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El economista Fernando Restoy opina que la banca necesita más supervisión y menos regulación
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 20 nov 2023 18:56 CET
El presidente del Instituto para la Estabilidad Financiera, Fernando Restoy, ha sido el protagonista de la segunda de las conferencias del ciclo organizado por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. En su charla, Restoy ha repasado la situación actual de la banca, así como los retos a los que se enfrenta y algunas de las posibles soluciones, que para él pasan por darle un mayor peso a los supervisores.
El economista Fernando Restoy, quien según recordó el decano, Carlos Rivero, se formó en la Universidad Complutense, y desde allí dio el salto a puestos de responsabilidad en instituciones como el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores o el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, explicó lo que entiende él por supervisión.
De acuerdo con sus palabras, “la supervisión no es sólo ir a una entidad para ver si cumple el mínimo de capital o liquidez, sino que va mucho más allá”. Para él, la supervisión debe ser un trabajo individualizado para cada una de las entidades, de tal manera que permita entender bien cómo funciona esa entidad, cuáles son sus vulnerabilidades y comprobar que, efectivamente, es capaz de mantener la solvencia en diferentes escenarios previsibles.
Conseguir cambios estratégicos en una entidad que aseguren un cambio de modelo de negocio para que sea sostenible, o lograr que la gobernanza sea adecuada, es algo que Restoy opina que no lo va a resolver una cantidad adecuada de capital, sino que “el supervisor va a tener que ser lo suficientemente intrusivo en la entidad para identificar los cambios que deben hacerse”.
Eso sí, para que esta supervisión más intrusiva sea posible hacen falta “los instrumentos capaces para ejercer algún tipo de efecto suficiente, porque en la actualidad hay un gran déficit de poderes en muchos supervisores del mundo, no hay poderes generales”. Otra asignatura pendiente para la supervisión son los recursos, “que son insuficientes” y un tercer punto es “el cambio en la cultura supervisora, que debe estar ajustada al riesgo de las entidades y ser capaz de actuar de manera distinta en situaciones distintas”.
Si todo eso se llegara a cumplir, Restoy considera que es mucho más útil la supervisión que la regulación, más que nada porque en estos momentos, tras la crisis de 2008, la banca ya cuenta con un buen número de regulaciones, conocidas como Basilea III. Desarrolladas por el Comité de Basilea sobre Supervisión Bancaria, son normas que introducen requisitos más estrictos en término de capital bancarios, liquidez y apalancamiento, siempre con la idea de mejorar la resiliencia de los bancos frente a situaciones de estrés financiero.
Opina Restoy que añadir más regulaciones a Basilea III puede provocar efectos adversos en la banca y que les hagan perder valor, algo que, en parte, ya está ocurriendo con la aparición de nuevos jugadores en los mercados financieros como las grandes tecnológicas, que ofrecen nuevos servicios y oportunidades.
Ese es uno de los retos a los que la banca tiene que hacer frente, a los que se unen la aparición de nuevos productos y la disrupción tecnológica que ha hecho que la banca dependa de terceros en algunos aspectos como la utilización de la nube, que ya es común en el 90% de las entidades bancarias y que en un 30% de ellas se utiliza para funciones críticas.
A pesar de todo lo anterior, Restoy ha reconocido que en estos momentos la banca pasa por un buen momento, motivado por la subida de los tipos de interés, aunque eso puede ser temporal y si se mantiene esa subida puede llevar a una reducción de la demanda del crédito y a una pérdida de la calidad crediticia de los bancos.