había como un premio o una motivación extra a los deportistas que entrenaran más de “x” horas. Se les otorgaban 2 créditos al año, como si hicieras voluntariado o similar. No sé si eso en la UCM existe. Sé que existe si haces deporte en la universidad y en el equipo de la universidad, pero no sé si fuera está reconocido. Eso sería algo que me gustaría que ocurriera puesto que estoy entrenando 10 horas a la semana, más los viajes y los partidos, y eso me quita tiempo de estudio. El recibir esos 2 créditos me podría dar la posibilidad de quitarme una asignatura optativa.

 

En cuanto al papel de los medios, ¿se os ofrece una cobertura similar o suficiente a vuestras hazañas deportivas y análisis de vuestras competiciones?

Bueno, todos sabemos que en los medios de comunicación si no eres futbolista o jugador de la NBA es complicado que aparezcas en algún sitio que no sea en las últimas páginas. Si es verdad que poco a poco todo va cambiando y parece que a mejor. El paso que se ha dado con el deporte femenino creo que ha sido increíble y me alegro por ello. Espero que pronto nos ocurra también a nosotros y que la gente también se interese por un partido de baloncesto en silla, que estoy seguro que en el momento que lo vean se van a enganchar y les va a gustar. Nuestros partidos son a puerta abierta, gratis y también los echan por internet, y aun así no suelen verse, pero bueno, es lo que tiene el deporte minoritario. Las paralimpiadas se suelen seguir bastante y encima el elenco español suele obtener muy buenos resultados y muchas más medallas que los olímpicos, así que invito a todo el mundo a seguirles y darles su apoyo, a todo el deporte en general. Si no, por mis redes sociales, suelo dar bastante visibilidad al menos a lo que es el baloncesto en silla de ruedas. Si buscan Pablo Lavandeira Poyato es suficiente.

 

¿Crees que en España existe un fomento y accesibilidad plena al deporte para las personas en situación de discapacidad?

El fomento al deporte adaptado creo que podría ser mucho mayor por parte de las federaciones. El problema de las personas con discapacidad es que es algo nuevo que nos ocurre. La discapacidad no viene con un manual, te toca ir aprendiendo sobre la marcha, de cometer errores y de liarla, por eso muchísima gente con discapacidad tienen miedo de las cosas desconocidas o nuevas y prefieren quedarse en casa. Yo les animo a que salgan, que se relacionen, cambien de mentalidad y ayuden a la sociedad a evolucionar. Y a todas las federaciones les animo a que vayan a las casas dónde sepan que hay una persona con discapacidad a ofrecerles el deporte y apoyo. Las propias familias lo agradecerán.

 

¿Y al ámbito universitario?

En cuanto a la universidad, creo que contamos con suficientes ayudas como para que cualquier persona con discapacidad se decida a estudiar y a trabajar por su futuro. En cuanto a ese tema creo que en España se hace muy bien, porque la vida del discapacitado ya es suficiente cara como para acarrear los gastos de la universidad también. Creo que las ayudas que hay a día de hoy son más que suficientes para que cualquier familia con una persona discapacitada pueda costearlo.

 

¿Qué esperas de tu futuro?

De mi futuro deportivo solo espero salud y éxitos de cualquier tipo. Mi siguiente objetivo son unas paralimpiadas, pero ya hasta 2024 no va a ser posible así que seguiré trabajando para ser mejor cada día. Creo que tengo muchísima surte de poder dedicarme al deporte que amo y del que disfruto, el cual empezó siendo un hobby y ahora es mi trabajo. Y de mi futuro universitario solo quiero disfrutar la carrera y cuando termine poder dedicarme a algo que me llene y me guste. Sí, yo soy muy simple.