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El rector Joaquín Goyache impone el birrete al nuevo doctor honoris causa, el economista John Cantwell

John Cantwell, nuevo doctor honoris causa por la Complutense

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 10 dic 2021 09:41 CET

Este 9 de diciembre, el paraninfo de San Bernardo ha acogido la investidura del economista John Cantwell, como doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid. La profesora y directora del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI), Isabel Álvarez, fue la encargada de leer la laudatio, en la que definió al profesor Cantwell como “serio y sobrio, pero sobre todo brillante, inteligente, respetuoso y tenaz”, algo que ella ya pensó cuando le conoció durante su predoctorado. También le elogió el rector Joaquín Goyache, al afirmar que “necesitamos a jóvenes competitivos, personas que puedan ejercer su profesión, y para eso hace falta captar talento, lo que sólo es posible teniendo grandes talentos en nuestro claustro, como el profesor Cantwell, gran científico, docente y profesional en el mundo de la empresa, así como persona digna de admiración”.

 

En la laudatio, la profesora Isabel Álvarez ha afirmado que cuando empezó sus estudios en Tenerife, no podía imaginarse que estaría aquí, en este acto con el profesor John Cantwell. Afirma la directora del ICEI que los catedráticos, son por definición, apasionados por el aprendizaje, y les motiva la curiosidad, que es lo que les lleva a cruzar fronteras, “sin esa curiosidad viviríamos en unos márgenes muy estrechos y no se habría avanzado en el conocimiento que se ha heredado de mentores como Cantwell”.

 

De acuerdo con Isabel Álvarez, “la investigación busca iluminar áreas de la vida que no han sido comprendidas de manera plena, algo a lo que se ha dedicado el profesor Cantwell desde que se graduó en la Universidad de Oxford en 1976”. Después obtuvo un máster en Economía por la Universidad de Londres (1978), y un doctorado en Economía por la Universidad de Reading (1986), institución en la que fue catedrático de Economía Internacional entre 1993 y 2002. Desde ese último año, ocupa el cargo de catedrático en la Universidad de Rutgers, donde es distinguished professor desde 2010.

 

Informa Álvarez de que entre sus muchos méritos está el que sus libros y artículos científicos tienen miles de citas, ha ocupado cargos de responsabilidad en diferentes instituciones como la European International Business Academy (EIBA), “siempre con la vista puesta en el estudio de las empresas multinacionales y sus actividades innovadoras”. Además, Cantwell, “ha aceptado todas las invitaciones que le ha hecho la UCM y ha sido una inspiración constante para muchos universitarios”, como ella misma.

 

La directora del ICEI continuó los elogios, describiendo a Cantwell como “inteligente, observador, y sobre todo una buena persona”. A ello se une que “todos los que le conocen saben que es un excelente conversador” y que cuenta con las tres virtudes que le hacen un académico excepcional: es generoso, y entiende que el conocimiento hay que expandirlo, lo que le ha permitido crear redes internacionales de trabajo; es una persona fiable, con sus mentorías especialmente a mujeres, que ahora son expertas en diferentes temas económicos por todo el mundo; y es una persona leal, humilde que colabora con los demás siempre respetando su trabajo.

 

En la laudatio, Álvarez leyó algunas declaraciones de compañeros y compañeras de Cantwell, que incidieron en esa idea de que el nuevo honoris causa tiene una mente abierta que le permite escuchar a los jóvenes y dirigir su investigación hacia un buen objetivo; que es un auténtico fan del críquet, conociéndose resultados y alineaciones; que no tiene prejuicios y que está siempre dispuesto para apoyar a un colega en cualquier tema, ya que es un comprometido ciudadano del mundo.

 

Contó la madrina de la investidura una divertida anécdota relacionada con el té con leche que toma Cantwell, lo que le causo un problema en una de sus visitas a Madrid, porque pidió “té con leche” y le entendieron “tres con leche” y le pusieron tres cafés.

 

Por último, quiso declarar también su gratitud por las muchas horas dedicadas a la enseñanza en la Facultad, por su apoyo constante para que progrese su comunidad y por su capacidad de transmitir la pasión por el conocimiento, el aprendizaje y la curiosidad. Recordó el rector Joaquín Goyache que “Cantwell ha colaborado activamente con la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y el ICEI, realizando cursos y orientando a investigadoras e investigadores”.

 

Preguntas y evolución

Según Goyache, “la investigación hace a una universidad tutora del papel que debe tener en la sociedad, y eso se basa en la formulación de nuevas preguntas, con lo que ayuda a crear el progreso a la vez que permite conocer el mundo”. Idea muy similar a la que transmitió el propio John Cantwell en su discurso, al asegurar que cuanto más sabemos más preguntas surgen, así que nuestro conocimiento nunca será completo, aunque eso no es fácil hacérselo llegar a la sociedad y tampoco a los políticos. Además, no es suficiente un punto de vista, sino que hay que cruzar diferentes disciplinas para entender las relaciones entre diferentes actores y desde distintas perspectivas.

 

Cantwell mostró su lado más optimista al declarar su confianza plena en el progreso humano, aunque para eso cree que hace falta una nueva Ilustración que permita invertir más en estudios clínicos, económicos, epidemiológicos… De acuerdo con él, la idea es entender los sistemas complejos, no sólo desde un punto de vista cuantitativo, sino también desde uno filosófico que integre la ciencia con las humanidades.

 

En su discurso, plagado de referencias filosóficas, explicó que si se ha dedicado a estudiar, desde sus comienzos, el mercado internacional y las multinacionales, es porque las redes de negocios internacionales producen nuevas posibilidades tecnológicas, y esa tecnología es la que permite el avance de las sociedades. Cantwell asegura que toda la filosofía de la Ilustración estaba imbuida de ese espíritu evolucionista que venía ya desde la época de Darwin. De acuerdo con él, la evolución es un proceso complejo porque ofrece muchas soluciones aptas, tanto en la naturaleza como en el sistema económico internacional.

 

Informa el nuevo doctor honoris causa de que en nuestros días muchos sociólogos evolucionistas siguen basándose en las teorías darwinistas, aunque ampliándolas con otros conceptos para ajustarla a estos tiempos en los que la comunicación interpersonal ha cambiado totalmente con las redes sociales. De acuerdo con él, en Biología lo importante son los genes, mientras que en la sociedad lo que importa es la transmisión del conocimiento. Otra diferencia fundamental es que la evolución funciona a través de mutaciones, mientras que nuestras actividades casi siempre tienen un objetivo concreto, y eso nos hace evolucionar socialmente de un modo distinto a cómo lo hace la naturaleza.

 

En ese contexto es donde se integran sus estudios sobre las multinacionales y el efecto que tienen en su entorno, algo que ha necesitado un nuevo marco de conocimiento, y que “debería ser un campo independiente de estudios”. Para Cantwell, esa área nueva de conocimiento permitirá estudiar a fondo la relación entre el mercado internacional y la sociedad, que ha cambiado muchísimo desde la primera revolución industrial, pasando de un paradigma a otro, pero siempre incluyendo a tres elementos fundamentales: las empresas, los gobiernos y la propia sociedad.