IGUALES
La Complutense reivindica a la pianista Marita Caro, "otra mujer invisible"
16 dic 2022 11:35 CET
Marita Caro es, a juicio de la crítica musical, una de las más importantes pianistas españolas del siglo XX. Sin embargo, según relata la delegada del rector para Igualdad, Isabel Tajahuerce Ángel, cuando falleció, el 18 de diciembre de 2017, la noticia era que “había muerto la mujer de Cristóbal Halfter y madre de Pedro Halfter. Era otra mujer invisible”.
Fue, precisamente su hijo Pedro, quien propuso, hace alrededor de dos años, a la profesora Tajahuerce y a su equipo de la Unidad de Igualdad sacar a su madre del olvido y presentarla tal cual fue a las nuevas generaciones de mujeres y hombres, “para que conozcan que hubo mujeres que, pese a lo difícil que lo tuvieron, fueron mujeres brillantes, que muchas veces tuvieron que quedar en un segundo plano y quedar invisibilizadas. Es algo que tenemos que recuperar y homenajear con toda nuestra fuerza para que sus nombres no se pierdan”, recalcó la delegada en la presentación del acto dedicado este 15 de diciembre en el Paraninfo Histórico de la Universidad Complutense -lugar en el que su marido, Cristóbal Halfter, fue investido doctor honoris causa por la UCM- a la “Memoria de la pianista Marita Caro”.
En el homenaje se ha mostrado el principal resultado de aquella propuesta de Pedro Halfter a la Unidad de Igualdad de la UCM: el documental “Marita Caro. Haciendo posible lo imposible”, realizado por la profesora de la Facultad de Ciencias de la Información Carlota Coronado y Giovanni Macceli. En él, sus hijos, Pedro y Alonso, varias de sus amigas y amigos, alumnas, compañeras y destacado músicos y musicólogos como Tomás Marco, Ana Comesaña o José Luis Temes, hablan de su vida y, sobre todo, de su valor como pianista. A diferencia de otras mujeres de su época, Marita Caro sí continuó una vez casada su propia carrera profesional. De hecho, fue de las primeras mujeres pianistas que interpretaron como solista, no solo con la Orquesta Nacional de España, sino con muchas de las más importantes del mundo. Sin embargo, para muchas personas Marita Caro fue más conocida por ser la esposa de Cristóbal Halfter. En el documental, Ana Comesaña, actual directora artística de la Joven Orquesta Nacional de España, cree que lo más apropiado es dar a cada uno de ellos su propio peso: “Eran dos soles inmensos y ambos con luz propia y una luz muy distinta, además. Nos ha quedado como legado ambas luces separadas y también la suma de ambas luces, que es deslumbrante”.
El documental comienza con el relato que hace Pedro Halfter de lo sucedido hace unos años cuando su padre presentó una partitura para piano a un concurso organizado por Paloma O´Shea y que el jurado consideró “imposible de interpretar”. Tras aprenderse de memoria la partitura, su madre invitó a O´Shea y al jurado a su casa para demostrarles que ella sí la podía interpretar.
Junto a la proyección del documental producido por la Unidad de Igualdad de la UCM, el acto homenaje incluyó un concierto de piano en el que Pedro Halfter interpretó una de las piezas más complejas a las que se enfrentan quienes se sientan ante el piano: Las variaciones Goldberg, de JS Bach. Antes de enfrentarse a ellas, Pedro Halfter pronunció unas palabras sobre su madre. Primero compartió que los momentos en los que tocaba el piano a cuatro manos junto a su madre fueron los más felices de su infancia. Es más, como recordó Isabel Tajahuerce en la presentación del homenaje, en una entrevista para el Instituto Cervantes, Pedro confesó que si él se ha dedicado a la música -además de pianista, es un destacado director de orquesta y actual director artístico del Teatro de la Maestranza de Sevilla- no fue por su padre, sino por su madre. Por último, explicó por qué había elegido Las variaciones Goldberg para homenajear a su madre: “Cuando murió fue el día más triste de mi vida. Cuando volví a su casa, encima del piano estaban sus gafas y la partitura de Las Variaciones Goldberg. Para mí fue como un mensaje”. Halfter explicó que esa partitura de Bach -“el Everest de cualquier pianista”- empiezan y terminan con la misma aria. En medio están las 30 variaciones en las que la música te va llevando de los lugares más oscuros a los más luminosos, de la tristeza al humor, de la felicidad al… “Un poema de Elliot dice que todo principio es un final y todo final es un principio. Para mí este acto de hoy es exactamente lo mismo: es el final del olvido y el principio del reconocimiento”, concluyó Pedro Halfter antes de comenzar a tocar esas mismas notas que tantas veces escuchó a su madre interpretar. “Eran su obsesión”.