ÁGORA

Julio Mayor ha impartido la conferencia inaugural de la V Jornada BiblioMadSalud

El catedrático Julio Mayol aboga por aprovechar las oportunidades de la Inteligencia Artificial: resistirse es inútil

Fotografía: Jesús de Miguel - 31 may 2023 13:44 CET

“Resistence is futile”, la resistencia es inútil. Julio Mayol, catedrático de Cirugía de la Universidad Complutense, lo tiene claro: no tiene sentido oponerse o ignorar a la Inteligencia Artificial. Ya está aquí -no deja de ser un viejo sueño del ser humano más o menos hecho realidad: crear algo como nosotros- y debemos saber cómo aprovecharla. Los riesgos existen, pero las oportunidades, y son muchas, también. Mayol, editor de la revista Surgery, una de las más prestigiosas publicaciones dedicas a la investigación quirúrgica a nivel mundial, en la que también co-lidera el equipo de Digital Media and Innovations, pronunció la conferencia inaugural de la V Jornada BiblioMadSalud “IA en Ciencia de la Salud. Retos y oportunidades para las bibliotecas y unidades de apoyo a la docencia e investigación”, celebrada este 31 de mayo en la Facultad de Medicina.

 

Mayol, quien en la actualidad dirige la Unidad de Innovación del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos, hospital clínico cuya dirección médica ocupó de 2016 hasta hace escasas fechas, sitúa la inteligencia artificial (IA) como un paso más de la evolución del ser humano, una nueva “caja de pandora” que ha abierto y que ya no puede cerrar. “Una idea no se puede despensar”, compara. La inteligencia artificial actual, el GPT-4 (Generative Pre-Trained Transformer) que utilizan los principales programas de IA, como ChatGPT o el ofrecido por Microsoft a través de Bing, se acerca al sueño que siempre ha tenido el ser humano de crear algo como él. La actual tecnología ya aprende, crea y “piensa”, entendida esta capacidad como la de unir conceptos relacionándolos. Su programación se basa en predecir, como recuerda Mayol, la palabra que sigue a las anteriores, de acuerdo con la información que le proporcionan grandes bases de datos. Y eso ya lo hace hoy de manera brillante. “Escribe mejor que el 99% de las personas, lo hace en cualquier idioma, y no se cansa; es 24/7”. Además de generar textos, también ya crea imágenes a partir de palabras y pronto hará gráficos. Eso sí, como recuerda el catedrático complutense, a GPT-4 no se le dan bien las matemáticas, más allá de las operaciones algorítmicas básicas, porque no está programado “hasta el momento” para ello.

 

Es más, de acuerdo con Mayol, GPT-4 ya puede afirmarse que supera el famoso test que propuso el considerado precursor de la IA, Alan Turing, cuando señaló que la IA no existiría hasta que un humano hablase con una máquina sin darse cuenta de que lo estuviera haciendo. “Hoy ya no puede distinguirse si un texto lo ha escrito un ser humano o GPT-4”, afirmó el catedrático complutense, quien también forma parte del grupo sobre IA y aprendizaje que ha puesto en marcha el Vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad de la UCM.

 

Si GPT-4 es una realidad y hay que asumir que quien hoy no utiliza esta tecnología, más pronto que tarde acabará haciéndolo, la mejor opción es tratar de sacarla el máximo beneficio. De acuerdo con Mayol, las oportunidades que abre GPT-4 para el conocimiento son muchas, tanto en su creación (investigación), difusión (diseminación), adquisición (aplicada al aprendizaje), aplicación (en la práctica médica, por ejemplo, es muy útil), medición (evaluar), innovación y gestión. Por supuesto, también hay riesgos. Entre ellos, Mayol menciona: autoría, veracidad y sesgos, propiedad, responsabilidad y rendición de cuentas, privacidad y equidad. Deja dos frases para ilustrar estos dos últimos problemas: “Si el producto es gratis, el producto eres tú” y “La tecnología digital polariza”.

 

El catedrático complutense propone incluso una fórmula matemática para decidir si compensa utilizar GPT-4 en nuestras actividades diarias: (Beneficio – daño) x (experiencia + calidad percibida) todo ello dividido por los costes (€ + tiempo + CO2). Adelanta que la fórmula suele dar resultado positivo, ya que la IA consigue apartar del medio las tareas rutinarias y permitir a quien la utiliza tener más tiempo para pensar, porque ya hoy “lo importante no son las respuestas, sino las preguntas”. Eso sí, un último componente debe introducirse en la ecuación: la ética. Mayol remite al algoritmo publicado recientemente por Unesco con el que aconseja usar o no GPT. El primer factor a valorar es si en lo que se quiere utilizar importa si el resultado ofrecido por GPT-4 sea verdad o mentira. Si no importa que sea mentira -por ejemplo, un texto de ficción-, adelante. Si es necesario que lo dicho por GPT-4 sea verídico, la siguiente pregunta es si el usuario tiene las herramientas o conocimientos adecuados para comprobar que lo expuesto por la máquina es verdad. Si es así, le espera una nueva pregunta: ¿en caso de que no sea verdad pese a haberlo creído estás dispuesto a asumir la responsabilidad? Si también lo está, adelante. “En realidad, no es distinto a lo que hacemos continuamente cuando tratamos de generar nuevos conocimientos”, concluye Mayol.

 

Junto a la conferencia inaugural de Julio Mayor, la Jornada -organizada por BiblioMadSalud y las bibliotecas de las Facultades de Medicina y de Enfermería, Fisioterapia y Podología- se completó con la conferencia del catédrático emérito de Neurociencia Francisco Mora Teruel y la celebración de dos mesas de debate sobre la IA en la docencia e investigación en Ciencias de la Salud y sobre su aplicación en los sistemas de información. La primera, moderada por Javier López Marcos, ha contado con la presencia de David Carabantes, profesor de la Facultad de Medicina y experto en innovación educativa; Carlos Lopezosa, de la Universidad Pompeu Fabra; Chema Cepeda, enfermero del servicio 112 de Castilla y León, y María García-Puente, responsable de la biblioteca del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. La segunda mesa ha sido dirigida por el consultor de Madrid Digital José Carlos Redondo, con las intervenciones de Juan José Bounza, director de IASalud de la Universidad Europea de Madrid; Katrina Díaz, de EBSCO España y Portugal; Carlos Paladella, de Elsevir, y la profesora de Biblioteconomía y Documentación Sonia Sánchez Cuadrado. La Jornada fue inaugurada por la presidenta de BiblioMadSalud, Natalia Gutiérrez; el director de la Biblioteca de la Facultad de Medicina, Javier de Jorge, y el vicedecano de Calidad e Innovación de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología, Ramón del Gallego Lastra. La directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, clausuró las sesiones.