ÁGORA
El Observatorio del Estudiante presenta los resultados de su primera convocatoria de proyectos
Texto: Jaime Fernández - 23 jun 2022 14:45 CET
El Observatorio del Estudiante de la UCM nació con la idea de obtener una radiografía lo más ajustada posible del perfil y necesidades de los estudiantes a través del análisis, informes, publicaciones y proyectos que “impulsen iniciativas que tengan como base el análisis del estudiantado, sus procesos de aprendizaje activo y sus interacciones en el ámbito universitario”. El 23 de junio, el Edificio de Estudiantes ha acogido una jornada interactiva en la que se han presentado los principales resultados de la primera convocatoria de proyectos del Observatorio, al tiempo que se han realizado dinámicas de trabajo en grupo y de debate y se ha asistido a la escenificación del proyecto “Escena urgente: teatro documental para mejorar la experiencia universitaria”, dirigido por Mélanie Werder Avilés y Elena Moncayola Santos.
Borja Manero, coordinador del Observatorio del Estudiante, explica que en esta jornada se han reunido tanto a los responsables de los proyectos de la primera convocatoria como a los de la segunda de este año 2022, que todavía no han empezado su realización. De esa manera, se van conociendo y van surgiendo sinergias que permitirán que la Complutense sea una universidad en la que cada vez tengan más peso los intereses de los estudiantes.
En total han sido once proyectos (más el duodécimo en forma de representación teatral), los que se han presentado de manera muy breve, ya que cada uno tenía tres minutos exactos para compartir con la audiencia los objetivos de su trabajo, así como su metodología y sus resultados.
Tres de los proyectos realizados se han centrado en la participación de los estudiantes. El titulado “Percepciones de la participación en las aulas universitarias desde un enfoque de género y de diversidades”, de Irene Martínez Martín y Jon Sanz Landaluce, se ha basado en los resultados de 707 encuestas, 473 de ellas a mujeres, y ha contado con la colaboración de 31 profesores de la práctica totalidad de facultades de la UCM. Entre los resultados principales, de acuerdo con Martínez Martín, está el hecho de que los estudiantes perciben la participación como algo muy dirigido por el profesor y que les gustaría que se construyera un clima de más confianza en las aulas.
Anna Zlobina ha presentado el proyecto que ha dirigido junto a María Celeste Dávila, en torno al “Análisis de las prácticas y formas de la ciudadanía activa de los estudiantes de la UCM (ACTIVEU)”. Según Zloblina los datos indican que la participación ciudadana es mayor fuera del campus, está dirigida a reivindicaciones cívicas más que políticas, y no está vinculada a entidades concretas. Encabezan los intereses de esa participación el género, el medio ambiente y los derechos humanos. De todos los encuestados, que fueron más de 4.000, se vio que entre un 15-20% participan dentro del campus en mentorías, aprendizaje-servicio o en la representación estudiantil, y en conjunto ponen una nota de 2,65 sobre 5 a su identificación con la UCM.
El último de los proyectos presentados relacionados con la participación ha sido “LUCE: Recolección y análisis de la participación activa de estudiantes en los campus UCM aplicando blockchain”, dirigido por Marta Caro Martínez y Alejandro Romero Hernández. Este último ha explicado que el objetivo es desarrollar un software que permita registrar las actividades que realizan los estudiantes para conocer mejor sus gustos y necesidades, y así que desde el vicerrectorado de Estudiantes se puedan diseñar políticas más acordes a lo que quieren los complutenses. Mientras el desarrollo del software se completa, con la inclusión de todos los datos, han realizado encuestas a más de 2.000 estudiantes y de ellas han extraído que en torno a un 40% han participado al menos alguna vez en alguna actividad en el campus. Cifra que se reduce cuando aumenta el número de actividades sobre el que se preguntaba.
Salud y conflictos
“Trastornos de salud mental y consumo de sustancias psicoactivas en estudiantes universitarios” es el título del proyecto que ha contado con Elena González Burgos y Dolores Remedios Serrano López como investigadoras principales. González Burgos explica que el estudio se ha hecho con cerca de 7.000 encuestas válidas, respondidas en un 73% por mujeres, siendo las facultades de Filología y Educación las que más han participado. Entre los datos más destacables está que más del 40% padece ansiedad severa o depresión moderada o severa y que de todos ellos en torno al 70-80% no han sido diagnosticados. Los que han utilizado algún psicofármaco suponen más 50% de los encuestados y entre las drogas de consumo la más habitual es el cannabis.
Francisco J. Estupiñá Puig y Cristina Larroy García han analizado, de manera específica, la “Salud mental en estudiantes de doctorado UCM: análisis de predictores individuales, académicos y organizacionales (SMED-UCM)”. El estudio, según informa Larroy, se ha basado en 1018 encuestas válidas, lo que supone un 15,8% de los estudiantes de doctorado de la Complutense y de todos ellos, un 39,4% han necesitado apoyo psicológico o psiquiátrico en el último año. Un 43,6% muestran sintomatología depresiva, un 58,7% sintomatología de ansiedad y un 59,3% trastorno de las emociones. Según los investigadores, los más afectados son mujeres que compatibilizan el doctorado con el trabajo.
Formarse en mediación puede ser una manera de mejorar el nivel de satisfacción con la vida universitaria, o así al menos se concluye en el proyecto “Percepción del alumnado de la UCM sobre la gestión de los conflictos en la vida universitaria (PAGEC)”, de Ana Isabel Dorado Barbe y David González Casas. Destaca de su trabajo González Casas que los estudiantes tienen escaso conocimiento sobre los recursos de gestión de conflictos que existen en la Complutense, y de hecho de los 2.803 encuestados, el 82% no conoce ninguno de esos recursos. Estar informado aumenta la satisfacción, así como ser estudiante de doctorado y máster o ser hombre.
El mercado laboral
Lucila Finkel Morgenstern ha presentado los resultados del proyecto “La dedicación al estudio y al trabajo: obstáculos y oportunidades” que ha dirigido junto a Ana Balea Martín. Utilizando la bibliografía, así como 21 entrevistas en profundidad y 5.342 entrevistas, han buscado hacer una tipología de las distintas formas de trabajo que hacen los estudiantes y ver si impacta sobre su rendimiento académico. De los datos se extrae que un 56% de los estudiantes no trabajan y que los que lo hacen es fundamentalmente por motivación económica, aunque hay también quienes lo hacen para tener experiencia en el mercado laboral y para enfrentarse al mundo real del trabajo. Achacan algunos de los encuestados a la universidad que no esté lo suficientemente preparada para los estudiantes que quieren compaginar trabajo y estudios.
“Formación universitaria e inclusión sociolaboral de los titulados y las tituladas que tienen alguna diversidad funcional o intelectual de la UCM (FUInS)” es el nombre del proyecto codirigido por Carmen Miguel Vicente y Luis-Lucio Lobato Rincón. Los dos han explicado que los encuestados demandan una mayor interconexión entre las entidades externas e internas de la Complutense para fomentar sea inclusión sociolaboral. Algo que parece que sí se ha conseguido en las aulas, donde compartir espacios con personas con diversidad funcional o intelectual permite valorar sus capacidades y fortalezas, lo que ha sido posible gracias a las políticas sociales de la UCM.
Presencialidad y abandono
La pandemia cambió la manera de dar clases, imponiendo una educación semipresencial que Diana Gavilán Bouzas y Santiago Batista Toledo han querido estudiar en el proyecto “La experiencia del alumnado en la modalidad docente semipresencial en la universidad. Oportunidades y desafíos (EXSEUNI)”. A partir de 467 encuestas válidas, más cinco entrevistas en profundidad a estudiantes y otras cinco a docentes, se ha visto que los estudiantes han idealizado las clases presenciales, por la interacción personal con los profesores, aunque que la experiencia vivida ha tenido una influencia negativa en los estudiantes.
La negatividad en los estudiantes podría llevar al abandono de los estudios y eso es lo que se han propuesto estudiar Carlos Gregorio Rodríguez y Ana Belén Sánchez Prieto en el proyecto “Modelo predictivo con Machine Learning para identificar el abandono de los estudios universitarios mediante el análisis del uso del Campus Virtual”. Reconoce Gregorio Rodríguez que es todavía un trabajo en marcha, porque hacen falta recopilar todos los datos del SIDI (Sistema Integrado de Datos Institucionales) y del campus virtual, y que a partir de ahí se creará un modelo de machine learning que permitirá predecir, incluso en tiempo real, que estudiante está en riesgo de abandonar sus estudios. El estudio servirá además para demostrar que la Complutense cuenta con la capacidad suficiente para hacer este tipo de trabajos sin la implicación de grandes empresas externas.