IGUALES

Mesa redonda celebrada en la jornada

La Unidad de Igualdad celebró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Texto: Manuel Rodríguez Gago, Fotografía: Aitor García y María Isabel Barredo - 13 feb 2023 09:50 CET

El dinero en las sociedades actuales es esencial para la vida; no podemos darle superioridad moral a la pobreza. Así inauguraba Magdalena Suárez Ojeda, directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad Complutense de Madrid, la Jornada celebrada con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

 

Isabel Tajahuerce Ángel, delegada del Rector para la Igualdad, planteó que las mujeres son socializadas en la idea de que la pobreza es ética, y no está bien visto que las mujeres quieran enriquecerse, algo que va marcando sus vidas y alejándolas de los puestos de responsabilidad o de los empleos mejor remunerados para dedicar más tiempo (o todo su tiempo) a tareas de cuidados o de dedicación a la familia. Unas palabras que remarcaban el tema principal de la primera parte del acto, que ha versado sobre Mujeres y Economía para dejar patente que uno de los problemas de que las mujeres no accedan a las carreras STEM implica que sus salarios serán más bajos porque serán las profesiones del futuro.

 

Inmaculada Domínguez Fabián, profesora de la Universidad de Extremadura e investigadora principal del Proyecto ECOVIOEDUCA, manifestó la necesidad de una educación financiera y la visibilización de la violencia económica como una de las violencias de género, en todos los niveles educativos como parte de una formación integral en igualdad. Planteó también cómo esta violencia económica se mantiene tras un divorcio, aunque se haya puesto fin ya a otros tipos de violencias si hubiesen existido. Por otro lado, el hecho de que las mujeres renuncien a los trabajos mejor remunerados, sean las que trabajan en jornadas parciales, utilicen excedencias para cuidar o en muchos casos no estén dadas de alta como autónomas en negocios familiares, provocan falta de cotización con gran repercusión en la brecha salarial de las pensiones de jubilación. Por ello, poner la cuestión económica y la brecha económica en el centro de las cuestiones de género es avanzar en igualdad y empoderar a las mujeres.

 

Las jóvenes deben plantearse que elegir unos estudios con futuro de empleo y alta remuneración es importante. Debe hablarse abiertamente del problema del dinero cuando se habla de igualdad para evitar que la pobreza siga siendo la realidad de muchas mujeres. Tras el primer debate se proyectó el documental ¿Por qué tan pocas?, dirigido por Carlota Coronado Ruiz, que obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Málaga en 2019. Este documental se realizó en el marco de un proyecto de la UCM y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, dirigido por Isabel Tajahuerce, para visibilizar a científicas y tecnólogas españolas y dotar de referentes a niñas y adolescentes. En el documental queda patente que no hay preferencias de las niñas y los niños por la ciencia y la tecnología cuando su socialización es igual.


En el coloquio posterior participaron Carlota Coronado, Isabel Tajahuerce y algunas de de las científicas y tecnólogas que lo protagonizaron: Clara Grima, matemática, divulgadora y profesora de la Universidad de Sevilla; Sara de la Fuente, ingeniera aeroespacial y responsable de desarrollo y planificación de operaciones científicas de misiones planetarias de la Agencia Espacial Europea, y Margarita Marqués, veterinaria e investigadora del grupo ModCell (Diferenciación celular y Diseño de modelos celulares).

 

Clara Grima remarcó que no sólo no aumenta el número de mujeres que estudian matemáticas, sino que se va reduciendo y en la actualidad está en un 30%. Según comenta, hace 20 años la razón principal de que las mujeres estudiasen esta carrera era dedicarse a la docencia mientras que ahora está más vinculado a trabajos en empresas tecnológicas, y de ahí el sesgo de género. Por su parte, Margarita Marqués incide en la importancia que tiene la divulgación de la ciencia entre las niñas y jóvenes y una socialización en igualdad, y Sara de la Fuente plantea que nada cambiará hasta que no se normalice y deje de sorprendernos que una mujer llegue a la luna. Pero es necesario que se tome conciencia de la desigualdad y que se haga el esfuerzo de visibilizar esa desigualdad para cambiar las cosas.

 

Clara Grima cerró la jornada con un tema de vital importancia: no hace falta que los puestos de responsabilidad sean ocupados por mujeres super brillantes y super excelentes. Cuando no sea necesario ser la más brillante ni la más excelente sino tan normal en su profesión como cualquier hombre, podremos hablar de igualdad. Ese sobre esfuerzo que se exige a las mujeres por parte de la sociedad es injusto y, además, se lo exigen ellas mismas también, y terminan exhaustas.