EN VERDE
El programa de Voluntariado Ambiental Complutense ya está en marcha
Texto: JMMD, Fotografía: Luisa Ordóñez, Vídeo: Luisa Ordóñez - 15 feb 2024 10:02 CET
Sostenibilidad, Agenda 2030, cambio climático, resiliencia. Cada vez se habla más de estas cuestiones tanto en los medios de comunicación como en las conversaciones informales. En 2023 se incorporaron al diccionario de la RAE los vocablos ’descarbonizar’, ‘huella ecológica’ y ‘pobreza energética’. Todo tipo de organizaciones públicas y privadas desarrollan planes y programas medioambientales, más o menos ambiciosos. La propia Unión Europea ha situado como horizonte estratégico la transición ecológica y a ello ha dedicado cuantiosas inversiones. La nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario recoge en su título I que las funciones de la universidad tendrán como referentes, entre otros, el impulso de la sostenibilidad, la lucha contra el cambio climático y los valores que se desprenden de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El reto es tan complejo que no basta la acción institucional. Es necesario un cambio de mentalidad, además de transformaciones estructurales. La implicación personal y comunitaria es imprescindible para asegurar el cambio de paradigma.
A esta última cuestión quiere responder el programa de Voluntariado Ambiental Complutense puesto en marcha este curso académico. En el marco de la Feria del Voluntariado que anualmente organiza en la UCM el Servicio de Voluntariado del Vicerrectorado de Planificación, Coordinación y Relaciones Institucionales, la Unidad de Campus y Medio Ambiente del Vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad puso en marcha la convocatoria abierta a cualquier miembro de la comunidad universitaria para participar en este programa de acción voluntaria en el ámbito medioambiental.
A la convocatoria se apuntaron medio centenar de estudiantes, PDI y PTGAS dispuestos a dedicar 30 horas voluntarias a la mejora ambiental de nuestros campus. Con el fin de subrayar la naturaleza “voluntaria” del programa desde la bienvenida se les ha indicado que el programa, los objetivos y las acciones deben ser diseñadas y no sólo ejecutadas por los voluntarios y voluntarias. Para facilitar este proceso, la Unidad de Campus y Medio Ambiente cuenta con la asistencia técnica de Ecoherencia, sociedad cooperativa sin ánimo de lucro que gestiona el Plan Andaluz de Formación Ambiental de la Junta de Andalucía.
Una vez registrados los voluntarios y las voluntarias se les convocó a un primer encuentro el pasado 14 de diciembre en el Edificio de Estudiantes. Se realizaron dos sesiones de tres horas, una en horario de mañana y otra en horario de tarde, con el objetivo de facilitar la asistencia. Así, voluntarios y voluntarias de Educación Infantil, Filología, Físicas, Políticas y Sociología, Medicina y servicios centrales, se reunieron con el objetivo de actuar desde el contexto universitario frente a las diversas problemáticas medioambientales que atraviesa nuestra sociedad. En esta primera toma de contacto y presentación, los participantes trabajaron individualmente y en grupo un primer diagnóstico de la cuestión ambiental. Se indagó en aquellas cosas que el grupo considera que funcionan bien en nuestros campus, en aquellas que se podrían mejorar o hacer de formas distintas a las actuales y, finalmente, se hizo una lluvia de ideas sobre posibles acciones que podrían tomarse desde el programa de voluntariado.
El grupo se mostró altamente participativo y propositivo, dejando una amplitud de ideas e iniciativas para el programa, pues identificaron un total de 122 cuestiones desde las más ambiciosas o genéricas a las más concretas y prácticas. Así, se cosecharon 28 cuestiones que funcionan bien en el campus, por ejemplo, el programa de seguimiento de la biodiversidad o el programa de formación en actividades medioambientales. En cuanto a mejoras o innovaciones, como corresponde al espíritu crítico universitario, se identificaron casi el doble de cuestiones, concretamente 43, por ejemplo facilitar la movilidad ciclista o reducir el abandono de residuos en plazas y jardines. Y se propusieron 51 acciones en la lluvia de ideas como, entre otras, convocar premios a investigaciones relacionadas con sostenibilidad o hacer plantaciones en fecha simbólicas. El mapa de cuestiones cosechadas en este primer encuentro de voluntarios y voluntarias en diciembre fue sistematizado en seis áreas: cuestiones generales, comunicación, biodiversidad, consumo responsable de recursos, gestión de residuos y movilidad.
Pasadas las vacaciones y los exámenes se convocó una segunda reunión, el pasado 8 de febrero, esta vez en el Aula de Biodiversidad del Jardín Botánico, con el objetivo de consolidar el grupo inicial e incorporar a algunos voluntarios y voluntarias que no pudieron participar en el primer encuentro. A los asistentes se les devolvió de forma organizada toda la información recogida con su participación en el primer encuentro y se les propuso deliberar participativamente sobre qué hacer, por dónde echar a andar la acción voluntaria ambiental, pensando en acciones concretas que una vez al mes se podrían diseñar y realizar, y acciones continuadas que implicarán un diseño y esfuerzo organizativo sostenido en el tiempo.
Después de distintas dinámicas y votaciones se alcanzó el consenso en dos propuestas. A medio plazo, antes de finalizar este curso académico, se van a organizar unas Jornadas de Divulgación Ambiental, para lo que se ha creado un grupo específico de trabajo para definir los contenidos de las Jornadas, temas y ponentes, y también las cuestiones organizativas de cuándo y dónde realizar las Jornadas. La fecha tentativa se ha fijado en los primeros días de mayo antes de que comiencen los exámenes finales. Y, la segunda propuesta acordada, esta puntual, para finales de febrero es un Taller de Construcción de Hoteles Polinizadores y Cajas Nido, donde los voluntarios y las voluntarias construirán este tipo de infraestructura de fomento de la biodiversidad, y desde la Unidad de Campus y Medio Ambiente se coordinarán con el Grupo de Seguimiento de la Biodiversidad de la UCM dada su dilatada experiencia para que pueda también informar de sus trabajos al grupo de voluntariado y que estos puedan participar en alguna de sus actividades como el anillamiento de aves o la limpieza de las cajas nido actualmente instaladas en Moncloa y Somosaguas.
Ambas acciones ya están en marcha y lo primero que han hecho los participantes es crear dos grupos de WhatsApp para impulsar la acción de febrero del taller y la acción de las Jornadas para mayo. El entusiasmo e implicación de este primer contingente de voluntariado ambiental evidencia la necesidad de crear espacios de este tipo. Según cuenta a Tribuna Complutense el equipo de la Unidad, “esta primera experiencia servirá para mejorar el programa de cara al curso académico 2024/2025, abriendo una convocatoria de voluntariado ambiental desde el inicio del curso y se presentará en la Jornada de Bienvenida”.
Por parte de Ecoherencia, Patricia García Peña cree que “la implicación de las propias personas voluntarias en la toma de decisiones sobre las acciones a realizar es la clave para que la participación ciudadana perdure en el tiempo. El voluntariado necesita de implicación y motivación personal y funciona mucho mejor cuando las personas participantes son parte del mismo desde la organización hasta la ejecución”. Sergio Álvarez de Neira aporta su experiencia como facilitador, “propiciando contextos donde la experiencia del voluntariado sea lo más satisfactoria posible no solo con lo que hace, sino también con cómo lo hace, cuidando una participación de calidad, el conocimiento mutuo entre las personas participantes con diversos perfiles y que las acciones finalmente realizadas estén lo más alineadas posibles con sus inquietudes y motivaciones”.