ENCUENTROS COMPLUTENSE

Un momento de la sesión celebrada en el aula de conferencias de la Facultad de Ciencias de la Información

Encuentros Complutense trae el fenómeno influencer a la Universidad

Texto: Alberto Martín - 14 ene 2022 12:22 CET

El 13 de enero ha traído la segunda propuesta de los renovados Encuentros Complutense: “El fenómeno influencer a examen: más allá de las redes sociales”. Cinco invitados en la Facultad de Ciencias de la Información: dos influencers, Daniela Requena y José Sánchez; una profesional de esta nueva industria, Blanca Formariz Schroeder, directora de operaciones de 2btube, agencia de representación de youtubers, y dos profesores universitarios: Alba Torrego, de la Facultad de Educación, experta en redes sociales y adolescentes, y Rubén Sanz, de Psicología, experto en emociones y ansiedad. Junto a ellos, ejerciendo de moderadora, Ana Fernández Pardo, periodista y autora de dos libros sobre influencers y marketing.

El tema da para mucho y se puede abordar desde muchas disciplinas”, introduce la moderadora. Escuchémosles.

 

¿Qué es un influencer?

Ana Fernández: “No es lo mismo ser influencer que popular. Influencer es la persona que tiene fans, que es admirada. Tienen una parte positiva: nueva profesión, se puede vivir de esto y se puede vivir muy bien. Pero también partes negativas, sobre todo en lo que tiene que ver con lo psicológico: cómo se gestiona todo esto, sobre todo en personas en que les ha venido de forma imprevista...”

José Sánchez -Guardia civil, escritor y participante en la primera edición de La Isla de las Tentaciones-: “Ser influencer está sobrevalorado. Se premian comportamientos que no son positivos, que no son influencias positivas. No me gusta el término”.

Blanca Formariz a José Sánchez: “No me creo que no te guste el término. Hemos trabajado tanto desde el mundo de las agencias, la gente que trabajamos en esto, para hacer una definición y quitar la parte peyorativa que se le veía, que creo que es un término que merece todo el respeto”.

Rubén Sanz: “Ser influencer significa que eres amplificador. Para lo bueno y para lo malo. Por ejemplo, para ciertas áreas y campos, como puede ser la salud mental, la gente tiene que saber que para ser creíble no basta con tener seguidores”.

 

¿Qué hay que hacer para ser influencer?

Blanca Formariz: “Todos tenemos la capacidad de serlo. Con tener la tecnología lo tienes todo. Luego, el factor suerte es muy importante. Lógicamente tienes que ser una persona que ante cámara no se corte, pueda hablar y tenga cierta soltura, es evidente. Pero sobre sobre todo es el factor suerte y trabajo, trabajo y más trabajo. Cuando te haces influencer la gente que te sigue te convierte en su modelo, su inspiración, en alguien que le enseña cosas. Tienes una responsabilidad”.

Daniela Requena -además de influencer, activista LGTBIQ+-: “Nunca he buscado ser influencer. Ha ido surgiendo y estoy contentísima a donde me han llevado a parar las redes sociales. Yo empecé a utilizar las redes para que me llevaran a otro sitio que siempre he querido llegar. Quería ser periodista de TV, presentadora. Sigue siendo mi sueño. Siempre he trabajado detrás de la cámara y las redes sociales me han permitido pasar al otro lado”.

José Sánchez: “Yo, si es que lo soy, ha sido por accidente. Soy guardia civil. Tenía Instagram, cuando funcionaba bien, y una foto mía con uniforme se hizo viral, y de 400 seguidores pasé a 30.000. Luego fui a La Isla de las Tentaciones, cuando no sabía ni lo que era, y pasé a tener 300.000”.

 

¿Cuánto cobran los influencers?

Blanca Formariz: “Cuánto cobran es relativo. Cada red social monetiza de una forma diferente. Youtube, FB, Tik Tok… Aparte están las acciones con marcas, temas de merchandising, libros, productos… Nos suenan un par de casos y pensamos que todo el mundo es así, pero no. Siempre digo que cuando hablamos de influencers no es distinto a cuando hablamos de futbolistas o cantantes; siempre hay gente que destaca más, que ganan más que otros”.

José Sánchez: “Yo lo digo claramente: por una story cobro 500 €, y por 3, 1.000 €

Daniela Requena: “Yo ahora gano bien, pero no tengo estabilidad. Sé lo que voy a ganar este mes más o menos, por las campañas que voy a hacer y eso, y quizá algo de lo que voy a ganar el mes que viene, pero no más allá. De hecho, lo voy a decir aquí, me he dado un plazo de más o menos un año para decidir si sigo con esto de las redes, porque me esté funcionando bien, o buscar un trabajo como periodista”.

 

¿Un influencer es libre de mostrar o anunciar lo que quiere?

José Sánchez: “Estamos en un mundo donde todo vale. Yo soy católico. Los domingos voy a misa y lo digo en mis stories. Pues me han ofrecido hacer una campaña sobre calaveras y monjas. Lo he desechado. Me pesa más quién soy yo y qué quiero transmitir, que el dinero”.

Blanca Formariz: “No es moralidad, es hacer contenido orgánico con tu canal. Te siguen por ser de una manera y hay que ser fiel a ella”.

Daniela Requena: “Jamás voy a dejar de ser yo misma. Si las marcas quieren algo de mí, que me contacten”.

Rubén Sanz: “Veo en José y Daniela el prototipo ideal de influencer. Tienen controlado el objetivo, el mensaje y saben muy bien cómo manejar el medio para sus objetivos. Y también tienen una ética”.

 

¿Qué es lo que triunfa en las redes?

José Sánchez: “El marujeo es el deporte olímpico de nuestro país. Aquí tiene éxito el que la lía. ¿Quieres tener éxito? Pues la lías”.

Rubén Sanz: “Hicimos un estudio y la conclusión fue que lo que genera ira y activación (sexual o del tipo que sea) da likes”.

 

¿Quiénes son más peligrosos para la salud mental del influencer, los fans o los haters?

Daniela Requena: “Que te digan cosas bonitas siempre está bien, mientras tu seas consciente de quién eres. Los haters son más peligros. Tienes que tener una buena salud mental para que no te afecte”.

José Sánchez: “El problema no son los hater, es cómo tú los sepas manejar. Somos cobardes, nos gusta criticar desde fuera y usando perfiles falsos”.

Alba Torrego: “Desde el punto de vista educativo hay que hacer una distinción: la imagen no es la realidad; lo que estáis viendo en Instagram es una construcción. Hay que tomárselo como una película; los “realities” también son una construcción. Nadie tiene derecho a insultar a la persona, aunque sí a opinar con educación sobre esa construcción o imagen”.

 

¿Muchos influencers terminan como juguetes rotos?

Blanca Formariz: “Sí. Yo a quienes les va bien hoy les pido que ahorren, que no lo malgasten. Pueden caducar por edad, por temática o quizá porque se rompa la burbuja. Hay que ser consciente que se te puede acabar mañana, por lo que sea, quizá por un post desafortunado…”.

José Sánchez: “Es un mundo volátil. No hay una regla que diga que a+b=c. A veces es por porque cambian los algoritmos y ya no apareces. Otras veces no entiendes por qué lo que antes gustaba ya no gusta… Ahora lo que triunfa no son los mejores mensajes. Para mí las redes se han deteriorado”.

Daniela Requena: “Hay que adaptarse o morir. No considero que las redes se hayan deteriorado. Tik tok apareció hace unos años y lo cambió todo. No sé lo que tiene, pero su algoritmo es genial”.

Rubén Sanz: “La clave es tener buena estabilidad psicológica y social, y tener claro el objetivo.

 

¿Son adecuadas las redes sociales para los menores?

Rubén Sanz: “Si los psicólogos recomendamos no tener móvil hasta los 12 años, como para recomendar tener red social. Es cierto que no son buenas o malas en sí, sino que depende de cómo se utilicen. Pero en un niño que se está construyendo, no deberían figurar”.

Alba Torrego: “Es preocupante. Aquí la educación tiene que tener un papel. En educación los influencers nos suenan mal, aunque ahora empiece a haber en el mundo educativo y en divulgación. Pero es un error que en los colegios solo preocupe lo que se hace hasta las 3 o hasta las 5 de la tarde. Yo hasta hace 3 años era profesora de Secundaria y un día tuve que parar una clase porque todos estaban viendo un directo sobre Fortnite. Paré, lo hablamos, les pregunté que les atraía, lo analizamos… Es importante llevar sus aficiones, lo que les gusta, al aula”.

José Sánchez: La droga nueva del siglo XXI son las redes sociales, es lo que nos tiene adictos. Los niños ya no quieren ser futbolistas, actores o músicos, sino influencers, youtubers o gamers”.

Blanca Formariz: “Los hay que con cuatro años ya tienen un canal… Hay que tener cuidado. A los adolescentes los comentarios les afectan muchísimo. Ahí la labor de los psicólogos es fundamental”.

José Sánchez: “Hay que volver al consejo que nos daban nuestros padres: Papá, quiero ser cantante. Vale, vale, pero antes estudia”.