IGUALES

La campaña se lanzó a finales de 2010 y en este tiempo ha conseguido llegar a ciudades de varios países del mundo

La campaña complutense “Si tú subrayas, yo no leo” llega a universidades de varios continentes

Texto: Jaime Fernández - 26 ene 2021 19:14 CET

A finales del año 2010, coincidiendo con la celebración de la Semana de la Discapacidad en la UCM, la Oficina para la Inclusión de Personas con Diversidad (OIPD), en colaboración con las bibliotecas de los treinta y cinco centros de la Complutense, puso en marcha la campaña "Si tú subrayas, yo no leo". Ahora, la iniciativa ha llegado a otros campus universitarios nacionales e incluso se ha hecho internacional en centros de Italia, Portugal y Colombia.

Gran parte de la información a la que accedemos de manera cotidiana está contenida en textos vertidos sobre el papel. Eso que es un gran avance para la difusión de la cultura, puede ser limitante para las personas con discapacidad visual o para todos aquellos que tienen trastornos del aprendizaje, dislexia, o cualquier otro tipo de problemas para acceder al texto escrito. Es cierto, que hoy en día existen programas informáticos que convierten los libros en archivos de audio accesibles para esas personas con dificultades en la lectura, pero la eficacia de estos sistemas se ve muy reducida cuando los libros están subrayados.

 

Antonia Durán, coordinadora de la OIPD, cuenta que “se creó la campaña ‘Si tú subrayas yo no leo’ por necesidad, porque había muchos estudiantes con discapacidad visual que pedían ayuda porque cuando iban a buscar el material bibliográfico que les mandaban los profesores y las profesoras, los libros estaban subrayados. Al pasarlos por programas como OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres) las páginas estaban inutilizadas, había que escribir los libros enteros y ese era un trabajo inasumible”.

 

El proceso de escaneado lo lleva a cabo directamente el personal de la Oficina para la Integración de las Personas con Discapacidad (OIPD) y como comentaron al lanzar esta iniciativa, si el libro que se escanea está subrayado el tiempo que se dedica a este proceso se puede multiplicar por quince o por veinte, porque hay que transcribir las partes de los textos subrayados manualmente, con lo que eso puede implicar de errores a la hora de copiar. Isabel Gutiérrez Sanchez, bibliotecaria del Servicio de Gestión de Colecciones de la Biblioteca de la UCM, explica que “el OCR no puede capturar las letras subrayadas, y las suele confundir con símbolos diacríticos, y ese es un problema gravísimo a la hora de poder acceder a la información”.

 

Ante esta dificultad, a las responsables de la OIPD se les ocurrió crear esta campaña de concienciación ‘Si tú subrayas, yo no leo’, para que “los estudiantes que subrayan libros se den cuenta de las barreras que están creando, en muchas ocasiones sin ser conscientes de ello”. Tanto Antonia Durán como Isabel Gutiérrez y Carmen Vicente, delegada de la decana para la Diversidad y Sostenibilidad en la Facultad de Trabajo Social, coinciden en que se trata de respetar el derecho a la información de todos los estudiantes, algo “necesario para poder desarrollar su vida académica en las mejores condiciones posibles”.

 

Desde 2018, la UCM ha llevado la campaña a otras instituciones. Dentro de España, algunas como el Centro de Formación Profesional San Juan de la Cruz (Pozuelo de Alarcón), la Universidad de Extremadura, la Universidad Pablo de Olavide y la Universidad de Murcia. Y en el extranjero, la Universidad de Génova y la Universidad Deglistudi di Brescia, de Italia; la Universidad de Minho, de Portugal; y el CEMI (Centro de Estudios Médicos Interculturales), la Universidad de La Sabana y la Universidad del Rosario, de Colombia.

 

El proyecto se ha presentado además en la reunión del proyecto europeo RISEWISE, celebrada en Estocolmo en 2020, y allí precisamente lo conoció Nuccia Gianelli, bibliotecaria de la Universidad de Génova, quien considera que es una campaña “fácil de exportar, porque no cuesta mucho y da la oportunidad de llamar la atención sobre temas útiles que van más allá del derecho a la lectura, ya que se refieren al contexto de las barreras inconscientes. Es decir, hacemos actos diarios muy normales sin darnos cuenta de que vamos creando barreras”. Idea que comparte María Ángeles Medina, coordinadora de la UCMd+I (Unidad de Apoyo a la Diversidad e Inclusión) en la Facultad de Estudios Estadísticos, quien recuerda que los libros públicos no son solamente para el que lo lee en un momento determinado, sino “también para todos los estudiantes que muchas veces no pueden comprar el libro, porque suele estar descatalogado”.

 

En manos de todos nosotros está el colaborar con la campaña con un gesto tan sencillo como no subrayar los libros que otros podrán necesitar.