CULTURA
Las III Jornadas de Coleccionismo reivindican el valor de mecenas y filántropos
Texto: Alberto Martín, Fotografía: Francisco Rivas - 15 nov 2023 12:54 CET
Centenares de las obras que alberga el Museo del Prado son regalos y donaciones. Muchas llegaron a través de las colecciones reales que Austrias y Borbones atesoraron durante siglos; otras, numerosas también, han sido directamente entregadas al Prado durante los dos últimos siglos, en especial en las primeras décadas del XX, pero también en el presente. Entre esas donaciones están varios Velázquez o, por ejemplo, la serie negra de Goya. Sin duda, se trata de un ejemplo paradigmático que pone de relieve la importancia que han tenido, y tiene, el coleccionismo privado en la conservación y transmisión del arte. Los días 15 y 16 de noviembre las III Jornadas de Coleccionismo, “De las colecciones privadas a los museos: legados, donaciones y depósitos”, estudian -organizadas por el Departamento de Historia del Arte de la UCM y por la Fundación Secreto de la Filantropía- este fenómeno con la presencia de directores de museos, galeristas, coleccionistas y expertos.
“Decía Chillida que lo que solo es de uno es casi de ninguno”. Carlos González Barandiarán, subdirector de Registros y Documentación del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, recordó en la inauguración de las jornadas esta frase del escultor donostiarra que debe servir para “poner en valor la figura del coleccionista”. Y es que resaltar el destacado, casi imprescindible, papel que juega el coleccionista privado en la transmisión y conservación del arte no está hoy muy, por así decirlo, de moda. Luis Trigo, presidente de la Fundación Secreto de la Filantropía, afirma que “a veces nos cuesta ser sociedad. Pensamos que la cultura nos la tienen que dar hecha desde el Estado, y olvidamos que la cultura es cosa de todos. Sin coleccionismo habrá arte pero no habrá desarrollo cultural”, sentencia. Trillo lamenta que la crisis financiera que cerró la primera década de este siglo XXI se “llevara por delante” el mecenazgo de las cajas de ahorros y entidades financieras y que en la actualidad todo recaiga en las instituciones públicas. “Y no puede ser. Hay que volver a recuperar el apoyo privado, el de las entidades financieras y también el de otras empresas. Estas jornadas quieren estimularlo”, concluye.
Junto a González Barandiarán y Luis Trigo, compartieron mesa inaugural la vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria, Isabel García; Miguel Luque, decano de la Facultad de Geografía e Historia, anfitrión de la primera jornada de ponencias -la segunda se celebra el jueves 16 en el Museo Lázaro Galdeano-, y el director del Departamento de Historia del Arte, Matteo Mancini. La vicerrectora sabe bien de la importancia de legados, donaciones y depósitos en la formación de patrimonios, ya que el de la Complutense -del que en la actualidad es su máxima responsable- procede en muy alto porcentaje de ellos. En la UCM hay 30 museos y colecciones científico-técnicas repartidas por las distintas Facultades, y una colección histórico artística de gran valor. Precisamente, como aprovecha la ocasión para promocionar la vicerrectora, hasta mediados del próximo mes de diciembre el c Arte c, la sala de exposiciones de la universidad ubicada junto al Museo del Traje, muestra 70 de esas obras, para a través de ellas recorrer la historia de la UCM, el arte y la sociedad desde su fundación por el Cardenal Cisneros hasta la actualidad. La visita a la exposición forma parte del programa de visitas que los inscritos al congreso -cerca de 400 en sus dos vertientes, presencial y on line- están realizando desde hace una semana a distintos museos y colecciones.
Matteo Mancini, el director del Departamento de Historia del Arte, resalta que las jornadas tienen en consideración no solo los grandes legados de los coleccionistas a algunos de los mayores museos de ámbito nacional, sino también a museos más vinculados a ámbitos locales. No obstante, considera de especial relevancia la incidencia que las jornadas dan a la relación entre artista, galerista y coleccionista, un círculo virtuoso que, a su juicio, debe ser visto como otra figura geométrica, el triángulo, para recalcar mejor sus aristas. En su intervención en la mesa inaugural, Mancini, también subraya el papel que cumple su Departamento en el necesario análisis y adaptación a los cambios estructurales llevados a cabo por la sociedad que nos rodea. Por ello, anuncia la puesta en marcha en los próximos años de un ambicioso proyecto para la creación de un “Laboratorio de las culturas”, cuyo eje será el Departamento de Historia del Arte, y que se convertirá “en referente para realizar estudios sobre obras de arte, documentos, libros… con colaboración técnica de la Facultad de Bellas Artes y otros departamentos de la Facultad, como el de Historia Moderna contemporánea, o el dedicado a las ciencias historiográficas y técnicas”.
Ya entrando en materia, fue el propio Matteo Mancini, el encargado de presentar al primer ponente de las jornadas, Miguel Falomir, director del Museo del Prado. Falomir tituló su conferencia “El arte del regalo”. Y es que, como explicó, ningún otro museo ha sido más beneficiados por regalos y donaciones que El Prado. Es cierto, señaló, que a veces el origen hay que encontrarlo en motivos espurios, como los que perseguían los príncipes italianos cuando agasajaban a los reyes españoles con sus famosos “donos diplomáticos”. Pero también, y estos son los que más ahora que nunca se deben resaltar, los que fueron totalmente altruistas. Para Falomir una frase debería estar esculpida en alguna, sino todas, de las paredes del Prado. La pronunció la decimoquinta duquesa de Villahermosa, para explicar los motivos que la guiaron a no aceptar un cheque en blanco por dos retratos de Velázquez que estaban en poder de su familia: “Amo mucho a mi familia, a mi patria y al Arte, y muy poco al dinero. Por todos los millones del mundo no vendería yo mi Velázquez, que quiero que después de mis días vaya a formar parte del Museo del Prado”.