CURSOS DE VERANO
Joaquín Almunia ve con optimismo, pero con realismo, el futuro de Europa
8 jul 2021 13:56 CET
“Nos jugamos mucho y espero que los ciudadanos en la Conferencia por el futuro de Europa y los líderes políticos en sus cumbres y acuerdos sean conscientes de ello. La alternativa a una mayor integración europea es peor para todos, incluso para los que no creen en el proyecto de integración europea”, reflexiona a modo de conclusión Joaquín Almunia, ex comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, ex vicepresidente de la Comisión Europea, ministro de varias carteras en la época de Felipe González, ex secretario general del PSOE, pero ante todo, “y desde la juventud, apasionado europeísta”. Almunia ha abierto la tercera jornada del curso “Tendencias geopolíticas. ¿Hacia dónde va Europa”, que dirige el general de Brigada Francisco Javier Dacoba, director del Instituto Español de Estudios Estratégicos.
Almunia -que tituló su intervención “Europa. Presente y futuro”- se mostró confiado en que el futuro de Europa viaje por el camino de una mayor integración, pero, como confesó, más lo piensa porque considera que en el siglo XXI es la única alternativa que tiene el viejo continente para mantener una posición influyente en el complejo y cambiante orden mundial –liderado por Estados Unidos y China, y con otras economías emergentes muy bien posicionadas-, que por las políticas que la propia Unión está adoptando. Y es que a juicio de quien fue vicepresidente de la Comisión Europea de 2010 a 2014, a Europa le ha faltado, le falta y parece que por el momento le va a seguir faltando, “visión estratégica”, algo que siempre ha caracterizado a Estados Unidos –pese a las derivas de Trump- y que China lleva por bandera.
Crisis de la democracia
No planificar a medio o largo plazo, no actuar con objetivos claros, no es, no obstante, a juicio de Almunia la única carencia grave de la Unión Europea. Otra, “importantísima”, es la crisis democrática tanto dentro como fuera de la Unión, que se materializa no solo con el auge de los populismos, sino también en la desafección de la ciudadanía hacia sus representantes políticos y las propias instituciones. Por suerte, la rápida y decidida intervención de la Unión Europea ante la crisis sanitaria y económica provocada por la Covid-19, según indicó el político socialista, parece estar reconciliando a los ciudadanos con las instituciones europeas. El último eurobarómetro, publicado el pasado mes de marzo, sitúa esa confianza en los niveles previos al inicio de la crisis económica de 2008, lo que sin duda es una gran noticia.
El lado oscuro de la UE
El auge de los populismos también parece haberse limitado e incluso retrocedido, con importantes pérdidas de votos en las últimas citas electorales en Francia, Holanda e Italia. De acuerdo con Almunia, las elecciones alemanas de septiembre son clave en este devenir. Si el partido ultraderechista Alternativa por Alemania no consigue ser relevante en el futuro gobierno que sustituya al de la actual canciller Angela Merkel, será un triunfo para toda Europa. El mayor obstáculo al proyecto democrático europeo lo sitúa Almunia en “el lado oscuro de la Unión”, los países del Grupo de Visegrado, que componen Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia. Sus gobiernos populistas y antieuropeístas no solo cruzan algunas de las líneas rojas de las libertades y valores democráticos que caracterizan el proyecto europeo desde sus orígenes, sino que también lastran la toma de decisiones a nivel europeo en materias trascendentales. Almunia citó, como ejemplo de ese lastre, la imposibilidad demostrada de alcanzar un acuerdo para una posición común en materia de inmigración.
El Bréxit y sus efectos limitados
La cuarta gran sombra que afecta al futuro de Europa –junto a las señaladas de falta de estrategia, crisis de la democracia y la dificultad para alcanzar acuerdos conjuntos- es el Bréxit. Para Almunia, no obstante, este efecto está siendo menor del esperado, ya que en contra de lo que muchos creían, los británicos los primeros, los 27 se han mantenido unidos durante todo el proceso de “divorcio”. La dificultad ahora, de acuerdo con el ex vicepresidente de la Comisión, es que los actuales gobernantes de Reino Unido acepten lo que sus predecesores firmaron sobre Irlanda del Norte, ya que en caso de no hacerlo la relación con la europeísta Irlanda podría resentirse y “no hay más que recordar lo que sucedió durante 40 años” por esas disputas entre las dos Irlandas.
Posición común ante Trump y el Bréxit
Pese a todo, de acuerdo con Joaquín Almunia, Europa también ha mostrado luces en los últimos tiempos. La primera, su respuesta ante la Covid-19, “rápida y contundente”, tanto en materia sanitaria –vacunas- como económica, con la aprobación de unos fondos de ayuda históricos, “que pronto comenzarán a repartirse”. Otro aspecto que invita a ser optimista con el futuro europeo es la ya señalada posición común mantenida durante las negociaciones del Bréxit y también ante los “ataques” de Trump. Los movimientos de la administración Biden invitan también a ser optimistas con la recuperación de una relación fluida entre Europa y Estados Unidos.
Moderadas expectativas con La Conferencia sobre el Futuro de Europa
Joaquín Almunia también se refirió en su análisis a la Conferencia sobre el Futuro de Europa, que comenzó a celebrarse el pasado mes de mayo y que tiene un año de plazo para que una asamblea compuesta por más de 400 personas llegue a unas conclusiones y propuestas que después eleve al Parlamento Europeo y la Comisión. Hay que recordar que esta Conferencia consiste en miles de actos, debates y acciones que se están celebrando en todos los países de la Unión para debatir sobre cómo se quiere que sea Europa en el futuro. Almunia cree que es “muy difícil esperar grandes soluciones de esta Conferencia que sean asumidas y aplicadas al día siguiente”, ni que de ella vaya a salir una nueva Constitución Europea. “Prefiero mantener unas moderadas expectativas, pero valorar lo que supone el propio hecho de abrir un debate sobre Europa”, señaló, animando a que aunque esta Conferencia no alcance grandes logros, sea continuada en próximos años por iniciativas similares que permitan mantener abierto el debate por ese sueño común que desde mediados del pasado siglo es Europa.