ÁGORA

Jorge Valdano y Almudena Barrientos

Jorge Valdano, en los Espacios DetúAtú de Ciencias de la Información

Texto: Alberto Martín, Fotografía: Aída Cordero - 23 abr 2025 14:24 CET

Jorge Valdano ha sido el invitado, este 22 de abril, de Espacios DetúAtú, iniciativa del Grupo de investigación en comunicación Concilium, que desde 2022 crea un espacio de diálogo entre los estudiantes y personalidades destacadas de los más diversos ámbitos. A Valdano puede encuadrársele en varios de ellos, el del deporte, por supuesto, en el que ha sido sobresaliente jugador de fútbol, entrenador y directivo; el de los medios de comunicación, en el que desde hace tres décadas se mueve como pez en el agua, y en el de la literatura, donde ante todo como apasionado lector, pero también como escritor, tiene un amplio bagaje. De todo ello, durante cerca de dos horas, charlaron Valdano, los estudiantes y la profesora Almudena Barrientos, quien ejerció de anfitriona.

 

Hace ya mucho que la figura de Jorge Alberto Valdano trascendió de la de un jugador o ex jugador de fútbol, a pesar de haber ganado un Campeonato del Mundo, el de México 86, con su país, Argentina, con gol incluido en la final, o haber jugado en el Real Madrid, “lo que te da algo así como un pasaporte internacional”. Relata incluso que hace pocos días, un niño que se acercó a él, y tras enterarse de que había jugado con Maradona, corrió a decir a su padre: ¡Papá no te lo vas a creer, Valdano fue futbolista!

 

También hace ya mucho que fue entrenador, que fue capaz de salvar a un Tenerife desahuciado y de quitar dos ligas al Real Madrid -de lo que aún presume como ejemplo de ética, “aunque yo sobre todo el primer año, casi prefería que hubiera ganado el Madrid- y al año siguiente, sentarse en su banquillo, ganar la Liga y devolver al Barcelona el 5-0 con el que había enojado al madridismo la temporada anterior. Incluso, hace mucho ya, que fue director deportivo y general del Real Madrid, y que su falta de sintonía con Mourinho le hizo dar un paso al lado.

 

Hoy, pero también desde hace mucho, Valdano es conocido por poner palabras al fútbol, por dar profundidad, trascendencia y belleza intelectual a un juego que desde niño le apasionó –“El balón fue mi primer amor”-, del que después, en sus diversas facetas, vivió, y del que, por mucho que suceda, nunca se separará. “Me gustaría que me recordaran como alguien que su singularidad ha sido haber dado la vuelta entera alrededor del fútbol. He sido hincha, jugador de cantera, jugador profesional, entrenador, directivo, estoy en los medios de comunicación… Como dijo un prologuista de uno de mis libros en Italia, solo me faltaba ser balón y árbitro”.

 

Valdano planteó la charla como un recorrido por su vida, “de dónde vengo y a dónde he llegado”, aunque los estudiantes y la moderadora, Almudena Barrientos, a través de sus preguntas le fueron llevando hacia la actualidad. Contó que nació en un pequeño pueblo de apenas 8.000 habitantes en la provincia de Santafé, un lugar donde el fútbol era “un monocultivo”. Allí en sus calles -la mejor escuela de fútbol que existe y existirá- se dio cuenta pronto de que se podía ganar la vida jugando, y con apenas 15 años ya era profesional en Nevell’s Old Boys, y con 19 hacía las maletas hacia Europa, a España, en concreto. Aquí, no le importó llegar a un equipo de segunda división, como el Alavés, porque él siempre supo que su destino final sería el Real Madrid. “Y así fue, aunque con la diferencia de que pensaba que lo haría en dos días y tardé 10 años; cuatro en el Alavés, y 5, en el Zaragoza”, resumió.

 

Aquella pasión por el fútbol y por su primer amor, el balón, al que durante horas y horas al día no paraba de cortejar, en un determinado momento, contó, se giró en obligaciones y en alguna que otra preocupación. Fue entonces cuando, para endulzar aquella vida de futbolista profesional, supo encontrar otra pasión, la lectura, que años después también convirtió en profesión. Esta facilidad para vivir de lo amado tiene truco: “Las pasiones hay que saber convertirlas en profesión y para eso no se inventó otra cosa que el esfuerzo”, aclaró.

 

Con apenas 30 años, apenas 6 meses después de alcanzar la gloria en México junto a Maradona, una hepatitis crónica le bajó de la cresta de la ola. Ahí es cuando dio el paso hacia el otro lado, el oscuro que dicen algunos futbolistas, pero que él ha dado brillo desde entonces, como pocos lo han logrado. Columnista en El País -aún sigue siéndolo-, primer presentador del mítico “El día después”, de Canal Plus -que aún sigue existiendo-, y numerosos libros sobre fútbol, aunque no solo sobre ello, son parte de su aval más de tres décadas después. El truco en esto también tiene que ver con el esfuerzo. Lo resume en una explicación que a muchos estudiantes de Periodismo que sueñan con especializarse en el deportivo, quizá pueda hacerles reflexionar: “Hay varios caminos para ser periodista deportivo. Hay caminos más cortos, maneras espectaculares de ser periodista en programas como El Chiringuito, que tienen muchísimo éxito. Pero hay otro camino, llamémosle el de ilustrarse, el de aprender, el de saber de todo, para saber más de fútbol, que es aquello donde a mí me plantaron y donde yo germiné”.

 

Todo este bagaje permite a Valdano opinar sobre lo divino y sobre lo humano. En lo primero está Maradona, quizá solo él, por más que en Argentina Messi ya sea hoy un héroe, “pero no un prócer”, como lo fue su amigo Diego, gracias a aquel gol que logró tras regatear a más de medio equipo inglés y que su país adoptó como la mejor venganza posible tras la Guerra de Las Malvinas. Con Maradona vivió sus altos y bajos, grandes momentos de amistad y periodos de distanciamiento, pero fue su muerte la que le hizo saber que había sido “más importante en mi vida de lo que yo creía”.

 

De lo humano siempre habla con respeto. A Messi le ve como el genio que nace. A Cristiano Ronaldo, como el genio que se hace. Y a Modric, como el jugador que más le emociona: “Cada vez que sale de un estadio aplaudido, yo me levanto en mi casa y le aplaudo también”. Sobre los temas de actualidad, mejor pasar de puntillas, aunque apuntando. Sobre la continuidad o no de Ancelotti prefiere no opinar, aunque preguntado sobre Xabi Alonso, reconoce que el haber estado en la casa siempre es un punto a favor. Tampoco se quiere mojar -o al menos eso dice- sobre el presunto conformismo que rodea al Atlético de Madrid: “Solo diré que tiene permitido quedar tercero, mientras en el Real Madrid salir segundo es un fracaso”. Eso sí, sobre el VAR tiene claro que cualquier tiempo anterior fue mejor. Le achaca dos grandes males, haber conseguido que lo que antes era un error arbitral ahora se eleve a la categoría de conspiración, y sobre todo haber creado el gol interruptus: “Solo por tener que aplazar el grito sagrado del gol, el VAR no debería existir”, sentencia.

 

Este es Jorge Valdano, el que dice sin decir que dice y el que siempre deja frases para enmarcar, frases que no surgen de la nada, sino de la lectura y la devoción por saber y aprender. Recomienda, por ello, a los estudiantes que le escuchan no dejar de interesarse por cosas que estén alejadas del deporte, porque esas serán las que les harán saber mucho más sobre deporte. Y para concluir, un libro, que no deben dejar de disfrutar: Héroes de nuestro tiempo, de Santiago Segurola. “Es algo extraordinario, porque se mueve en todos los deportes con la claridad propia de un periodista que no solo sabe de deporte. Esa es mi recomendación”.