ÁGORA

El rector Joaquín Goyache impone el birrete al nuevo doctor honoris causa, Giorgio Parisi

Giorgio Parisi, Nobel de Física 2021, nuevo doctor honoris causa por la Complutense

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 30 ene 2023 09:37 CET

En el acto académico de Santo Tomás de Aquino, celebrado el 27 de enero en el paraninfo de San Bernardo, la Universidad Complutense ha investido como nuevo doctor honoris causa al físico italiano Giorgio Parisi. En el año 2021 Parisi fue galardonado con el Premio Nobel de Física por “el descubrimiento de la interacción entre el desorden y las fluctuaciones en los sistemas físicos desde la escala atómica hasta la planetaria”, buscando entender cómo esa interacción afecta al comportamiento y a las propiedades de dichos sistemas físicos. Como es tradicional, en el mismo acto académico se ha investido a los doctores de la UCM que han obtenido este grado durante el curso 2021/2022.

 

El rector Joaquín Goyache ha informado de que en el curso 2021-2022 se han defendido 762 tesis doctorales en la Universidad Complutense, 159 de ellas con mención internacional, 170 con mención industrial y de todas ellas 579 han recibido la mención cum laude. El doctorado, de acuerdo con el rector, es un privilegio que confiere la posibilidad para investigar e instruir, y “lo que hagan a partir de ahora marcará la diferencia”. Recomienda por tanto Goyache, a los nuevos doctores, que no se acomoden, que sigan hacia delante, sin ponerse límites.

 

En cuanto a Giorgio Parisi, el rector señaló los muchos méritos cosechados a lo largo de una larga trayectoria académica, pero también las enormes virtudes que acompañan a su talento como la “osadía para explorar nuevos territorios”. Un papel similar al que debe cumplir la universidad, que no es otro que marcar nuevos horizontes, contando con sabios como el nuevo honoris causa, que permitirá seguir formando a generaciones presentes y futuras, en lo que es “un grandioso proyecto de progreso”.

 

Víctor Martín Mayor, profesor del Departamento de Física Teórica y padrino de Giorgi Parisi, trabajó con el Nobel tres años en Roma, en la que considera una de sus mejoras etapas vitales. Le definió, de hecho, como un gran mentor de unos cien jóvenes investigadores a lo largo de toda su carrera, que ha sido reconocido con otros muchos premios nacionales e internacionales por sus muchos trabajos en diferentes áreas de la física teórica, así como en otros temas más peculiares, como el estudio del vuelo de los estorninos.

 

De acuerdo con Martín Mayor, Parisi es un “maestro extraordinario”, porque concede “una gran importancia a plantearse buenas preguntas, que no sólo tienen que ser interesantes, sino que deben dibujar un camino que se pueda recorrer”. Parisi cuida, además, “la capacidad de sus colaboradores, obteniendo lo mejor que llevan dentro, estando disponible para buscar juntos soluciones a las dificultades”.

 

Giorgi Parisi considera que los físicos, en los últimos 40 o 50 años, se han centrado en sistemas complejos que están compuestos por muchos elementos que interaccionan y se han interesado más por el comportamiento del sistema en sí que por sus elementos. La idea, tras esa línea de trabajo, es que el comportamiento complejo del sistema no cambia demasiado si cambian algunos de sus elementos, porque hay un estado de equilibrio a nivel físico.

 

Como ejemplo de este comportamiento citó la noción de equilibro puntuado de la evolución de las especies propuesta por Stephen Jay Gould, lo que, de acuerdo con Parisi, se cumple en los sistemas complejos, donde hay muchas posibilidades, como en una célula, en la sociedad, en el cerebro humano o en el comportamiento de un perro, pero no en los sistemas sencillos, como el agua, que puede estar en estado sólido y estado líquido.

 

Uno de los muchos sistemas complejos que él mismo ha estudiado son las redes neuronales, como un modelo que se puede copiar en la inteligencia artificial. Reconoce Parisi que existen muchos modelos diferentes para conocer cuál es el punto de equilibrio en el que funcionan sistemas como los ecosistemas o el clima. Estos sistemas complejos se caracterizan porque cuentan con una amplia gama de componentes con características diferentes, y porque en todos ellos existe ese punto de equilibrio ya citado. Un punto que puede modificarse si cambian las situaciones en las que se desarrollan esos sistemas, como con una enfermedad celular o con una dictadura en una sociedad. En esos casos, según Parisi, el sistema luchará por eliminar esos nuevos cambios para volver a un equilibrio ideal.