DOCENCIA

Una parte de los profesores y estudiantes involucrados en este ApS

Farmacia lidera un proyecto de Aprendizaje Servicio para enseñar a los mayores a usar los medicamentos

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 13 may 2021 10:31 CET

Estrategias de uso racional de medicamentos en personas mayores como mejora de la calidad de vida y de promoción del bienestar” es el título del proyecto de Aprendizaje Servicio (ApS) mejor valorado en la convocatoria de 2020 de la Complutense. Los ApS unen el aprendizaje al servicio social, es decir, permiten aprender haciendo un servicio a la comunidad. En este caso concreto, la investigadora principal del proyecto, Elena González Burgos, explica que el objetivo es lograr que los estudiantes, tutorizados por profesores del Departamento de Farmacología, Farmacognosia y Botánica de la Facultad de Farmacia, conciencien al colectivo de mayores de la importancia de tomar adecuadamente los medicamentos.

 

En el proyecto, que concluye este mes de junio, participan 51 estudiantes, principalmente de tercero, aunque también los hay de cuarto y de quinto curso, tanto del grado de Farmacia, como del doble grado de Farmacia y Nutrición. En el equipo de trabajo han participado diez docentes y tres doctorandos.

 

Elena González Burgos, profesora contratada doctor de la Facultad de Farmacia de la UCM, informa de que para lograr su meta el proyecto cuenta con dos partes, siendo la primera unos talleres on line sobre el uso racional de medicamentos, dirigidos a personas mayores e impartidos por los alumnos de la Facultad de Farmacia mencionados, tutorizados por el equipo de trabajo de docentes y doctorandos. Todos los estudiantes, “al impartir estos talleres, aportan los conocimientos teóricos que han adquirido durante la carrera y profundizan en ellos, ofreciéndoselos a las personas mayores a las que hay que concienciar para que tomen su medicación de acuerdo con las indicaciones del médico y/o del farmacéutico”.

 

Una de las ventajas de participar en este ApS es que “los estudiantes se sienten participantes de su proceso de aprendizaje, ya que ellos son los protagonistas de los talleres, se sienten útiles y ven que lo que están estudiando sirve para hacer un acto social, un servicio a la comunidad, lo que les hace estar orgullosos de su trabajo”. A eso se suma que “la interacción con los mayores, intergeneracional, también les gusta mucho, tanto a ellos como a las personas mayores”.

 

Para desarrollar el proyecto se han realizado ocho talleres, cuatro generales y cuatro específicos. Los talleres generales se han centrado en cómo el envejecimiento modifica el comportamiento de los fármacos, trucos y consejos para mejorar el cumplimiento terapéutico, qué son y cómo identificar reacciones adversas a medicamentos, y las interacciones entre medicamentos, plantas medicinales y alimentos.

 

Los talleres más específicos se han centrado en patologías que son prevalentes en las personas mayores, y que están vinculadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. En concreto han sido sobre la diabetes, las enfermedades respiratorias, como asma y EPOC, y las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, la insuficiencia cardiaca y las arritmias. Los asistentes a los talleres se han inscrito previamente al ciclo de salud del Ayuntamiento de Coslada. En total han participado unas veinte personas mayores, de entre 60 y 80 años.

 

La segunda parte del proyecto consiste en que, los alumnos, en base a las temáticas y contenidos de esos talleres sincrónicos, van a elaborar unos vídeos para el canal de Youtube de la concejalía de Servicios Sociales y Mayores del Ayuntamiento de Coslada.

 

Colaboración con Coslada

Este proyecto es continuación del que se llevó a cabo el curso anterior bajo el título “Identificación de problemas relacionados con el medicamento y estrategias de mejora en personas mayores”, cuyas investigadoras principales fueron las profesoras Marisol Fernández Alfonso y Lucía Cea Soriano. En ese ApS se llevaron a cabo 366 encuestas para identificar, cuantificar y analizar problemas en las personas mayores, aunque las intervenciones posteriores se tuvieron que parar como consecuencia de la pandemia.

 

Las encuestas se realizaron en los Centros Municipales de Mayores del Ayuntamiento de Coslada, Polideportivos Municipales y el Jardín Terapéutico "Los Sentidos”, cuando todavía estaban abiertos, y allí se trasladaron los alumnos para realizarlas a todos aquellos que estaban dispuestos a participar.

 

Recuerda González Burgos que estos proyectos ApS surgen dentro del marco de colaboración institucional que hay entre el Ayuntamiento de Coslada y la Complutense. La profesora Fernández Alonso informa de que hace tres años, cuando se pusieron en marcha los proyectos de ApS de la Complutense, se convocó una reunión con responsables de los ayuntamientos de Madrid y de Coslada, para consensuar el desarrollo de diferentes proyectos de este tipo. Ya en aquel entonces a las profesoras complutenses les pareció muy interesante el tema del uso racional de medicamentos en personas mayores y, “en Coslada, donde hay un colectivo muy activo, gracias a la Concejalía de Mayores de su Ayuntamiento, también les interesó muchísimo el proyecto”.

 

La idea inicial era conocer los aspectos más importantes en referencia al consumo de medicamentos como es la frecuencia de medicamentos prescritos y no prescritos, manejo terapéutico, frecuencia de olvido de medicamentos y motivos, y la utilización de determinadas especialidades farmacéuticas en un colectivo de personas mayores y para eso se contó con la participación de Lucía Cea Soriano, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina. Esta misma profesora reconoce que aquel proyecto surgió de una fusión de los intereses de Coslada y los de la UCM, porque, “por un lado, farmacológicamente, es interesante conocer todos los cambios metabólicos que se producen en las personas mayores, así como todas las patologías y los tratamientos concomitantes. Y por el lado de salud pública siempre se quiere conocer el estado de poblaciones, especialmente en sociedad vulnerables, como es el colectivo de personas mayores”.

 

Los resultados

Fernández Alfonso explica que Coslada, a raíz de la encuesta realizada en el marco del primer proyecto ApS ha obtenido información muy valiosa acerca de la percepción de la calidad de vida de esos 366 participantes en centros de mayores. Lucía Cea destaca “todo el conocimiento que se puede extraer de un ApS, porque los estudiantes se pueden presentar a congresos, se pueden realizar publicaciones científicas y también es muy importante desde la perspectiva de la innovación docente. Tiene muchísimas puertas y ventanas que se abren para poder generar información”.

 

Una de las conclusiones del primer proyecto ha sido que el colectivo de Coslada tiene una calidad de vida percibida más alta de lo que dice la Encuesta Nacional de Salud, y presenta un conocimiento adecuado en el uso general de fármacos, y eso hace que haya sido muy importante este segundo ApS para incidir en aspectos más concretos del uso de medicamentos.

 

González Burgos informa de que de los talleres on line, que han terminado a principio de este mes de mayo, lo que más ha sorprendido a los asistentes es “el hecho de que un medicamento pudiera interactuar con otro, con un alimento o con una planta medicinal, porque muchas veces se piensa que ese tipo de plantas son inocuas”.

 

De acuerdo con Lucía Cea, de los datos de los proyectos se obtiene además que medicamentos como ansiolíticos e hipnóticos se los tomaban de forma un poco indiscriminada. “Había un bloque de preguntas generales sobre la frecuencia de medicamentos prescritos y no prescritos, manejo terapéutico, frecuencia de olvido de medicamentos y motivos, y luego dos temáticas específicas sobre hipnóticos y ansiolíticos por el sobreconsumo que hay y por la preocupación de que puedan ser administrados sin receta, o que se puedan tomar a través de plantas medicinales, y se ha visto que los hipnóticos se utilizan en su mayoría de forma crónica y antes de dormir mientras que la mitad de aquellos que reciben ansiolíticos lo toman la mayoría de la gente todos los días” aclara la profesora.

 

En cuanto al manejo de los medicamentos se ha observado que algunos los manipulan de forma incorrecta, por ejemplo, que parten el fármaco con las uñas o que lo muerden. González Burgos recuerda que una de las preguntas que les hicieron es si se pueden partir los medicamentos y la respuesta es que “por regla general se pueden cortar sólo aquellos comprimidos que están ranurados”.

 

Fernández Alfonso asegura que “se ha insistido mucho en que entiendan que hay que evitar la automedicación, la patología que tienen y por qué están tomando los medicamentos, así como por qué los tienen que tomar como lo hacen y la importancia de seguir la pauta del médico, de informarle, también al farmacéutico, de todo lo que están tomando, independientemente de que ellos crean que no son medicamentos, como las plantas medicinales, suplementos nutricionales, complementos vitamínicos, étc”.

 

Adaptación digital

Los estudiantes complutenses que han participado en el proyecto han enseñado a las personas mayores a manejar dos aplicaciones móviles para acordarse de la toma de medicación. González Burgos señala que “la mayoría de las personas mayores son pacientes polimedicados, lo que implica que hay un mayor riesgo de interacciones, y, por tanto, de sufrir reacciones adversas, así que es muy importante tomar adecuadamente la medicación”.

 

Opina la profesora complutense que las personas mayores han sido capaces de adaptarse perfectamente a la situación de pandemia. En concreto en Coslada, durante el confinamiento, les enseñaron ya a utilizar plataformas on line para poder seguir distintos talleres, así que estaban formadas para manejar la plataforma virtual que se ha utilizado para impartir los talleres del ApS de la UCM. Por lo tanto, en general “no han tenido dificultades a nivel de tecnología, a pesar de que algunos de los asistentes estaban en torno a los 80 años”.

 

Lucía Cea recalca que una de las preguntas que realizaron en la entrevista del primer ApS fue si utilizaban alguna aplicación en el móvil para el recuerdo de la toma de los medicamentos, y casi nadie las usaba, pero “en un año y medio el paradigma ha cambiado completamente, así como el rechazo a esas aplicaciones, ya que ahora están interesados en hacer uso de las app que les han enseñado. Antes el método que tenían para no olvidarse era dejarse los fármacos en un punto estratégico de la cocina, mientras que ahora ha habido un cambio total en su percepción del uso de la tecnología”.

 

González Burgos añade que han sido muy receptivos a aprender cómo notificar reacciones adversas a medicamentos a través de la página de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). La profesora Fernández Alfonso recalca que “también han aprendido a buscar información de medicamentos en esa Agencia Española de Medicamentos, entendiendo que no hay que buscar en cualquier página de Internet”.

 

En la parte de la tecnología entra también la segunda parte del proyecto, la de la elaboración de vídeos por parte de los estudiantes para el canal de Youtube de la concejalía de Servicios Sociales y Mayores del Ayuntamiento de Coslada. Algo que se empezará a desarrollar antes de que acabe el proyecto en el mes de junio de este mismo año.

 

Por parte del Ayuntamiento y de los mayores se han solicitado más talleres, así como la continuidad del proyecto. Las profesoras involucradas están dispuestas a seguir con estos ApS, abriéndolo quizás a otros colectivos, ya que “la utilización racional de los medicamentos es muy importante enseñarla y recalcarla desde los niños y adolescentes hasta las personas mayores, así que hay muchas posibilidades de futuro”.

 

De momento, y para seguir los pasos de esta iniciativa, se ha diseñado una web en la que se divulgan todas las actividades relacionadas con los dos proyectos, algo que también se hace desde su cuenta de Twitter.