IGUALES

La aplicación ya incluye las rutas por Ciudad Universitaria

La Ciudad Universitaria estrena rutas en la aplicación de guiados accesibles Blind Explorer

Texto: J. de Miguel - 17 mar 2022 14:19 CET

Las personas con discapacidad visual o con movilidad reducida, pero también cualquier otra que lo desee, tienen ya a su disposición un sistema de guiado accesible por navegación GPS por la Ciudad Universitaria, a través de la aplicación Blind Explorer, de manera totalmente gratuita. Se trata de una iniciativa piloto -promovida por el Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria de Madrid, en colaboración con las delegaciones y servicios de diversidad e inclusión de las tres universidades que comparten el campus de Moncloa: Complutense, Politécnica y Uned- que por el momento permite desplazarse desde el intercambiador de Moncloa hasta la Avenida Complutense, recorriéndola hasta las instalaciones deportivas de la zona norte, Paraninfo, en ambas direcciones.

 

A esta ruta principal ya se ha incorporado un primer “ramal”, que recorre la calle Juan del Rosal, donde se ubica la Facultad de Informática o el Rectorado de la UNED, y está previsto que si el proyecto piloto tiene una buena acogida próximamente se vayan incorporando nuevos trayectos. Como explica la delegada del rector para el Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria, Juncal González, el objetivo de esta institución es ayudar a gestionar el campus con las tres universidades que componen el Consorcio. “Una de las cosas de las que nos hemos dado cuenta es que hay muchísima preocupación en las universidades por hacer el campus más accesible y facilitar la vida a las personas que lo necesiten. Por ello, nos pusimos en contacto con las oficinas de diversidad de las universidades y nos dijeron que sería muy de agradecer crear una herramienta de este tipo”.

 

Como explica Rafa Olmedo, CEO de Geko Navsat, empresa creadora de Blind Explorer, la aplicación mientras el usuario recorre el camino genera audio-descripciones accesibles que le ayudan a conocer las características del recorrido en cada punto para recorrerlo con seguridad y descubrir e interactuar con los elementos del entorno. Los mapas los ha generado previamente la propia empresa grabando el trazado del itinerario con un equipo topográfico con una precisión por debajo del metro. “Eso quiere decir que si la persona se tiene que ir un poquito hacia un lado porque hay algún tipo de obstáculo, la aplicación continúa guiándola sin ningún problema”.

 

Durante el recorrido la aplicación va ofreciendo una descripción general de la ruta y otra más detallada sobre su accesibilidad. “Junto a la información que da sobre el recorrido, útil para cualquier persona, añade para quienes tienen discapacidad visual información útil para ellas: elementos en voladizo, si el firme es irregular, si hay pasos o cruces sin avisadores acústicos… La aplicación muestra una línea definida que quien ve la puede seguir en el mapa y quien no tiene un sonido 3D que va cambiando de dirección. Van con auriculares -aunque pronto sacaremos una opción que no precisarán de ellos- y el sonido va cambiando de dirección. Lo único que tienen que hacer es dejarse guiar por el sonido, que les va llevando. Cuando llegan a un punto, reciben una audio-descripción accesible: “A 5 metros, paso peatonal. Cruzar y seguir recto”. Cuenta las dificultades que tiene el entorno: “Desnivel pronunciado en el lado derecho”. También va dando los niveles de riesgo de la ruta y avisa si es medio, alto o intolerable. No eliminamos el riesgo, le damos la información para que lo gestione. Por donde va el camino y que tiene que tener en cuenta”.

 

Blind Explorer ofrece numerosas rutas en toda España -solo en Madrid tiene guiados por los parques de Alcorcón y Majadahonda, el parque Juan Carlos I, el parque Juan Pablo II, los 84 kilómetros del Camino de Santiago de Madrid y 18 itinerarios en la Sierra de Guadarrama-, pero, como explica Rafa Olmedo, crear esta en Ciudad Universitaria suponía un reto. “Habíamos hecho recorridos urbanos, pero siempre con un propósito no tanto de gente que recorre el entorno de forma asidua, sino fundamentalmente para visitantes ocasionales. Aquí la gran diferencia es que no podíamos plantear una ruta con un inicio y un final, sino que cada punto puede ser el inicio o el final de un recorrido: de una facultad al Metro; de una facultad a otra, de Moncloa al edificio de Estudiantes… La solución que planteamos es como si fuesen líneas de metro en superficie. Lo más importante era conectarlo con los puntos de comunicación del entorno, el intercambiador de Moncloa, el Metro de Ciudad Universitaria y las paradas de autobús del campus. No llegamos a la puerta de todos los centros, pero es escalable, puede ir creciendo, como de hecho ya hemos hecho añadiendo la ruta de la calle Juan del Rosal”, concluye Olmedo.

 

Mercedes García, delegada del rector para Diversidad e Inclusión, destaca que la aplicación cumple con el criterio de su Delegación de promover la accesibilidad universal para todas las personas. “Agradecimos mucho que contaran con nosotras y pusimos una serie de condiciones, fundamentalmente que se diera voz en su diseño a las personas usuarias de la aplicación y también a otras personas, y después que fuera sostenible en el tiempo”. Se hicieron varios recorridos para evaluar la aplicación con personal de la UNED con discapacidad visual, y también con estudiantes de la UCM con distinto tipo de discapacidad visual, usuarios de bastón, de perro guía, y también con movilidad reducida, en concreto usuarios de silla de ruedas. "Cada uno de ellos y ellas -explica Mercedes García- fueron dando sugerencias para tratar de corregir y que se ajustara a lo que necesitan. Incluso señalaron hasta dónde debíamos llegar, lo que se plasmó en la elección de las rutas o en la inclusión de información sobre elementos culturales, y así hacerlo también útil para personas que vienen a congresos, visitan el campus, etcétera”.

 

La participación de personas con movilidad reducida en esos primeros recorridos, y también, como explica Rafa Olmedo, por la propia filosofía de la Fundación Once -con la que trabajan desde hace tiempo-, ha hecho que ya estas rutas por Ciudad Universitaria contengan perfiles específicos para usuarios con discapacidad visual y para usuarios con movilidad reducida. La idea es incluir también perfiles para personas con diversidad intelectual y para personas sordas. “Hemos ido que ir transformando la aplicación. Aunque ahora mismo está más desarrollada para personas con discapacidad visual, hemos ido incorporando otros perfiles, como es de la discapacidad física, en el que lo que trabajamos es fundamentalmente en hacer una valoración de la accesibilidad del recorrido: que estén los pasos adaptados, las pendientes, el tipo de firme… También estamos ya trabajando con la diversidad intelectual. Hemos empezado a hablar con la asociación Plena Inclusión y hemos hecho algunos pilotos con personas con diversidad intelectual, precisamente para modificar el lenguaje de la aplicación, haciendo una lectura fácil y un uso más sencillo de la aplicación. En el caso de las personas sordas estamos empezando a aplicar lo que es la vibración, para que el sistema les avise. Hemos probado también el uso de auriculares, que aunque no los escuchan sí notan la vibración, que va variando y así les va guiando”, concluye Rafa Olmedo.

 

Si este proyecto piloto es un éxito, la idea es no solo ir ampliando las rutas, sino también ir introduciendo mejoras y mantenimiento. De acuerdo con el responsable de Blind Explorer, están trabajando en crear una herramienta colaborativa, que permita que los propios usuarios puedan recoger incidencias cuando hace los itinerarios. “Es algo que hay que manejar con cuidado, ya que la información tiene que ser veraz y de garantías, pero puede ser bueno que digan, por ejemplo, que hay una obra puntual en un determinado punto. Y más allá de esto, es importante que se hagan actualizaciones de los recorridos al menos una vez al año. Si no, la aplicación perderá vigencia y seguridad del usuario”. “Nuestro plan -añade Juncal González- es ir ampliando el proyecto, que nos parece muy interesante y muy necesario. Hablaremos con las oficinas de diversidad, recogeremos cuáles son las necesidades y sobre todo qué problemas se les plantean a ellos en el día a día y qué recorridos piensan que habría que incluir, sin olvidar que también puede ser una herramienta muy útil para cualquiera, por ejemplo, para quien no conoce bien el campus”.