ESTUDIANTES

Ion Arocena, Jesús Pérez Gil, Joaquín Goyache, Beatriz Pías y Marwane Bourqqia

Los estudiantes de Biológicas organizan la cuarta edición de la Semana del Bioempleo

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 7 feb 2022 13:00 CET

Del 7 al 11 de febrero, la Facultad de Ciencias Biológicas acoge la cuarta edición de la Semana del Bioempleo, una iniciativa que, de acuerdo con Marwane Bourqqia, representante de los estudiantes de la Facultad, “es una feria organizada por y para los estudiantes, que demandan conocer que hay más salidas profesionales que la docencia y la investigación”. En la sesión inaugural el rector Joaquín Goyache ha asegurado que la Complutense nunca ha estado de espaldas a la sociedad, pero “cuanto más nos integremos mejor”, y una muestra de esa conexión con la realidad son estas jornadas “que abren los ojos a las múltiples salidas laborales”.

 

Marwane Bourqqia asegura que a lo largo de esta semana muchas de las empresas que vienen a exponer sus experiencias traen bolsa de prácticas y algunas ofertas de empleo. Una de las que así lo hacen, con una bolsa de trabajo, es la Asociación Española de Bioempresas (AseBio), cuyo director, Ion Arocena, ha reconocido que “el principal motor del sector biotecnológico son las personas”.

 

De acuerdo con Arocena, lo más importante de este evento es posicionar a este sector, en la mente de los estudiantes como un sector lleno de oportunidades laborales. Y el mensaje que quiere transmitir es que “hay que quitarse complejos”. Para el director de AseBio a la dicotomía clásica de biólogos de bata y bota hay que añadir la de biólogos de corbata, porque “no hay ninguna traba para que un egresado en Biología pueda cubrir múltiples puestos de trabajo en infinidad de sectores”.

 

La vicedecana de Estudiantes y Proyección Profesional de la Facultad de Ciencias Biológicas, Beatriz Pías, tiene claro que tras sus estudios, los que salgan de la Facultad pueden optar tanto a instituciones públicas como privadas e incluso optar por el emprendimiento. De hecho, desde su centro se ayuda a fomentar este tipo de actividades con una preincubadora e incluso con estas jornadas, que son “un claro ejemplo de emprendimiento que se ha consolidado y que funciona muy bien desde hace años”.

 

También el decano Jesús Pérez Gil cree que esta semana es una buena muestra de la iniciativa de los estudiantes, así como del potencial que tiene la universidad para ofrecerles oportunidades, “porque la universidad va a ser mejor si contamos con ellos”. Informa Pérez Gil de que desde la Facultad siempre se fomenta la conexión con la sociedad, de lo que la colaboración con AseBio es un fiel reflejo de que “la universidad puede ser el gran motor del cambio”. El rector Joaquín Goyache ha reconocido la labor de la Facultad en ese sentido de liderazgo con las actividades que han realizado de diagnóstico del SARS-Cov2 en residencias y ahora con el desarrollo del programa de detección en saliva, COVID-Lot.

 

Un sector en auge

Ion Arocena ha reflejado, con cifras oficiales, que el sector de la biotecnología ya supone un 0,8% del PIB español, así como un 0,6% del empleo en nuestro país y un 0,3% de la recaudación. Explica el director de AseBio que es un sector que invierte fundamentalmente en I+D+I, lo que es un indicador de las perspectivas de cara al futuro y que además cuenta con una inversión que crece año tras año.

 

En nuestro país, según Arocena, hay 790 compañías dedicadas a la biotecnología, la mayor parte de ellas pymes, y esa es una de las razones que nos convierte en el octavo país en producción de conocimiento científico, un conocimiento que cuenta además con una gran colaboración internacional.

 

La pandemia ha demostrado la resiliencia de este sector, ya que el 90% de las empresas han mantenido plantilla e incluso un 14% han tenido que ampliarla. Y eso es así en parte porque la biotecnología tiene un papel, más o menos relevante, en 14 de los 17 ODS que están conformando la sociedad y la economía a nivel mundial.

 

Entre las muchas oportunidades laborales que ofrece el sector están la investigación académica, las empresas biotecnológicas, las empresas relacionadas, la diplomacia científica, las organizaciones internacionales y la comunicación de la ciencia. Dentro de una empresa de biotecnología, un biólogo puede dedicarse tanto al desarrollo del negocio como al marketing y las ventas, a las políticas y las relaciones públicas, a los aspectos reguladores, a la gestión de la I+D, a la comunicación, a los procesos productivos o al desarrollo de nuevas tecnologías y la digitalización. Tiene claro Arocena que para cualquiera de esos puestos, hay que “conocer el producto y la ciencia que hay detrás”.

 

Hay otras opciones para un biólogo, como trabajar en agencias de propiedad industrial, en consultorías especializadas e incluso firmas de capital riesgo, como en la que el mismo Arocena trabajó durante un cierto tiempo. También existen opciones de formación en el extranjero, con becas del ICEX o con las de formación en diplomacia científica del Ministerio de Asuntos Exteriores.

 

Arocena insiste en que hay que quitarse los complejos y estar muy atentos, porque la mayor parte de las pymes biotecnológicas surgen de instituciones como la universidad, algo que tiene lógica, porque “hace falta una base científica sólida, así que el emprendimiento tiene que estar muy relacionado con el fomento de políticas de I+D y con ofrecer formación y acompañamiento”. Y hay la universidad debe entender que “esta es una misión suya”.