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La profesora Marta Ábalos, medalla de la IAMAS a la mejor carrera científica temprana

La profesora Marta Ábalos, medalla de la IAMAS a la mejor carrera científica temprana

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 30 jun 2021 13:32 CET

IAMAS (Asociación Internacional de Meteorología y Ciencias Atmosféricas) ha decidido conceder este año su medalla a la Mejor Carrera Científica Temprana a la profesora de la Facultad de Ciencias Físicas, Marta Ábalos. Ella misma explica que IAMAS es una de las ramas de la Unión Internacional de Geodesia y Geofísica (IUGG), y que desde 2015 establecieron medallas para premiar la trayectoria de jóvenes investigadores que hayan hecho aportaciones destacables en el campo de los estudios atmosféricos. Entre los méritos de Ábalos está el haber sido coautora del Informe de Evaluación del Ozono de 2018 de la Organización Meteorológica Mundial / Panel Ambiental de las Naciones Unidas, rol que ha repetido en el Informe que se publicará en 2022.

 

La medalla no conlleva ninguna retribución económica, pero sí el prestigio que implica, así como la presentación de sus trabajos en el congreso virtual, que se llevará a cabo en el mes de julio de 2021, sobre la relación Atmósfera-Criosfera-Océano. Explica Marta Ábalos que, si este fuera un año sin pandemia, el congreso se haría de manera presencial y le entregarían una medalla física, pero “eso es lo de menos, lo más importante es el reconocimiento internacional por el trabajo realizado”.

 

Ábalos estudió Ciencias Físicas en la Universidad Complutense, donde cursó también un máster y el doctorado. Durante la elaboración de su tesis, realizó varias estancias en Estados Unidos, en el National Center for Atmospheric Research, donde estableció muchos contactos, entre ellos a William J. Randel, quien sería luego codirector de la tesis junto a la profesora complutense Encarnación Serrano Mendoza.

 

Tras aquello hizo un primer postdoc de algo menos de dos años en París, en el Laboratoire de Météorologie Dynamique, que “también es un sitio muy bueno”, y un segundo postoc en el centro de Estados Unidos donde ya había hecho las estancias.

 

Después de cuatro años en el extranjero quería volverse a España, así que pidió muchas ayudas, entre ellas la del programa de Atracción de Talento de la Comunidad de Madrid, que es una “beca de cuatro años, muy atractiva, porque te permite pedir proyectos”. De hecho, pidió un proyecto nacional con un compañero Ramón y Cajal, y se lo concedieron, y eso le ayudó a tener financiación para poder contratar a alguien y viajar a congresos. Al terminarse la ayuda la Comunidad de Madrid se presentó al Plan de Estabilización de Investigadores y desde marzo de este año ya es contratada doctor interina de Físicas, donde el próximo curso va a impartir una asignatura de Circulación de la Atmósfera en el máster de Meteorología y Geofísica, así como Physics Fundamental II para el primer curso del grado de Físicas.

 

Los contactos y la presencialidad

Añade Ábalos que ir a centros como los de Estados Unidos o Francia le ha permitido “conocer a gente de todo el mundo y ver la ciencia que se está haciendo, así como poder discutir sobre ciencia y ver cómo se trabaja desde diferentes perspectivas”. Eso sí, defiende que hay que viajar menos de lo que se estaba haciendo hasta ahora, sobre todo estando “dentro de la investigación del clima, donde se confirma que las emisiones del transporte hay que reducirlas”.

 

Cree, por eso, que “vamos a aprender de la pandemia y de esta experiencia del mundo virtual para hacer congresos semipresenciales y no tener que viajar tanto, aunque cuando se está en un sitio físicamente, y tomas un café con alguien surgen conversaciones con mucha naturalidad de las que se aprende mucho y que pueden acabar en colaboraciones”. Es consciente de que, de momento, eso se pierde por Internet, aunque en algún congreso virtual ya hay coffee breaks con aplicaciones hechas para eso, pero “sigue sin ser lo mismo”.

 

La investigación

Desde la tesis doctoral, Ábalos siempre ha estado trabajando en la dinámica de la estratosfera y el transporte de trazadores que son importantes para conocer cómo evoluciona la capa de ozono. Últimamente se ha centrado mucho en los efectos de las emisiones humanas sobre la circulación estratosférica, entendiendo por emisiones tanto los gases de efecto invernadero como sustancias que destruyen la capa de ozono. Los cambios que producen “esas emisiones en la circulación estratosférica tienen efectos en la concentración de trazadores, en la estratosfera y la alta troposfera, que son muy importantes para el balance radiativo terrestre”, que es la diferencia entre la radiación solar entrante y la radiación terrestre saliente.

 

Ahora está trabajando con modelos climáticos y simulaciones de futuro y de pasado para ver si los cambios en la circulación se pueden atribuir a las emisiones mencionadas, y luego comparar los modelos con las observaciones. Reconoce Ábalos que hay una cuestión abierta muy importante y es que “todos los modelos dicen que se va a acelerar la circulación estratosférica, la denominada circulación Brewer-Dobson, pero no se ha comprobado todavía en observaciones, sobre todo en la parte alta de la estratosfera, donde hay mucha incertidumbre”.

 

Otra cuestión abierta es que se ha visto la recuperación de la capa de ozono, sobre todo en la Antártida, pero mientras que los modelos dicen que se debería estar viendo ya en altitudes medias del hemisferio norte, las observaciones muestran que todavía está disminuyendo en esas latitudes. Hay varias hipótesis de por qué puede ser así, y casi todas ellas apuntan a la variabilidad interna del propio clima y de la dinámica de circulación. De un año para otro, de acuerdo con Ábalos,” hay condiciones distintas por la cantidad de ondas atmosféricas que se emiten desde la superficie terrestre y se propagan a la estratosfera afectando a la circulación, que es la que determinada cuánto ozono hay en una región concreta”.