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El rector Joaquín Goyache impone el birrete de doctor honoris causa a Ben Feringa

El Nobel de Química Ben Feringa, nuevo doctor honoris causa por la Complutense

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 23 oct 2024 00:00 CET

Bernard Lucas Feringa, premio Nobel de Química de 2016, ha sido investido doctor honoris causa por la Universidad Complutense en una ceremonia celebrada el 23 de octubre en el paraninfo de San Bernardo. Considera el rector Joaquín Goyache que con esta investidura “se homenajea a la ciencia con mayúsculas, en un momento histórico en el que la ciencia y el conocimiento muestran algún que otro síntoma, ya alarmante, en su exigua percepción política y social”. En el mismo acto se han entregado las medallas de honor al personal de la UCM, que estaban pendientes desde el curso 2020-2021 debido a la pandemia.

 

El catedrático de Química, Nazario Martín León, padrino de Ben Feringa, ha leído una semblanza vital y profesional del premio Nobel y ha recordado los muchos momentos que han compartido juntos, incluyendo el curso de verano en San Lorenzo de el Escorial en julio de 2023 sobre nanociencia que dirigió el profesor complutense y donde el nuevo honoris causa de la UCM fue el gran protagonista.

 

Martín León ha ido desde los orígenes del nuevo honoris causa, en una familia muy numerosa, pasando por el invento de una máquina a nivel molecular que podía rotar de manera continua en una dirección controlada energéticamente que le valió el Nobel, hasta sus últimos resultados investigadores, que son “una nueva manera de ver y considerar las moléculas como bloques para construir dispositivos electrónicos con muchas órdenes de magnitud más pequeñas que las que utilizamos en la actualidad. Estas nuevas moléculas también podrían jugar un papel significativo en el desarrollo de nuevos fármacos”. Considera el catedrático UCM, que conociendo a Feringa, “lo mejor está todavía por llegar”.

 

Ben Feringa ha querido destacar también el papel del profesor Nazario Martín, dentro de la Complutense que “es una universidad que desempeña un papel de liderazgo, especialmente en la investigación mundial sobre materiales basados en carbono y optoelectrónica“. Según Feringa, su padrino en esta investidura es “un ejemplo primordial de investigación de vanguardia reconocida en todo el mundo”.

 

En cuanto a su propio trabajo, centrado en nanomáquinas moleculares, se ha preguntado Feringa si hoy en día es todavía algo cercano a la ciencia ficción, a lo que él ha respondido que de momento sí, “pero quizás en 20 o 30 años lo recordarán y se darán cuenta de que existen los materiales autorreparables, como un arañazo en el coche que se repara automáticamente o ventanas inteligentes que se limpian solas”.

 

Predice el Nobel que también “en un futuro cercano, habrá pequeños robots para cirugías de precisión y terapias en el hospital”. Para conseguir todos estos objetivos “hay que fijarse en la ciencia, donde hay grandes oportunidades”, y donde todos los científicos comparten “un mensaje común, el de hacer descubrimientos, mantener la excelencia del conocimiento y la calidad del pensamiento, y con el deber más importante: proporcionar una formación adecuada a nuestros jóvenes estudiantes, las próximas generaciones que darán forma a nuestros países”.

 

Opina Feringa que “la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo”, y para ello hay que invertir en la ciencia básica y permitir que los jóvenes talentos, los jóvenes científicos, “experimenten la alegría del descubrimiento, darles la libertad de explorar y adquirir conocimientos. Y es así, porque los avances científicos, la verdadera innovación y la construcción de una sociedad sostenible del futuro comienzan, efectivamente, desde la base”.

 

El rector Joaquín Goyache ha resaltado la importancia de una ceremonia que añade al claustro complutense a Ben Feringa, a quien ha definido como “investigador, mentor y educador, ya que ha guiado a numerosos investigadores jóvenes, les ha inculcado su pasión por la ciencia, y ha sido generoso compartiendo sus ideas y sus experiencias, lo que le consolida como una persona extraordinaria”. Señaló además que el reconocimiento honoris causa es “el más singular y el más antiguo que una universidad puede hacer a una persona, con su hermosa liturgia llena de una diversidad que viene dada por los doctorandos”, e incorporando a un gran talento como el del premio Nobel a la UCM “se puede avanzar de forma firme y segura”.

 

La inclusión de Feringa en el claustro de la Complutense establece “un vínculo con la ciencia más relevante del siglo XXI”, lo que le ha servido al rector para denunciar que, a pesar de la investigación puntera que hacen, las universidades públicas están siendo cuestionadas, y en concreto la Comunidad de Madrid “está apostando por un mapa universitario desmedido, donde se potencia la iniciativa privada, cimentada en un indisimulado desmantelamiento de lo público”. Informó de que “en España, en 25 años se han creado 27 campus privados, más de uno al año, y ninguno público, y en Madrid ya son más del doble que las públicas”, en lo que es “una burbuja universitaria, tanto de centros como de titulaciones, que no tardará en estallar”.