IGUALES

Rosa San Segundo e Isabel Tajahuerce / Fotografía: Marta Reig

La repercusión del confinamiento por Covid-19 en la actividad investigadora de las mujeres

Texto: Tania Tena Pérez y Marta Reig González - 24 jun 2021 10:32 CET

Los pasados 16 y 18 de junio tuvieron lugar las dos primeras jornadas organizadas por la Unidad de Igualdad de la UCM en el marco del Proyecto “Impacto de género del confinamiento por Covid-19 en la actividad investigadora” financiado por el Instituto de las Mujeres y para la Igualdad de Oportunidades.

 

El confinamiento originado por la crisis sanitaria derivaba de la Covid-19 ha evidenciado las diferencias de género que se siguen perpetuando en la cotidianidad de las mujeres. Durante esos meses, las denuncias y consultas por violencia de género se dispararon, los problemas para la conciliación de la vida personal y laboral se agudizaron, entre otros, y de nuevo, se pudo observar la necesidad y urgencia de seguir trabajando e investigando desde una perspectiva feminista.

 

De esa situación de emergencia, toma forma el Proyecto “Impacto de género del confinamiento por Covid-19 en la actividad investigadora”, con el principal objetivo de estudiar las consecuencias originadas por el confinamiento en el Personal Docente e Investigador (PDI) de la UCM desde un análisis de género. Para ello, el pasado mes de mayo se lanzó una encuesta mixta al PDI de la universidad; la encuesta respondió a preguntas cerradas y abiertas en las que las personas encuestadas pudieron expresarse y explicar sus diversas situaciones.

 

Los estudios feministas y de género como área de conocimiento específica

Rosa San Segundo, catedrática de la Universidad Carlos III y Presidenta de la Plataforma Universitaria de Estudios Feministas y de Género (EUFEM), fue la encargada de iniciar las jornadas el 16 de junio con su conferencia “Ausencia del área de género y de estudios científicos feministas”. San Segundo, partió del contexto histórico de prohibición del acceso a la educación y a la escolarización de las mujeres, conocido como “genocidio cultural de la mujer”, para situarnos en una actualidad que continúa siendo desigual en la mayoría de los aspectos de la actividad académica.

 

La catedrática señaló que ahora las mujeres tienen mayor nivel formativo que los varones, mejor expediente académico en primaria, secundaria y universidad y, cada vez, son más estudiando posgrados y doctorados, sin embargo, según se asciende en cargos académicos, se va las va segregando más: “los puestos de toma de decisiones siguen cayendo en su mayoría en varones”. También señaló cuáles son estos mecanismos de segregación, tales como “el suelo pegajoso, el techo de cristal, el techo de cemento o el conocido Efecto Matilda”.

 

Para el cambio de esta situación de desigualdad, habló de la necesidad de reformar la propia ciencia, de la importancia de “una epistemología feminista como mecanismo imprescindible para el ámbito académico”, ya que para San Segundo “tenemos una ciencia con rasgos sexista y androcéntricos y es una perdida en todos los ámbitos. No existe ningún ámbito científico donde excluir la perspectiva de género no vaya en detrimento de la ciencia”. Terminó su intervención proponiendo quitar las barreras segregadoras y señalando la necesidad de crear un área de conocimiento especifica en estudios feministas y de género porque, en sus palabras, “no podemos tener una universidad de calidad con practicas segregacionistas”.

 

Le siguieron la palabra el Coordinador del Observatorio de Igualdad, Lorenzo Escot Mangas, y la Coordinadora del Proyecto, María López Vázquez, que estuvieron encargadas de mostrar los resultados de la encuesta realizada el pasado mayo al PDI de la UCM.

 

Lorenzo Escot comenzó su intervención hablando del contexto y situación de partida del Personal Docente Investigador y del Personal Investigador de la universidad, señalando el aumento de la incorporación de mujeres PDI en los últimos diez años y, por lo tanto, generando una reducción de la brecha de género. Las figuras académicas de catedráticas/os y profesorado emérito son las que mayor desigualdad siguen presentando.  

 

María López Vázquez, por su parte, resaltó la relevancia de la encuesta realizada y es que ha permitido conocer la situación socio familiar del PDI al no centrarse únicamente en aspectos cuantitativos, sino profundizar también en la parte cualitativa: la parte personal que está ligada a lo profesional. Estas respuestas permitieron conocer la manera desigual en la que el confinamiento afectó a las mujeres PDI y a los hombres PDI, “la situación extrema que generó el confinamiento por Covid - 19 ha puesto sobre la mesa, una vez más, que existe una socialización por roles género que provoca que las mujeres sigan siendo las responsables del ámbito privado y de los cuidados y, en esta tesitura siempre dejan algo de lado, en este caso, la actividad investigadora”, concluyó.

 

El mal teletrabajo: feminizado y precarizado

El segundo día de estas jornadas contó con la participación de Paula Ruiz Torres, Coordinadora Confederal de la Unión de Técnicos y Cuadros de la Unión General de Trabajadores (UTC-UGT) y Vicepresidenta de Eurocadres, Carmen Saban Vera, Profesora del Departamento de Estudios Educativos. Especialista en Educación Permanente en el ámbito de la Educación social, y Santiago García Campá, Profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad Jaume I. Miembro del proyecto europeo ETHNA System, además de con la presencia de la Delegada del Rector para la Igualdad de la Universidad Complutense de Madrid, Isabel Tajahuerce Ángel.

 

Paula Ruiz, abrió esta sesión con su conferencia “Teletrabajo, corresponsabilidad y desarrollo profesional”. En su análisis definió la situación laboral actual como un “mal teletrabajo” y explicó que teletrabajo no es sinónimo de conciliación. El teletrabajo es “una forma de prestación de servicios entre la empresa y la trabajadora o trabajador, que tiene carácter voluntario y reversible”, argumentó. Y señaló que es necesaria una regulación con perspectiva de género “de no ser así, el teletrabajo se va a feminizar y va a ser una trampa para las mujeres, por la doble carga que conlleva”.

 

Las consecuencias de este “mal teletrabajo” las hemos visto en 2020 durante el confinamiento. Las profesionales, investigadoras, científicas, profesoras, etc. se han encontrado con que, en los hogares, la corresponsabilidad no se ha dado, ellas han asumido la mayor parte del trabajo doméstico. Por esta razón, el tiempo de aprovechamiento para desarrollar su carrera profesional ha sido mucho menor que el de los hombres. “El teletrabajo ha sido un lastre para el 43% de las mujeres, y una carga para desarrollar sus carreras”, afirma Paula Ruiz. 

 

Esta situación repercute directamente sobre el ascenso laboral de las mujeres y sus pensiones. “Ellas han dedicado 13 horas al trabajo no remunerado semanal, que no han podido dedicar ni así mismas ni a su carrera”, indica. Las mujeres también están padeciendo más las consecuencias psicosociales, por eso muchas mujeres quieren dejar el teletrabajo.

 

“No podemos permitir que, en el siglo XXI, las mujeres, tengan que elegir entre el trabajo y su ámbito familiar”, denunció Paula Ruiz, recordando que la corresponsabilidad tiene cuatro ámbitos: las Instituciones Públicas, los sindicatos, los hombres y las mujeres.

 

Para concluir, afirmó que: “debemos garantizar el derecho a la desconexión. No debemos concebir el teletrabajo como una forma de conciliación. Hay que asegurar el derecho a la desconexión y garantizar instrumentos para teletrabajar: inversión en tecnología, implementación de un plan de riesgos laboral y evitar que se desvincule a la persona que teletrabaja de su departamento físico”.

 

“Pero, ¿alguien esperaba otros resultados de la pandemia?”

La mesa redonda giró en torno a “teletrabajo, conciliación y corresponsabilidad. Obstáculos a la carrera investigadora de las mujeres”. Carmen Saban Vera, profesora del Departamento de Estudios Educativos, explicó que, el impacto general de que, durante el confinamiento la gestión de las actividades sociales, laborales y familiares se realizara en un espacio único, fue que “las mujeres se han visto sometidas a trabajos de menor calidad, reducción de ingresos, reducción de la jornada laboral, empeoramiento de la salud laboral, incremento de las horas, del trabajo no remunerado y de la violencia de género”. Las mujeres están una situación más vulnerable y el riesgo de que sufran exclusión social a crecido un 15,5%.

 

Santiago García Campá abundó en la idea del mal teletrabajo y señaló que la respuesta a la pregunta, ¿quién utilizaba el trabajo parcial para conciliar? Es la misma que a la pregunta ¿quién utiliza el teletrabajo para conciliar? Las mujeres. Explicó que esta desigualdad en el reparto del tiempo y de los recursos durante el confinamiento es una cuestión de poder. Los esquemas que han regido la toma de decisiones en los hogares en torno a la corresponsabilidad son discriminatorios. “La figura del sustentador universal se ha extendido, pero la figura del cuidador universal no. Todavía existe la tentación de que las mujeres se consideren fuerza de reemplazo de los hombres y no podemos caer en su reproducción en el lo domestico. Es decir, que los hombres se conviertan en un remplazo, pero cuando acaba la crisis dejen de responsabilizarse de las tareas”.

 

García Campá, por su parte, insistió en que, si no hay políticas para la igualdad, la desigualdad se mantiene o se incrementa. “La afirmación de que mujeres y hombres son iguales sigue siendo un espejismo que los datos no confirman”, advierte. También incidió en que, la situación a la que ha conducido el Covid-19, ha evidenciado que los avances en igualdad no son tan intensos como creíamos y son más precarios. “La discriminación es la desigualdad en acción” ha explicado el profesor de Derecho del Trabajo. “Si partimos de una situación de desigualdad es muy difícil que una crisis la torne en una situación de igualdad. El resultado ha sido un agravamiento de la situación de partida”.

 

El proyecto “Impacto de género por Covid-19 en la actividad investigadora” se prolongará en los próximos meses a través de la celebración de diferentes jornadas y conferencias. Podréis informaros de las próximas convocatorias a través de la página web de la Unidad de Igualdad (www.ucm.es/unidadeigualdad) y de sus Redes Sociales.

 

Se pueden visionar estas jornadas en el Canal de Youtube de la Unidad de Igualdad: