IGUALES

Por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la delegación del rector para Igualdad ha organizado una jornada dedicada al fomento de las vocaciones STEAM

Visibilizar a las muchas mujeres que ya existen en carreras STEAM, la mejor manera de fomentar vocaciones

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 11 feb 2021 13:43 CET

Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la delegación del rector para Igualdad ha organizado una jornada dedicada al fomento y al desarrollo del talento y las vocaciones STEAM. Al concepto ya tradicional de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), se ha añadido recientemente una A, que hace referencia al mundo de las Artes centradas en la innovación, la creatividad y el diseño. Las participantes en las jornadas han destacado que ya existen muchos ejemplos de mujeres que despuntan en estos campos, lo que hace falta ahora es visibilizarlas para que otras sigan su ejemplo.

 

Laura Flores Iglesias, subdirectora General de Inteligencia Artificial y Tecnologías Habilitadoras Digitales de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, tiene claro que “estamos en un contexto de transformación digital, que se ha acelerado por la COVID-19, una transformación que nos afecta a todos y que crea las bases de un nuevo mundo digital, que ya está aquí”.

 

Frente a esta realidad, considera que “nadie se puede quedar al margen de esta transformación que no tiene género y que debe ser fiel a nuestra sociedad, así que las mujeres deben ser protagonistas del cambio de forma activa y también desde dentro, como profesionales”. Reconoce que el gobierno tiene como uno de sus ejes transversales cerrar la brecha digital entre hombres y mujeres, porque “la sociedad del futuro no puede perderse la mitad de su talento”.

 

Informa además Flores Iglesias de que para 2025, el reparto de trabajo será al 50% entre personas y máquinas, y aunque eso creará muchos nuevos puestos de trabajo también afectará en mayor medida a un paro creciente en puestos ocupados actualmente por mujer, así que hace falta impulsar las vocaciones STEM, superando “las barreras, prejuicios y sesgos inconscientes”.

 

Para ello es fundamental “generar confianza entre las mujeres y encontrar referentes, como se quiere hacer con esta jornada, donde vienen mujeres líderes y con éxito en diferentes campos STEM, lo que demuestra que los referentes existen pero hace falta visibilizarlos”.

 

Isabel Tajahuerce Ángel, delegada del Rector para Igualdad, reconoce que esta jornada se ha organizado para abrir nuevas reflexiones sobre referentes femeninos, pero también sobre el papel que tienen que cumplir las mujeres en el ámbito de la ciencia y la tecnología. Añade Tajahuerce que “hay una tendencia a creer que la perspectiva de género sólo debe ser incluida en las ciencias sociales y las humanidades, pero en otros ámbitos es tan fundamental, como en el de la digitalización y la inteligencia artificial”.

 

Según la delegada del rector, se han construido imaginarios sociales que tienen que ver con la masculinidad del ejercicio de algunas profesiones como la Física o la Ingeniería Aeroespacial. Cuenta que cuando llevaron a cabo el proyecto Por qué tan pocas, las estudiantes respondían que el propio concepto de ingeniero las hacía apartarse de esa posibilidad, porque se ha construido todo un imaginario masculino en el que “les faltan referentes, aunque existen”.

 

Para Tajahuerce, un reto a superar es que las mujeres entren en esos ámbitos y el otro es que esas mujeres tengan perspectiva de género y formen a los varones para que la incluyan también en su trabajo. Eso “implica recursos económicos, porque la perspectiva de género no puede ser transversal sólo por voluntad, hace falta formación, que es lo que se hace en la UCM, por ejemplo, para formar al profesorado e investigadores e investigadoras para cumplir con la ley de la inclusión de la perspectiva de género”.

 

El rector Joaquín Goyache añade que no se puede separar la celebración de esta jornada de “la pandemia que azota a todas las sociedades del mundo y que ha sido mucho más cruel con las personas que tienen diversidad funcional y también con las mujeres científicas que están comenzando sus carreras”. De acuerdo con el rector, esto es así porque ha ahondado en los problemas para que las mujeres participen y penetren en las STEM.

 

Goyache es consciente de que “hay que luchar para que la mujer científica tenga su espacio y las necesidades para desarrollar todas sus capacidades”, tanto con programas formativos como los que existen en la Complutense, como con jornadas similares a esta y proyectos de impacto internacional como #NoMoreMatildas. Recuerda el rector que esta iniciativa “habla de ese borrado de las científicas en los libros de texto y en la Historia, es ese efecto de otorgar los logros de las mujeres científicas a sus compañeros y a sus maridos”.

 

Quiso poner como ejemplo Goyache, de mujeres que hay que visibilizar, a una complutense, que fue una científica pionera, que no es otra que Margarita Salas, “licenciada en nuestra universidad y profesora durante veinte años en la Facultad de Ciencias Químicas sin cobrar”. De acuerdo con Goyache, Salas siempre decía que la vocación científica no nace, se hace en los laboratorios, y luego viene la pasión por investigar, al tiempo que aseveraba que en sus tiempos tuvo que luchar por dos grandes problemas, hacerse valer durante los estudios como mujer, y luego hacerse valer entre sus compañeros varones en la ciencia, tanto en España como en Estados Unidos.

 

Confía el rector en que “jornadas como estas hagan que la UCM esté mas abierta a las mujeres, y seamos más cohesionados y más igualitarios”.

 

En primera línea

La jornada ha contado con una mesa redonda con la presencia de mujeres científicas que ocupan cargos de responsabilidad en distintas instituciones. Emma Fernández, vicepresidenta de la Fundación ASTI Talent & Tech, contó el proyecto STEM Talent Girl, con el que intentan que la ciencia y la tecnología lleguen a las niñas antes de que tengan que decidir su futuro en el instituto. Gracias a ese proyecto han observado que “los estereotipos siguen teniendo mucho peso, la educación digital sigue siendo insuficiente y las familias siguen trasladando valores concretos a las niñas”.

 

Hasta la fecha han impactado en más de 5.000 niñas con un ecosistema en el que “está involucrada tanto la Administración como las empresas y más de 500 mentoras que están dispuestas a dedicar su tiempo a las niñas para que conozcan en que consisten esas profesiones con mujeres de carne y hueso, porque lo que no se conoce no se elige”.

 

Paloma Alcalá, del Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM, cree que lo fundamental es la formación, siendo la del profesorado imprescindible, en todos los niveles educativos, y debería incorporar todo el corpus que ha creado el feminismo. Opina Alcalá que “la discriminación sexista no tiene como consecuencia en las chicas un menor éxito escolar, sino una devaluación de sus posibilidades profesionales, es decir que ellas mismas se autolimitan, pero lo hacen por una serie de expectativas, desde fuera, que las hacen penar que hay áreas del saber que no son lo suyo”.

 

Para la presidenta delegada de la Comisión de Mujeres y Ciencia del CSIC, Pilar López Sancho, la familia y la sociedad tienen un papel importantísimo de mantener el estereotipo del cuidado. Además “hay algo en la escuela que nos determina y aunque han cambiado muchísimo las formas de la sociedad, en el fondo sigue habiendo un miedo a no estar en el papel, a estar fuera de lo que se espera de cada una, y eso es algo que hay que romper”.

 

Tiene claro López Sancho que “las mujeres son importantísimas y tienen que dar su perspectiva, y lo que hay que enseñar a las niñas es que se ayuda tanto desde la Medicina como haciendo ciencia básica, y hay que hacer que esa ciencia le sea atractiva”. Reconoce que, de todos modos, “es muy difícil quitarse los prejuicios que nos inculcan desde que nacemos”.

 

Rocío Pérez, de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC) y coordinadora de Maldita Ciencia, lleva unos cuantos años trabajando como periodista científica y cree que en esa tarea de eliminar los prejuicios “todos los medios deberían desmentir muchísimos mitos que la propia ciencia ha creado sobre que los hombres y las mujeres son diferentes. Ahora se ve que las diferencias no están ahí cuando uno nace, sino que surgen cuando les hacemos vivir vidas distintas a los niños y a las niñas”. Apuntó Magdalena Suárez Ojeda, directora de la Unidad de Igualdad de la Complutense, que “en la Ilustración se organizó una batalla biologicista entre los que decían que las niñas eran tontas y los que decían que hacía falta enseñarlas a leer y escribir”.

 

Para la representante de la AECC, los medios también deberían cambiar la imagen que tiene la sociedad sobre lo que es un científico, que aparece como un señor brillante pensando en su pizarra, cuando en realidad son grandes equipos de ciencia muy diversa. Cree Rocío Pérez que además es fundamental fomentar las vocaciones, pero no sin contarles a las niñas los problemas con los que se encontrarán en su carrera.

 

Discrepa de esta opinión Sara de la Fuente, ingeniera aeroespacial de Operaciones Científicas Planetarias, que apuesta por “ser positivos, porque sino muchas niñas van a pensar que sólo unas pocas mujeres van a poder hacerlo”. Ella reconoce que le encanta lo que hace, porque lo ha elegido ella y le gusta decir que, a pesar de las trabas, siempre “merece la pena hacer lo que te gusta, nadie te tiene que decir que no lo hagas. Dedicarse a la ciencia merece la pena, porque hay muchas satisfacciones, y dedicarte a algo que te gusta te hará que avances más en tus investigaciones y en tu forma de trabajar”.

 

Silvia Carrascal, directora del Máster de Desarrollo Directivo para mujeres STEAM de la Complutense, explica que va a haber mucho trabajo en el sector científico y tecnológico, pero todavía no se sabe cuáles estarán ocupados por personas. Ahí “será muy importante el talento, el potencial individual, las habilidades que tenemos cada uno. En la educación está la llave para formar a chicos y chicas sobre el papel que ocupamos en la sociedad, sin depender del género”.

 

Magdalena Suárez Ojeda incide en la importancia de la educación, porque “la revolución de las mujeres en España se ha dado en las aulas y resulta que cuando se les ha enseñado lo han hecho con mayor éxito, tienen mejores calificaciones durante toda su vida académica, pero luego hay una tijera, por las estructuras de poder, que hace que desciendan”. Para evitar eso, anima a las jóvenes a venir a la Complutense, a estudiar lo que quieran, tanto Medicina como Ingeniería Informática, porque “tienen que coger el estandarte de luchar por los valores de este país y del mundo, para batallar por la sociedad que realmente queremos”.

 

A modo de conclusión, Isabel Tajahuerce cree que con esta jornada se han abierto los espacios para la reflexión, para deconstruir los imaginarios y trabajar desde miradas diferentes, y el primer paso sería nombrarse en femenino: ingenieras, físicas, empresarias, profesoras, catedráticas, médicas... Anima, por tanto, “a las niñas a que se nombren y que recuerden que la a en el abecedario va delante de la o”.