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El salón de actos del Edificio de Estudiantes ha acogido la I Jornada sobre Salud Mental en la Universidad

La Complutense celebra la I Jornada sobre Salud Mental en la Universidad

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 25 may 2023 15:04 CET

Coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, la UCM ha organizado la I Jornada sobre Salud Mental en la Universidad, que se ha celebrado en el salón de actos del Edificio de Estudiantes. Durante la sesión, Yolanda García Rodríguez, delegada del rector para la Promoción de la Cultura Preventiva, ha explicado que “es fundamental agrupar lo máximo posible todas aquellas actividades que supongan un bienestar emocional y un desarrollo de la salud mental, y por eso se han organizado estas jornadas, para dar a conocer lo que se ha hecho, lo que se está haciendo y sobre todo lo mucho que queda por hacer”.

 

Jorge Jesús Gómez Sanz, vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad, se mostró satisfecho por la posibilidad de juntarse en un foro, para normalizar y hablar “libremente de algo que durante mucho tiempo se ha estigmatizado”. Opina el vicerrector que en todas las universidades se está trabajando para enfrentarse a este problema, “que no es unos pocos, porque eventualmente nos puede afectar a cualquiera”.

 

De hecho, según el último informe de la Organización Mundial de la Salud, publicado en 2022, es un problema que afecta aproximadamente a un 15% de los adultos, y “ese es un número enorme en una población con un volumen como el de la Universidad Complutense”. Las diferentes sectoriales de la CRUE han hecho estudios en los que se llega a la conclusión de que este es un problema transversal que requiere una solución coral, “donde la prevención y la promoción de una vida saludable son fundamentales”.

 

En el entorno de la UCM, el vicerrector destacó el papel del Psicall, que “ha prestado un servicio invaluable en tiempos de pandemia, especialmente durante el confinamiento, que fue una situación de mucho estrés mucha ansiedad por todo lo que nos estaba sucediendo, por la incertidumbre de cuando terminaría, de los exámenes, del encierro en casa con esa presión que a veces puede dar lugar a situaciones de riesgos de exclusión social”.

 

Junto a ese servicio de la Complutense, ahora se están realizando distintas acciones, que incluyen a la biodiversidad como promotora de la salud mental, porque se ha comprobado que “el hecho de ver árboles cuando miras por la ventana tiene un efecto inmediato en la reducción del estrés y es una consecuencia inesperada y un giro añadido a la visión One Health. Hay que hacer deporte, cuidarse, escuchar música, tener relax, socializar, pero también hay que disfrutar de la naturaleza”, algo que es fácil en nuestros campus en los que contamos, según el reciente catálogo, con 18,600 especies arbustivas lo que “es comparable a toda la superficie de las copas del Retiro”. Cada año esos árboles “retiran unas 250 toneladas de CO2 de la atmósfera, proporcionan un servicio a todos, así que no solo nos gusta verlos, no solo nos gusta ver a los pájaros cuando pasemos entre medias, sino que también nos ayudan a respirar mejor así que se cierra el círculo con el planeta”.

 

Antoni Aguiló, presidente de la Red Española de Universidades Promotoras de la Salud (REUPS), que representa a más de 60 universidades españolas y que trabaja de manera coordinada y conjunta con el grupo de trabajo de universidades promotores de salud de la CRUE-Sostenibilidad, aseguró que “el estudiantado universitario se enfrenta a nuevos retos, a nuevos entornos, a nuevas responsabilidades, a nuevos desafíos y en este contexto hay que mantener una buena salud mental”.

 

De acuerdo con Aguiló, es algo imprescindible porque “nuestros alumnos y nuestras alumnas están, con frecuencia, y seguramente con algún tipo de desconocimiento por parte del profesorado, sometidos a presión y a estrés. Estrés derivado no sólo de las demandas académicas. sino también de las expectativas sociales y de las preocupaciones sobre su futuro, y eso puede tener un impacto importante sobre el bienestar emocional. Por ello, es importante que las universidades brinden acceso a servicios de apoyo psicológico además de fomentar un ambiente de apoyo y cohesión social”.

 

En esa misma línea se expresó Javier Sánchez, ex gerente de la UCM y técnico en formación en Riesgos Laborales, quien centró su charla en la dificultad que nos suponen los cambios, en general, y de manera particular los producidos por las tecnologías. Por ejemplo, está la necesidad de crear nuevos trabajos como “consultores de bienestar digital, que daría solución a los problemas de cómo hacer frente a todos esos cambios, y ese es un problema que hay que gestionar y al que adelantarse”. Opina el conferenciante que “hay que cuidar toda la vida esa máquina que es uno mismo”.

 

El presidente de la CRUE-Sostenibilidad y rector de la Universidad de Burgos, Manuel Pérez Mateos, ha querido destacar la importancia que está tomando la salud y la atención que hacen cada vez más las universidades sobre los temas relacionados con la salud, “tan importantes entre el profesorado como entre el personal técnico y de administración y servicios, pero sobre todo entre los estudiantes, que requieren mucha más de esa atención, ya que están en una situación de cambio de sus vidas. Son personas, en principio vulnerables, que además están en un momento crítico en donde pueden adoptar hábitos saludables para el resto de su vida o todo lo contrario y pueden dejarse llevar por otro tipo de hábitos que realmente les pueden perjudicar de una manera notable”.

 

Informó Pérez Mateos de que el Servicio de Atención a la Salud de la Universidad de Burgos ha hecho varios estudios que demuestran que el 20% de sus estudiantes tienen problemas relacionados con la salud mental, un porcentaje que incluso se supera en un estudio internacional en donde participaron 19 universidades europeas de ocho países que lo eleva hasta el 31%. Eso hace que este sea “un problema de importancia, un problema de trascendencia, que algunos dicen que puede afectar al 4% del PIB de la Unión Europea, es decir, que estamos hablando que tiene también repercusiones económicas que, evidentemente, no son las más importantes, pero siempre decimos que si somos capaces de prevenir los problemas de salud también estamos evidentemente preocupándonos por la economía”.

 

La situación en la UCM

Yolanda García Rodríguez, delegada del Rector para la Promoción de la Cultura Preventiva, coordinó la mesa redonda sobre experiencias y actividades para la promoción de la salud mental en la Universidad Complutense de Madrid, que “está muy comprometida con el desarrollo y la promoción de la salud en general pero también, por supuesto, de la salud mental”. Aclaró que cuenta se habla de promoción de la salud mental, “no hay más remedio que hacer referencia a factores psicosociales, concretamente a los de riesgo, que están relacionados con las características de la organización, del contenido del trabajo, de la carga mental, de los horarios…”.

 

Eso, de acuerdo con ella, se puede extrapolar a los estudiantes, que en la universidad “también están en un entorno de trabajo”, y hay que diseñar estrategias para adecuarlos a las necesidades y actitudes de las personas. Según García Rodríguez, “la promoción de la salud mental no es sólo prevenir, sino que pasa por crear entornos saludables, que no sólo eviten un daño mental, sino que promocionen una buena salud mental”.

 

En la creación de ese entorno saludable tienen mucho que decir el deporte y la cultura, como explicó Isabel García Fernández, vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria. De acuerdo con ella, se está creando en nuestra universidad, un “campus de vida saludable, sostenible e inclusivo en el que promocionar y desarrollar la actividad física y el deporte, pero también aspectos como la cultura y muchas cosas más, como por ejemplo ofrecer a los estudiantes la posibilidad de hacer prácticas en nuestros servicios, en todas las facultades de salud, en todos los centros que tenemos…”.

 

Explicó la vicerrectora que, en su campo, el de las Bellas Artes, “hay muchos estudios sobre la influencia de la cultura en el bienestar, y de hecho, uno de los de los planteamientos es el programa de voluntarios de la Universidad para Mayores donde ya se están viendo resultados muy interesantes, ya que están trabajando en nuestros museos y colecciones de la Universidad Complutense y hay una satisfacción del 100%”. Explicó que ha costado tres años ponerlo en marcha, pero “ha valido la pena, porque los museos son espacios donde uno se siente bien, vamos a ellos porque es una actividad de ocio y en la UCM tenemos 30 museos y colecciones. Quizás hace falta una labor mayor de comunicación para llegar más a los estudiantes para que utilicen más esas colecciones y esos museos, tanto para prácticas como para visitas o para investigación".

 

Se enorgullece García Fernández de que en la Complutense “tenemos las mayores instalaciones deportivas universitarias de toda España”, a las que se les va a añadir este mismo mes de mayo de 2023 el campo de disc-golf, con lo que va a ser la universidad pionera de España que va a ofrecer esa práctica barata e inclusiva. Informó además de que en el último Campeonato del Rector, que es nuestro campeonato interno, han participado más de 4.000 estudiantes, y eso quiere decir que el deporte es importante. Ahora tenemos además “un equipo de cheerleaders, que se van a ir introduciendo en todos los campeonatos, y que fueron reclamadas por los propios estudiantes”.

 

Con respecto a esto último señala la vicerrectora que cualquier miembro de la comunidad universitaria puede hacer propuestas a través de la Oficina de Promoción de la Salud, como las que se han hecho sobre nutrición por parte de PAS.

 

La vicerrectora de Estudiantes, Rosa María de la Fuente, señaló que se han detectado colectivos que acumulan muchas vulnerabilidades en el tema de la salud mental, como los estudiantes de colegios mayores, los que tienen dificultades y frustraciones en los estudios por su propia exigencia, los estudiantes de doctorado y los que tienen problemas socioeconómicos y deben trabajar en rotaciones con empleos precarios y con muchas cargas de dependencia.

 

Asegura la vicerrectora que cada vez le cuesta más hacer grupos de trabajo colectivos, porque “se ha incrementado la falta de confianza en el otro, y hay muchísimas anulaciones por cuestiones de salud mental, y también muchísimo abandono, así como bajo rendimiento, desconexión e incapacidad”. Una medida al alcance de los estudiantes es el servicio Psicall, que desde 2018 atiende a estudiantes y a colegiales de colegios mayores propios y que “durante la pandemia se amplió a todos los colectivos y por eso fue fundamental, por su larga experiencia de atención telemática. También con la COVID se creó un buzón de dificultad de los estudiantes, y se vio que había mucha necesidad de atención socioeconómica y psicológica”.

 

Otras medidas han sido la creación del programa de becas Concepción Arenal, de acompañamiento integral para los estudiantes que tienen muchísima vulnerabilidad. A ello se ha unido, en los colegios mayores, un programa de asesoramiento ya que se ha visto que hay muchas personas con trastornos alimentarios medicados, para los que “se está trabajando mucho en el autocuidado”.

 

Destacó también la vicerrectora otros servicios como la Casa del Estudiante y el Observatorio del Estudiante, con sus proyectos, que “permiten observar los problemas más acuciantes, entre ellos los de salud mental”. A raíz de todo eso, ahora mismo reconoció que están en “un enfoque comunitario y social, porque no hay manera de hacerlo de manera individual”.

 

Cristina Larroy García, directora del Psicall UCM, servicio que se nombró de manera recurrente durante la jornada, explicó que hay muchos estudios sobre la salud mental en estudiantes, pocos de PDI y prácticamente ninguno del PAS, es lo que algunos autores llaman un “pandemia olvidada”. Reconoció que los resultados existentes son un poco tristes, pero son indicadores de lo que hay, y es que en todas las muestras estudiadas existen problemas de bienestar emocional y además en porcentajes altos. “El estrés es el principal problema, por delante de la depresión y la ansiedad, afortunadamente, ya que depresión y ansiedad son trastornos más complejos o más graves, y el estrés está estrechamente relacionado con la sobrecarga laboral percibida y con el agotamiento laboral, es decir tiene más que ver con aspectos relacionados con el trabajo que con otros ámbitos de la vida del sujeto como pueden ser su vida de pareja, su vida familiar etcétera”, aclaró Larroy.

 

A partir de sus datos, informó de que el profesorado muestra mayores niveles de estrés que el personal de administración y servicios cuando se han hecho las comparaciones en diversas universidades y “existen medidas organizacionales y personales que permiten rebajar estos problemas y mejorar el bienestar psicológico de los empleados en la universidad. No todos estamos afectados igual y las mujeres y los jóvenes son los que sufren mayores niveles de estrés o mayores niveles de problemas de salud mental y en eso coinciden todos los estudios, no sólo a nivel universitario, sino también en población general”.

 

En la UCM no se ha hecho un estudio epidemiológico, aunque hay uno previsto por parte del Observatorio del Estudiante, así que los datos que maneja Larroy están recabados de los pacientes que acuden a la clínica, lo que “es claramente una muestra sesgada con respecto a lo que podría ser la población, pero nos dan un indicador de lo que puede estar pasando”. En su caso la mayor parte de los que acuden son jóvenes, solteros, con un encuadre terapéutico de terapia individual y los que menos acuden son los profesores.

 

En la postpandemia lo que más se incrementaron fueron los casos de ansiedad, de trastornos de estado de ánimo y problemas emocionales, y si los niveles de antes no eran demasiado buenos, después de la pandemia se dispararon claramente. Muchos estudios de los que ha leído Larroy hablan de “las universidades como máquinas de ansiedad y las llaman así porque desde hace unos 15 años aproximadamente las cargas de trabajo han empezado a incrementarse de manera importante y eso tiene mucho que ver con los rankings, por lo menos es lo que dicen los estudios, y parece lógico que tenga que ver con ese sometimiento continuo a las clasificaciones, que hacen que los profesores tengan en este caso que trabajar más, que publicar más, que investigar más…”.

 

Asegura la directora de Psicall que muchos profesores tienen la sensación de que ya “no tienen tiempo para pensar, porque entre la carga burocrática, la carga docente, la carga de investigación, la carga de publicar, la carga de someterse a tener proyectos de un lado, proyectos docentes, de investigación de transferencia… no queda tiempo para nada”. Para evitarlo habría que asegurar trayectorias profesionales que ofrezcan oportunidades de desarrollo, de seguridad en el empleo, y también son muy importantes las mejoras en los procesos de conciliación.

 

Reconoce que todo esto se está empezando a trabajar pero “falta mucho aún, nos falta mucho para llegar y también tenemos otros tipos de medidas, como programas desde el punto de vista psicológico, para la reincorporación laboral de personal con trastorno mental, ayudas al acceso a servicios,,, Y, por supuesto talleres, medidas asistenciales,  intervenciones individuales de tipo paliativo o bien de grupo paliativo, pero es mucho más importante la intervención preventiva y la psicoeducación y ahí también puede formar parte o puede entrar a formar parte del PsiCall, que debería abrirse quizás al resto de la comunidad complutense y no sólo dedicarse a estudiantes”. Concluye Larroy afirmando que “con poco coste se puede hacer mucho y llegar a muchas personas, y las universidades tienen el deber de cuidar a sus empleados”.