DOCENCIA
La Facultad de Educación inaugura el Laboratorio de Lectura Roelibros, un espacio para leer el mundo
Texto: M.ª Teresa Mateo-Girona, Fotografía: Facultad de Educación - 30 abr 2025 09:30 CET
La Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid inauguró el pasado 24 de abril el Laboratorio de Lectura Roelibros, Situado en la planta inferior de la Biblioteca de la facultad de Educación, este nuevo espacio, que surge de un proyecto de innovación docente, nace con la vocación de fortalecer y transformar la formación lectora de los futuros docentes mediante el contacto con el libro impreso y la experimentación pedagógica, y se abre también a colegios del barrio con el objetivo de fomentar el placer por la lectura desde la infancia.
El decano, Gonzalo Jover abrió el acto de inauguración con unas palabras de bienvenida, en las que destacó el valor formativo de este nuevo laboratorio para el alumnado, así como su misión de apertura al barrio y a la comunidad educativa. “Roelibros será un lugar de encuentro entre la universidad, la escuela y la sociedad”, subrayó.
A continuación, el director de la Biblioteca, Juan Carlos Domínguez, presentó la nueva disposición de los fondos de Literatura infantil y juvenil. Explicó la reconversión del espacio, anteriormente destinado a la Hemeroteca —donde se conservaban revistas en papel que han pasado a formato digital—, en el actual laboratorio. Informó de que los libros han sido reorganizados mediante un sistema de cartelería con códigos de colores, diseñado para facilitar la consulta de los usuarios. Detalló que de los 4.048 ejemplares que integran el fondo de Literatura Infantil y Juvenil del depósito, 1.820 títulos se han incorporado a los estantes del nuevo laboratorio.
La profesora Carmen López Escribano, directora del proyecto de innovación docente para la Creación del Laboratorio de Lectura Roelibros, agradeció el esfuerzo conjunto de todas las personas implicadas en el proyecto, y destacó que el laboratorio no será solo un lugar físico, sino un auténtico espacio de aprendizaje para los futuros maestros y maestras.
López Escribano articuló su intervención en torno a cinco razones fundamentales que justifican la creación de este laboratorio, todas ellas basadas en investigaciones recientes sobre aprendizaje y neurodesarrollo:
Importancia de la experiencia sensorial y motriz en la infancia. Siguiendo a autores como Jean Piaget y Lev Vygotski, explicó que los primeros aprendizajes se construyen a través de la experiencia sensorial y motriz, y que los adultos deben acompañar este proceso para estimular la llamada “zona de desarrollo próximo”. Remarcó que, desde una perspectiva neurológica, durante los primeros años se desarrollan preferentemente los lóbulos occipitales y parietales, responsables de las funciones sensoriales y motrices, lo que refuerza la necesidad de una pedagogía basada en la manipulación y en el contacto directo con materiales físicos como los libros impresos, en contraste con el uso prematuro de pantallas.
Descenso en los niveles de comprensión lectora. Con base en estudios recientes, no parece que la lectura digital favorezca un nivel de comprensión lectora profunda. Esto se debe a que alcanzar niveles de comprensión lectora profunda requiere la creación de circuitos neuronales complejos, formados mediante la práctica constante y las lecturas a las que se les dedica el tiempo necesario para pensar y reflexionar en soporte físico. Por ello, la vuelta al texto impreso, compartida con la lectura digital, se hace una necesidad educativa.
Pérdida de la cultura de biblioteca en el ámbito universitario. Constató que el uso de las bibliotecas por parte del alumnado universitario ha disminuido, desplazado por el acceso rápido a información digital. No obstante, subrayó que la lectura reposada de textos impresos sigue siendo fundamental para el desarrollo del pensamiento crítico y la comprensión profunda.
Pedagogía de la lectura por placer. Carmen López enfatizó que el maestro y la maestra de educación infantil no solamente deben limitarse a conocer los métodos y procedimientos de enseñanza de la lectura, sino que, primeramente, deben ser lectores. Al estar familiarizados con la literatura infantil, conocer las estrategias de lectura compartida y sentir placer por la lectura, lo que se conoce actualmente como la “pedagogía de la lectura por placer”, transmitirán su pasión por leer no como una obligación escolar sino como un acto de disfrute personal.
Clasificación de la sección “Temática”, desde la Teoría ecológica de los sistemas de Bronfenbrenner. Finalmente, explicó que en la que clasificación de los fondos del laboratorio, al ser la lectura una competencia instrumental básica transversal a todas las áreas de conocimiento, están representadas todas las materias. En concreto, de las tres secciones (“Literatura”, “Temática” y “Conocimiento”), para la clasificación de “Temática”, describió que se ha seguido la teoría ecológica de los sistemas de Bronfenbrenner. Esta teoría defiende que el bienestar del niño ocupa el centro, por lo tanto, se visualiza a nivel micro en las categorías: “emociones”, “rutinas”, “salud”. Le siguen los entornos más cercanos o el nivel meso: “familia”, “escuela”. Por último, los sistemas más amplios se encuentran en el nivel macro: “valores”, “diversidad”, “medio ambiente”, “religiones-celebraciones”. Esta distribución permite que la lectura se conecte de manera natural con todas las áreas del desarrollo personal y social del niño.
A continuación, tomó la palabra Begoña Regueiro Salgado, profesora de Didáctica de la Lengua y la Literatura, miembro de proyecto y directora del grupo ELLI (Educación Literaria y Literatura Infantil), del que también han participado en este proyecto: Gerardo Fernández San Emeterio, Laura Sánchez Gómez, Miguel Ángel Martín Hervás y Santiago Bautista. Inspirándose en ideas desarrolladas por Felipe Munita, defendió que “los buenos libros enseñan a leer”, y que el contacto continuo con corpus literarios diversos favorece el desarrollo de la competencia lectora.
Regueiro se centró en la presentación de la sección de lectura literaria, en cuya clasificación este grupo de investigación ha trabajado especialmente, y donde se hallan los libros considerados libros literarios, es decir, aquellos que conducen al lector a la interpretación y al disfrute, y no solo a la comprensión. Estos libros implican, por tanto, un tipo de lectura en la que, además de la competencia técnica de la lectura, se busca el placer. Se trata de una lectura literaria que incluye la apropiación subjetiva del texto, espontánea y emocional, a la par que una lectura más intelectual que utiliza procedimientos de análisis e interpretación (Munita, 2021). Al igual que defiende Senís, Begoña argumentó que la literatura no se explica, se lee; por lo que el contacto con textos literarios revela que la literatura es un juego con sus propias reglas, diferentes a las del lenguaje estándar.
Desde esta concepción de la lectura como un proceso de interacción entre un texto y un lector activo que lee con una finalidad ─atendiendo a los tres tipos de lectura: instrumental, científica y literaria─, explicó cómo se estructuró la triple división de las secciones del fondo bibliográfico, siempre teniendo en cuenta el marco de los libros dirigidos a niños y niñas, adolescentes, y formadores y formadoras: Literatura (lectura literaria). La subdivisión responde a los grandes géneros literarios: “narrativa”, “poesía” y “teatro”; a los que se han añadido también: “cuentos tradicionales”, “álbum ilustrado” y “adaptaciones”. Temática (lectura instrumental). Son libros que forman parte de aprendizajes básicos como: “emociones”, “rutinas”, “salud”, “familia”, “escuela”, “valores”, “diversidad”, “medio ambiente” y “religiones-celebraciones”. Conocimiento (lectura científica). Son libros de divulgación sobre distintas áreas de conocimiento, vinculados a las materias que se imparten en la facultad, como: “historia”; “naturaleza”, “conocimiento del medio”, “artes visuales” y “matemáticas”.
Además, detalló la creación de secciones especiales, como: Recursos y materiales para mediadores -dirigidos a quienes median entre los libros y los niños y las niñas, favoreciendo su contacto con los textos (profesores, bibliotecarios o animadores culturales)-, Prelectores -donde se pueden encontrar libros-juguete en los que prima lo sensorial, y algunos abecedarios donde aparecen las primeras palabras que aprenden-, Idiomas -con libros en las diferentes lenguas que se enseñan en la facultad- y Comerciales -donde se incluyen fenómenos editoriales de gran impacto en el mercado, ya sea por sus características implícitas (temáticas específicas, texturas, olores, etc.), ya sea por un fuerte apoyo mediático (el caso de las versiones de las películas de Disney, por ejemplo)-.
Por último, Regueiro enfatizó que la clasificación responde no solo a criterios de contenido o de edad, sino también a los tipos de lectores: novel, medio o experimentado. Especialmente en la narrativa se ha hecho una división por franjas de edad para orientar a los lectores. Concluyó que el contacto directo con textos literarios de calidad es esencial para entender que la literatura no se explica, sino que se vive, se interpreta y se disfruta. Para ilustrarlo, leyó un libro álbum y un poema ante el público, demostrando la potencia emotiva y formativa de los textos literarios.
Como colofón del acto, las estudiantes Nora Mahfoud Balboa, Argentina Fernández Romagosa y María Águeda Fernández-Mayoralas, alumnas de 3º Grado de Maestro en Educación Primaria (GBL) y ganadoras del Concurso de Lectura en Voz Alta “Jaime García Padrino”, compartieron su experiencia de impartir un taller de lectura en un colegio. Relataron cómo desarrollaron un taller basado en un viaje lector por los cinco continentes, donde cada parada incluía la lectura de un texto elegido por los futuros maestros y maestras de Primaria, a partir de los fondos del Laboratorio. En el caso de Nora, Argentina y María, el continente que eligieron fue Oceanía. En su parada del taller realizado en el colegio, cada una leyó una parte de la leyenda sobre el Uluru. Al terminar, desarrollaron actividades con los niños y niñas, tanto de comprensión como de expresión escrita.
Además, en esta experiencia, que valoraron muy positivamente para su formación, explicaron que pudieron ver cómo la lectura es algo que está presente en la vida de los niños y niñas, y que, realmente, es algo que les llama la atención. Se encontraron a muchos que definían la lectura como su distracción o momento de desconexión, lo cual piensan que es muy positivo como punto de partida para el desarrollo de la competencia lectora. Por otro lado, pudieron observar que había niños que presentaban una relación más negativa con la lectura, por lo que, como futuras docentes, reflexionaron que debían evitar que los niños desarrollasen estos prejuicios y este rechazo hacia algo tan bonito como es la lectura. “Como futuras maestras”, concluyeron, “uno de nuestros principales objetivos debe ser inculcar el amor por la lectura, porque las historias son algo que todos amamos”.
Cerraron su participación con la lectura del cuento Roelibros, el ratón, de Gloria Fuertes, obra que da nombre al Laboratorio. Así, la lectura final del cuento Roelibros, el ratón, fue un símbolo de que cómo este nuevo espacio está pensado para invitar a leer, soñar y construir conocimiento a todos y a todos los que, desde ahora, crucen sus puertas.
M.ª Teresa Mateo-Girona es profesora ayudante doctora del Departamento de Didáctica de las Lenguas, Artes y Educación Física-Sección Lengua Española y Literatura, de la Facultad de Educación-Centro de Formación del Profesorado